Las agencias de rating en días previos han rebajado a nuestro sistema bancario y a nuestras Comunidades Autónomas hasta dejarlas al borde de la deuda basura. Una medida preocupante en principio, pero caben motivos para el optimismo. Esto llega justo después de una serie de reformas que, mejores o peores, tendrán su efecto a medio plazo. Entre ellas, una financiera, que pone fecha límite para las fusiones bancarias. Las agencias han demostrado que históricamente llegan tarde a las situaciones. Tal vez este sea el caso. Así lo han denunciado en el PP.
Se dice pronto, pero ahora mismo, Banco Sabadell, Popular, Banca Cívica y Bankia están sólo un peldaño por encima del bono basura. De hecho, el ‘banco malo’ de estos últimos, Banco Financiero y de Ahorro (BFA) ya ha perdido el grado de inversión.
Vayamos a las Comunidades. También les han dado un tijeretazo de alcance, dejando a la catalana también al borde del abismo. A las regiones que tanto les ha gustado jugar a países independientes en el pasado les toca ahora afrontar una dolorosa purga. Ahí está sino esa Spanair, concebida por el tripartit como una aerolínea de bandera catalana con hub en Barcelona y que el propio Artur Mas ha tenido que dejar caer, porque “era un pozo sin fondo”.
Pero la purga ha comenzado ya. Las reformas bancarias unidas al techo de gasto son vistas con ojos furibundos a corto plazo por la sociedad y los sindicatos y tienen su parte de razón. Se supone que una sociedad avanzada tiene que ir a mejor, no hacia los recortes. Sin embargo, es tiempo de digerir excesos del pasado.
Los bancos, ahora mismo, están sobreviviendo gracias al Banco Central Europeo (BCE) que le inyecta dinero al 1% para que lo inviertan en deuda, obteniendo el consiguiente diferencial a su favor. Y si no, lo usan para resolver sus tensiones de liquidez, que provocaban tensiones a todas las entidades domésticas, sin excepción. Incluso la más grande y solvente tenía sus necesidades. Absolutamente todas han ido al mecanismo de financiación del BCE conocido como LTRO (Long Term Refinancing Operation). Pero eso no es sostenible en el tiempo.
Toca apechugar y reconducir las cosas. Los bancos tienen que ser menos y reconducir su tamaño. Limpiar de su balance sus activos tóxicos y, en lo posible, que le toque pagar lo menos posible al ciudadano.
Lo mismo vale para las autonomías. La fiesta se acabó hace tiempo y hasta las más nacionalistas lo saben.
Las reformas han sido duras y discutibles. Pero se han afrontado y siembran el terreno para que el segundo semestre del año sea algo mejor, si el precio del crudo lo permite. Deben ser las que nos eviten caer en el saco de la basura. La opinión generalizada de los expertos es favorable. Lo peor ha pasado. Rozar la basura debe ser un último reflujo negativo. Más margen de caída no hay.
Las reformas de este gobierno son una mierda y no sirven para nada, salvo a los chupasangres y especuladores. Aquí hay un lujo que no se merecen: sueldos de miseria y 5,3 millones de parados que una tarde de estas… En fin, no sigo.
Me parece un artículo lleno de lugares comunes, sin que se ofrezca ningún dato importante para sustentar la opinión implícita: el gobierno lo está haciendo bien.
que bajen la calificacion al vaticano.
ah! no puden ,son los prestamistas