¿Le han pillado a Mariano Rajoy haciendo trampas en el juego del solitario? No lo sabremos hasta que, probablemente el 23 de febrero, la oficina estadística de la Unión Europea –Eurostat- publique la cifra del déficit español. Pero la agencia Reuters, utilizando fuentes no identificadas de la Comisión Europea, ha difundido la noticia de que el Gobierno del PP “infló” a finales de diciembre el monto del déficit de 2011 (que poco antes se estimaba en el 6% del PIB) hasta el 8% con la finalidad de magnificar los esfuerzos y los posibles éxitos del nuevo Gobierno español para atajar el deterioro de las cuentas públicas durante el año 2012. Como decía Dalí, qué a gusto se queda uno después de quitarse las pinzas de la ropa que uno mismo se ha puesto en las orejas quince minutos antes. El Gobierno, naturalmente, se ha apresurado a desmentirlo, pero el Comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, sin zanjar la cuestión, ha estado “difuso” en la ambigüedad calculada de sus palabras y ha dicho que lo importante es intensificar los ajustes en el futuro (¡a cortísimo plazo, arr!). Sorprendentemente, su propio portavoz, Amadeu Altafaj, desmintió después categóricamente la información de Reuters.
A falta de datos suficientes, esperemos hasta el desenlace. Esperemos hasta que se confirme la farsa o, por el contrario, hasta que nos deslumbre la blanca inocencia del Gobierno español. Pero esperemos en estado de vigilia y sin alardes injustificados de pasividad. Porque, a mi modesto parecer, hay cosas que no cuadran y alguien está jugando con las cartas marcadas (ya sea el Gobierno español, la Comisión, o los dos). La incógnita fundamental, para mí: los tiempos disonantes de los ajustes. ¿Por qué tanta urgencia en la subida expeditiva del IRPF y del IBI, después en la aprobación de la reforma financiera y, el último fin de semana, la del mercado de trabajo, todas por Decreto-ley y casi todas inesperadas por su dramatismo, radicalidad y ausencia de diálogo previo con la sociedad? ¿Por qué esa taladradora urgente –digo- y, por otro lado, tanta indolencia y demora en la elaboración de los Presupuestos del Estado para 2012, que el Gobierno remitirá al Congreso a finales de marzo o primeros de abril, y que al tramitarse necesariamente como ley ordinaria sólo estarán en vigor cerca ya de mediados de año? ¿Por qué se aprobaron las tres primeras reformas sin consultar siquiera con el confesor y respecto a la cuarta y quizás más importante- los ajustes presupuestarios- nos dicen en Moncloa que esperan a tener los datos macroeconómicos y sobre el déficit que suministrará Bruselas a finales de febrero? ¿Será que Rajoy ha sacado pecho abultando el déficit real para impresionar a la Unión Europea con unos ajustes tempranos para “distraerla” un poco hasta después del 25 de marzo, fecha de las elecciones andaluzas, en el que daría el do de pecho final con el horizonte político despejado? ¿Tendremos los ciudadanos que temernos lo peor cuando lleguen los idus de marzo?
Si la agencia Reuters estuviera en lo cierto (Dios no lo quiera) y el engorde artificial del déficit no fuera una fantasía suya, el Partido Popular y el Gobierno de Rajoy habrían engañado a:
1.- sus electores, a los que se les dijo que no iban a subir los impuestos.
2.- todos los ciudadanos-contribuyentes, a los que nos habrían gravado con unos recargos extraordinarios utilizando un pretexto y un argumento falso.
3.- la opinión pública en general, inclinándola injustamente contra el Gobierno anterior por una culpa ficticia, lo que no demostraría, además, mucho juego limpio con los rivales políticos.
4.- los inversores y acreedores del Reino de España, a los que se estaría ofreciendo un estado de las cuentas públicas irreal y con las fluctuaciones de un barco que navega con pabellón de conveniencia.
Y a la Comisión Europea, ¿se la habría intentado engañar también? No lo sé, pero quizás sea pertinente responder con otra pregunta: ¿no será la noticia de la agencia Reuters un aviso para malos navegantes utilizado por la Comisión para advertirles de que les van a descalificar de la competición si continúan pilotando por libre, pero sin una amonestación formal? ¿O quizás le ha puesto la Comisión una zancadilla injusta a Rajoy –que al menos en este caso estaría diciendo la verdad- para situarle entre la espada y la pared y coaccionado con ese ultimátum nos meta a todos los españoles un ajustillo a la griega? ¿Juega Rajoy a ser el pícaro lazarillo de Tormes o es Olli Rehn el nuevo Maquiavelo del Norte?
Creo que Rajoy es un fan del ciclismo. La política, como el ciclismo, es una profesión muy dura. Nada más lejos de mí que exacerbar las sospechas en unos momentos tan dolorosos para el deporte nacional que están en la mente de todos, ¿pero se dopa el Gobierno español? ¿Infla el déficit con hormonas o anabolizantes y luego lo desinfla como si fueran las ruedas de una bicicleta? Yo creo que no pero desconozco si el que sigue es el punto final.
¿se dopaba Cervantes cuando escribió El Quijote? Interesantes preguntas, sans doute.
Mas que Picaro, Rajoy es una gran marrullero que trata de engañar a los electores en beneficio propio. (DRAE). Ahora esonde las tijeras de podar hasta pasadas las elecciones andaluzas Y como según la biblia, el número de estúpidos es infinito, (Stultorum infinitus est numerus), siempre habrá algún andaluz que se deje engañar y vote al señorito Arenas. «Sarna con gusto no pica», dice el refanero; así que a Rañarla cuando el marrullero enseñe de nuevo sus tijeras tras el 25 de marzo.
¿Y qué hacer en Andalucía? Continuar con el marrullero Zarrías ad infinitum? Pues, sí que.