Los bancos de negocio generan nuevas penurias a la sociedad, “pero vuelven a ser demasiado grandes para caer”
Sigo con el tema, porque aunque en España apenas se habla de esto, en las principales publicaciones anglosajonas hay información todos los días al respecto. Es increíble la divergencia entre medios españoles económicos y, por ejemplo, Financial Times, Bloomberg o CNN Money.
Los bancos de inversión estadounidenses, causantes en gran medida de la actual crisis financiera (bien impulsados por los bancos centrales, es cierto) siguen inflando nuevas burbujas que nos estallarán sin remedio. Sin embargo, no se puede hacer gran cosa contra ellos, “porque son demasiado grandes para caer”.
Lo de que causaron la tormenta financiera y están haciendo lo mismo, lo digo yo desde hace tiempo, pero también, por ejemplo, Mark Mobius, considerado uno de los mejores gestores de la historia (probablemente el mejor en mercados emergentes) que alerta de que nos viene otro latigazo de dimensiones iguales o mayores a las de la crisis estallada en 2007 con la caída de las subprime.
Mobius, de casi 75 años, tiene bajo su control más de 50.000 millones de dólares. Es conocido por ser un trotamundos: visita los países y, por supuesto, las compañías en las que invierte. Si analiza una empresa industrial, quiere ver, además de los números y al equipo directivo, las máquinas funcionando.
No le valen únicamente los informes de las casas de análisis y los balances. Tampoco las entrevistas face to face con los principales ejecutivos, también se fija en la calidad del producto final. Recuerdo un reportaje en el que se le podía ver en una planta alimenticia metiendo el dedo en un tarro que salía de la cadena y probando su sabor. Quiere ver la llegada de las materias primas; asegurarse de que hay innovaciones en ciernes... vigila hasta el mínimo detalle. Sus subordinados dicen que su ritmo de trabajo llega a ser agobiante.
Tal vez por estas prácticas tan saludables Mobius está algo pasado de moda como gurú, aunque las palabras que pronunció en Tokio a principios de esta semana no tienen desperdicio: “¿Están regulados los derivados? No. ¿van a seguir creciendo? Sí”.
El experto recuerda que la crisis estalló a consecuencia de la enorme cantidad de derivados emitidos con hipotecas como colateral que, al dejar de ser pagadas, provocaron quiebras sonadas como la de Lehman Brothers y el resto de bancos de inversión, que debieron ser rescatados.
Mobius pone de manifiesto que hoy en día los derivados tienen un valor superior en 10 veces al PIB mundial, algo que garantiza volatilidad e inestabilidad en los mercados. De momento, ya están causando una enorme inflación en los mercados de materias primas, lo que ha colocado los precios de los carburantes en máximos históricos, pese a que el escenario de estancamiento económico global hace imposible que esta subida sea debida a un mayor consumo.
Lo malo es que si se quiere actuar contra estas entidades sofisticadas que son las que manipulan los futuros y por tanto, los únicos responsables de haber generado esta enorme tela de araña artificial que estrangula la economía real, es imposible hacer nada drástico.
Leyendo este interesantísimo artículo, Goldman Sachs, la gran referencia de la banca de inversión; entidad a la que han culpado de la hambruna global, del encarecimiento del crudo o de ayudar a Grecia a falsear sus cuentas, también es “demasiado grande para caer”.
“Goldman Sachs no afrontará cargos penales realacionados con la venta de activos ligados a hipotecas porque este moviemiento podría asustar y amenazar al sistema financiero estadounidense”. Así lo recoge la información de Bloomberg, con opiniones algo amargas de un importante experto.
En caso de cualquier causa contra Goldman, (y Goldman sólo es un ejemplo; la cabeza visible del intrincado mundo de los sofisticados y opacos bancos de negocio de los que también hay en Europa y Japón), lo más probable es que se solucionara todo con una fuerte multa de las que están acostumbrados a pagar y ya está. Lo contrario es asustar a la comunidad financiera y tal y tal.
Toda esa cantinela que hemos escuchado tanto tiempo y que ha valido para que hubiera que habilitar fórmulas para que Morgan y Merrill sobreviviesen; que sirvió para que muchos bancos europeos de dudosos balances tuvieran que ser rescatados con dinero público (UBS, ING, Fortis, por no hablar del RBS británico, los bancos hipotecarios...); por la que tampoco se ha metido mano apenas a las cajas y ahora afrontan un proceso urgente de fusión en el que los antiguos gestores continúan al mando repartiéndose los sillones... Riesgo sistémico, demasiado grandes... la sociedad, por lo visto, no es sistémica ni demasiado grande nunca.
Es cierto lo que se dice en Wall Street II: si llegan a caer todos esos bancos en EE UU al día siguiente no habría dinero en los cajeros. Pero con ese miedo se nos ha metido la mano en el bolsillo a todos para rescatarlos y ahora son esas entidades las que están metiéndonosla de nuevo, inflando los precios de las commodities. ¿Too big to fail? Pues me habría gustado ver qué pasaba si caían todos los que tenían que caer. No sé si estaríamos peor que ahora.
Si esta información es cierta -y temo que lo sea- no me sorprendería que se empezaran a hacer llamados a «liquidar» a los individuos implicados en estos desastres. Eso sí, con sofisticada ingeniería asesina. Con sus propias armas. Qué horror.