Inditex vale ya casi lo mismo que BBVA, pero le faltan dos cositas

Tremendo lo de la empresa gallega. Consigue capear la crisis y de qué manera. Mientras otros colosos pasan las de Caín en Bolsa, Inditex, (es decir, Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe) emerge como un coloso imbatible. La compañía fundada por Amancio Ortega y Rosalía Mera vale ya en el mercado de valores 37.500 millones de euros (6,25 billones de las casi olvidadas pesetas), prácticamente lo mismo que BBVA. Ahí es nada. O sea, después de Telefónica, Santander y el banco citado... Inditex. Ni Iberdrola, Repsol, Gas Natural-Fenosa, ni Banco Popular...

Desde principios de 2008 ha multiplicado por más de dos su capitalización bursátil. Ayer pagó dividendo. Ronda máximos históricos y enamora a los analistas por su capacidad de llegada a todos los mercados con producto competitivo que le asegura una continuidad en la cifra de negocio y, por tanto, de beneficio.

¿Qué le queda a este enorme conglomerado, con más de 5.000 tiendas en casi 80 países? En mi modesta opinión, dos cosas: la primera es sangrante, y no es otra que entrar en el índice EuroStoxx 50. Por tamaño en bruto estaría en la zona media alta de la clasificación de las 50 principales empresas de la Eurozona. Concretamente, por encima del gigante asegurador Axa.

Ajustando por free float también entraría. A pesar de que entre Amancio Ortega y Rosalía Mera tienen algo más del 60% del holding, todavía quedarían libres unos 14.000 millones de euros de compañía. Teniendo en cuenta que sólo pondera en dicho selecto índice la mega corporación del lujo LVMH (59.000 millones), tendría mucho sentido que Inditex entrara en la NBA bursátil.

Y, hablando de lujo, el segundo gran hito que le queda pendiente a Inditex es la entrada de lleno en el segmento del lujo. Seguro que lo han valorado alguna vez en la empresa con sede en Arteixo. Hace poco más de un año lanzaron su gama de tiendas Uterqüe, que ha constituido un éxito sin precedentes.

Los chicos de marketing de Inditex que reportan a Pablo Isla, o tal vez el propio Amancio; quién sabe, identificaron un hueco de mercado y lo cubrieron con éxito. Si Zara y las demás cadenas han sabido ofrecer diseño a precios juveniles, en el grupo vieron el gap entre la moda a precios populares y las marcas de lujo medio y alto.

Captaron que hay muchas mujeres a las que empezaban a quedárseles un poco cortas las prendas de Zara, pero todavía un poco lejos las de Carolina Herrera, por ejemplo. Uterqüe llegó con un mayor aire de sofisticación; ambiente más selecto, pero precios por debajo de las primeras marcas internacionales. Por encima de Zara, eso sí.

Ese paso está dado. Ahora queda lanzarse por una línea de lujo de primera fila. Eso, sin duda, le daría más caché que su competidor H&M, al que no le van mal las cosas aunque siempre tiene un cierto aire de ir a rebufo de la española como grupo.

Seguro que Inditex está capacitado para eso y más. Queda la duda de la transición. Ortega, con 75 años, ha entregado el testigo a Pablo Isla (Banco Popular, Altadis, consejero de Telefónica e incluso presidenciable en un futuro de la operadora según muchos observadores), mientras Marta Ortega progresa adecuadamente dentro del grupo, donde sin duda está llamada a mayores.

Nos queda a todos la duda de si Inditex podrá sobrevivir con éxito a la grandiosa figura de su creador, del que, paradójicamente, tan poco se sabe. Siempre he sostenido que Amancio Ortega le debe una comparecencia en público a España. Una figura de su tamaño no puede querer limitarse a designar a su hombre de confianza (antes, José María Castellano; hoy Isla) como hombre público para así poder ir cómodamente a Riazor a ver los partidos de su Depor, del que dicen que es accionista, aunque muy modesto.

¿De verdad no nos va a dejar un legado en el que nos diga cuál es el secreto de su éxito? Sus reflexiones como empresario, como inversor, su visión del país, sus pensamientos políticos y económicos... Otros como él (su compañero Manuel Jove) así lo han hecho, aunque les haya costado dios y ayuda. Sin duda a este país, tan falto de referentes en estos momentos de crisis, le vendría bien unas palabras suyas.