La mala educación de Aguirre

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Aguirre, ayer, durante la inauguración de la exposición dedicada a la figura de Alejandro Magno en el Canal de Isabel II (Madrid). / Kote Rodrigo (Efe)

No hay dos sin tres y nadie como Esperanza Aguirre para remachar un clavo hasta el final. Sobre todo si es el clavo de su ideología, un híbrido contradictorio entre el liberalismo y la doctrina de la Iglesia. La ideología suele ser la ropa que viste el cuerpo desnudo de los intereses de los individuos y grupos sociales, y Aguirre lo tiene tan claro que utiliza siempre la misma ropa ideológica, tanto antes como en medio de la recesión. Aguirre no cambia con la estación, no es una mujer de temporada. La presidenta madrileña  es fiel a la representación que tiene de sí en épocas de vacas gordas o en tiempos de austeridad y severos ajustes, como los que hoy está sufriendo la economía española. Incluso en estos segundos momentos, la presidenta se supera a sí misma y mientras presume de ahorro y disciplina para todos, empezando por su persona –según dice-, no le hace ascos tampoco a ponerle un brillante más gordo a su lucido traje de siempre. Enseguida veremos por qué al tercer martillazo doña Esperanza es ya una diosa más sagrada que La Cibeles en la devoción de sus muchos partidarios.

Los Presupuestos de la Comunidad de Madrid para el ejercicio 2011, que dada la mayoría absoluta del PP en la Asamblea regional resultarán aprobados con toda seguridad en el último pleno de este año, comportarán un descenso del 4,8% (el segundo recorte consecutivo) en la partida de Educación no universitaria. Pero la bajada no será igual para todos, correrá en su mayor parte a cargo de los centros públicos, ya que las ayudas a los conciertos educativos subirán un 0,7%. Esto en términos nominales, puesto que la realidad será aún más dura: como se prevé un aumento en el número de alumnos de los centros públicos –unos 15.000 más- el descenso en gasto por alumno en la enseñanza pública será todavía más agudo. Y la prestación del servicio será de peor calidad: más alumnos, menos profesores (411 menos que durante el ejercicio anterior y, además, 2.500 puestos de profesores interinos suprimidos), sueldos inferiores (un 12% de bajada en total, contando la amortización de las plazas mencionadas), menos dinero igualmente para la formación del profesorado (este capítulo se reduce en el 66% en relación con 2010) y también menos inversiones en equipamientos e instalaciones (un 10%).

Los datos hablan por sí mismos, pero se quedan cortos. Aguirre no sólo promueve la educación privada (en este caso en su modalidad de conciertos) de manera directa y utilizando el presupuesto del gasto público. También lo hace gracias a las ayudas indirectas –empleando en este último caso la vía fiscal y concretamente el Impuesto sobre la Renta-, lo que significa su renuncia a 90 millones de euros en ingresos autonómicos por dicho tributo a favor de los centros privados (aquí con predominio de los “puros”, de los que no solicitan subvenciones a la Comunidad de Madrid, aunque también los centros concertados se llevarán su buen “pellizco fiscal”).

Por tercer año consecutivo (y ahora se eleva hasta su cénit la figura de la diosa madrileña), en 2011 los padres de alumnos que cursen la Educación Básica Obligatoria (entre los seis y los dieciséis años de edad) podrán deducir en el IRPF el 10% de los gastos escolares satisfechos por sus hijos. De este asunto ya hablé en la primera entrada de LUZ DE CRUCE, en relación con el ejercicio 2010. Sin embargo, causa sonrojo que en medio de la recesión que sufrimos, de la destrucción de empleo que está condenando el futuro de tantas familias madrileñas de bajos recursos, y de las pocas expectativas de mejora de la economía, la Comunidad de Madrid se disponga, mediante la llamada “Ley de Acompañamiento” a sus Presupuestos para 2011, a ampliar espectacularmente los beneficios fiscales destinados a los madrileños más desahogados económicamente, a las personas que menos lo necesitan, mientras restringe su financiación a la escuela pública. De esta forma, el importe máximo de la deducción pasará de 500 euros por hijo a 900. Y el tope de rentas de la unidad familiar que permite la deducción se triplica, pasando de 10.000 euros por cada miembro de la familia a 30.000 euros anuales de renta neta atribuible a cada miembro (aunque sólo tenga ingresos el cabeza de familia). Con lo que, frente a la mayoría de las deducciones de la Comunidad de Madrid en el tramo autonómico del IRPF (que actualmente no pueden disfrutarse si la familia tiene rentas superiores a 36.200 euros anuales), la deducción por gastos de enseñanza puede aplicarse a unidades familiares  con un hijo y rentas netas de 90.000 euros anuales o a otras con cuatro miembros y rentas de 120.000 euros.

Lucía Figar, consejera de Educación de Madrid, defiende la financiación de su política educativa invocando el principio de “libre elección” de centros. Y el consejero de Hacienda, Antonio Beteta, insiste en lo mismo diciendo que “lo ideal sería dar un cheque escolar a todos los ciudadanos para que puedan elegir”. Con esta filosofía son claras tres conclusiones: 1.- que los populares madrileños siguen confundiendo la libertad con la riqueza como presupuesto de hecho para su ejercicio real y efectivo; 2.- que en realidad no son necesarios los servicios públicos y que el mercado (con la inestimable colaboración de los poderes institucionales que ellos detentan, eso sí) debe proveer a los individuos de bienes elementales como la educación; y 3.- que su visión meritocrática y religiosa de la vida social no les impide ser implacables y poco compasivos con los hijos de las familias más pobres que viven en su territorio.

2 Comments
  1. Jota Mos says

    Que se puede esperar de semejantes individuos. Pero al menos que la gente no siga siendo tan idiota de creerse la false teoría de que apoyando más a la educación ´privada o semiprivada(concertada) grarantizamos el derecho a la educación.
    Solo una buena enseñanza pública y no algo que se queda como residuo para solucionar problemas sociales y lo que no se pueda pagar otra cosa, se garantiza el dercho a la educación. Ya vemos como traga la gente en los concertados, por que lo público se ve como el horror o se hace de ellos un horror para el interes de algunos.
    El derecho a la educaión, que es en lo que se basa la liberetad de enseñanza, sin tener que dependela enseñanza de los ciudadanos de entidades privadas sean religiosas o no, costo mucho y ahora en Madrid se está tirando.
    En cuanto a la Iglesia, quizás la entidad más beneficiada de esta política neocom, aunque católico y practicante hace tiempo que no pongo el cuadradito que da dinero a una institución (la iglesia) que más está haciendo por cargarse la enseñanza pública. La Señora Aguirre y el señor Rouco se creen que que con esta política clasista y antisocial se están haciendo con una finquita en el cielo. Pero bueno yo creo que si Cristo volviese a nacer iría a un colegio publico y a un instituto, donde va la gente sencilla y que no tiene miedo en convivir con lo «peor». Aunque muchas veces lo peor esta en los colegios rpivados de el más alto estanding.

  2. mabu says

    Es sobre todo jugar con la educación de las generaciones futuras. Este país, para levantar cabeza, necesita imperiosamente gente formada, y no solo proveniente de las capas superiores de la sociedad. No necesita de gente de sabe rezar, necesita de gente que sepa realmente leer y escribir, tener una educación humanista y ejercitar su sentido crítico. Como se puede lograr esto con un profesorado a su vez mal formado. Síntoma de esto es la guerra contra la Ley de Ciudadanía. Quieren a estas futuras generaciones bien aborregadas, tragando televisión y poco más. El problema es que las empresas que quieren competir con otros países piden gente formada. Porqué hay un 40% de los parados que son jóvenes entre 20 y 30 años?

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