FEMINISMO
El disentimiento en la Comisión 8M: una controversia mas allá de la prostitución
- El hecho que ha disparado la polémica se produjo este sábado, cuando se inauguró “el mes de revuelta feminista"
- El disenso no se ha quedado en la prostitución, sino que parte del movimiento feminista ha aprovechado la polémica para articular una crítica de fondo a la Comisión 8M
El malestar que estaba latente en la Comisión 8M, ente conformado por feministas diversas para organizar esta jornada de protesta en Madrid, estalló hace unos días. El hecho que ha disparado la polémica se produjo este sábado, cuando se inauguró “el mes de revuelta feminista” con miles de mujeres conformando una gran cadena que rodeó el centro de Madrid. Por una casualidad “desafortunada”, según la organización, una activista leyó con megáfono en mano las siguientes palabras en la Puerta el Sol: “La revuelta será puteril o no será”. Estas palabras, que clausuraron el acto reivindicativo, no tardaron en levantar las críticas.
Una parte del movimiento abolicionista ha interpretado estas palabras, pronunciadas en un acto de la Comisión 8M, como un posicionamiento de dicho ente a favor de regular la prostitución. Mediante comunicados por parte de algunas asociaciones y tuits airados en las redes sociales, algunas mujeres han manifestado su rechazo frontal a lo que consideran el traspaso de una línea roja por parte del movimiento feminista autónomo de Madrid. El debate entre las posturas abolicionistas y regulacionistas o pro-despenalización de la prostitución viene de largo, pero al no alcanzar el consenso el año pasado se optó por evitar una mención explícita a esta cuestión en el manifiesto de la huelga feminista.
Con ánimo de calmar las aguas, la organización del 8M en Madrid se desmarcó del manifiesto leído en Sol, en el tramo en el que participaban mujeres que ejercen la prostitución, pero que también reclaman su lugar en el feminismo. “El manifiesto se posicionaba respecto a un tema donde no hay posicionamiento en la Comisión 8M: la prostitución”, explicaron en sus redes sociales. Desde la Comisión del 8M prefieren apostar por “los consensos comunes” que ya se pusieron sobre el papel en el argumentario del año pasado y se disculpan por lo que consideran un error. “No había ningún manifiesto programado para el sábado, pero un colectivo particular decidió leer su comunicado, algo que nosotras no podemos controlar”, explica Chelo Hernandez, portavoz de la comisión.
Para la Asamblea Abolicionista de Madrid, lo que ocurrió el sábado no es accidental, sino una muestra más de que la plataforma que organiza el 8M en Madrid no va por el camino adecuado . “La prostitución es un tema completamente censurado en cualquier espacio del 8M. Quienes controlan el 8M de Madrid aluden a que no existe “consenso” en esta cuestión y por ello la obvian”, han denunciado en un comunicado. “Hay un empeño por no permitir el debate, porque se podría manifestar el disenso y no pasaría nada, pero a nosotras se nos silencia. Nos parece que no se puede sostener desde el feminismo las posturas que defienden. Ellas, por ejemplo, se han negado a hacer acciones contra la trata”, critica Sandra Díez, responsable de comunicación en dicha organización.
Una mirada atrás al movimiento del 8M
El disenso no se ha quedado aquí, sino que se ha aprovechado la polémica para articular una crítica de fondo a la Comisión 8M, a quienes acusan de llevar tiempo impulsando asambleas en las que no se vota, sino que “las decisiones que se debaten en estas reuniones están tomadas de antemano en otros espacios”, de forma que “las dinamizadoras” dirigen las discusiones para “confirmar acuerdos premeditados”, aseveran desde la Asamblea Abolicionista de Madrid.
Para entender la controversia hay que echar la mirada atrás. Hasta hace tres años la jornada de protesta del Día Internacional de la Mujer era organizada desde la Asamblea 8M, una plataforma de asociaciones feministas de larga trayectoria. Con la llegada del 15M, desde estas organizaciones se dejó espacio a las más jóvenes, quienes empezaron a mostrar interés en el feminismo cuando ya las más mayores temían una falta de relevo generacional. Fue entonces cuando se creó la Comisión 8M, que ha llevado a cabo la organización de movilizaciones masivas como las últimas dos huelgas feministas. Esta misma situación no es exclusiva de Madrid, sino que se repitió en otros territorios.
Los primeros desencuentros aparecen cuando las feministas de organizaciones más veteranas sienten que sus posturas no son tomadas en cuenta en la Comisión 8M, con base en el peso de sus organizaciones y el número de mujeres que las secundan. “No intentamos romper nada, sino visibilizar cuáles son los ejes fundamentales de lucha. Vamos a defender las reivindicaciones que venimos haciendo desde siempre”, explica Ana Sánchez de la Coba, secretaria de Igualdad de UGT Madrid, pero también miembro del Consejo de las Mujeres de la Comunidad de Madrid y del Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres.
Dicha postura no se comparte desde la portavocía desde la Comisión 8M. “No estoy de acuerdo con que no se hayan escuchado sus demandas. Hemos intentando abordar todos los debates posibles, pero siempre basándonos en los consensos”, explica Lina. “El resto de las cosas las podemos trabajar en otros espacios, en nuestros colectivos”, añade la portavoz. Según la activista, el movimiento el 8M es un espacio con diversidad y multiplicidad de las voces, ahí reside su fortaleza y gracias a ello se ha visto potenciado. Admite la necesidad de poner debates como la prostitución encima de la mesa, pero se opone a que ciertos sectores “culpabilicen” o “ninguneen” el espacio.
Otros debates: los vientres de alquiler y el sujeto del feminismo
El debate no se limita a dos bloques generacionales: las feministas más veteranas y las más jóvenes. De hecho, hay mujeres jóvenes que integran organizaciones de larga trayectoria que se han sumado a las críticas o feministas históricas como Justa Montero que están entre las más activas de la Comision 8M. Hay sobre todo debates teóricos o ideológicos sobre la prostitución, los vientres de alquiler y el sujeto del feminismo que subyacen en dichos desencuentros.
Más allá de la lucha contra la prostitución y la trata, que un sector se niega a aparcar, se han recuperado otros debates que llevan un tiempo latentes y generan controversia. Uno de ellos es el debate sobre el sujeto político feminista, es decir, quiénes deben componer el movimiento feminista que históricamente ha sido conformado por las mujeres. “Hay una inclusión en este grupo de una serie de organizaciones trans o queer que pretenden invisibilizar a la mujer como tal y se desvirtúa la historia de la lucha feminista”, manifiesta Sánchez de la Coba.
Por el contrario, desde el movimiento del 8M denuncian un intento de imponer “quién tiene más legitimidad para hablar en las asambleas” y defienden los derechos de todas las participantes de este espacio, ya sean las mujeres trans y todas las mujeres de distintas trayectorias, sensibilidades o militancias que conforman el espacio.
Algo similar ocurre con los vientres de alquiler. Muchas voces exigen una oposición frontal en el espacio del 8M a esta práctica no permitida actualmente en España. Desde la Comisión 8M no hay "una postura totalmente consensuada", aunque esto no significa "que no se vaya a debatir". De nuevo Lina vuelve a incidir en que este no es el espacio de las diferencias, sino el que reúne a las mujeres por otros muchos consensos: la batalla contra las violencias machistas, la precariedad laboral y la lucha por la conciliación, entre otras cuestiones.
De cualquier manera, al margen de los desacuerdos, se quiere incidir en la fortaleza del movimiento feminista y todas las partes comulgan en la necesidad de caminar hacia delante. “No era bueno que se silenciaran algunos temas y este momento incluso puede ser una oportunidad. Estoy convencida de que si hay un movimiento social fuerte ese es el movimiento feminista y vamos a seguir adelante”, subraya De la Coba.