Los hijos de migrantes hacen frente común contra la xenofobia por el coronavirus
- Diferentes colectivos y activistas han lanzado la campaña #NoSoyUnVirus, también con acciones en la calle
- “Hemos decidido salir a la calle para denunciar el trato denigrante a los ciudadanos chinos por el coronavirus”, denuncia Simbo Zhang
- Según varios activistas, el coronavirus es la excusa para el ataque hacia la comunidad asiática: “Están aprovechando este momento para menospreciarnos"
A las seis y media de una tarde de mitad de semana, a apenas unos pasos de la bulliciosa Gran Vía de Madrid, una quincena de personas con mascarillas y de ascendencia diversa escribe “China ≠ virus” en pancartas de cartón. Debajo de esa frase rotulan “Racismo = virus”. Están en la plaza de la Luna y aunque sus rasgos físicos son distintos, este grupo se siente hermanado por un mismo mensaje: “Ahora son los ciudadanos chinos pero podríamos ser cualquiera”, sentencia José Bocum Romero, madrileño de 25 años cuyo padre es de Guinea Bissau y cuya madre es española.
“Ya ves que somos latinoamericanos, negros, españoles y asiáticos porque el racismo es algo globalizado que hay que aprender a combatir”, señala Simbo Zhang, impulsor de este acto reivindicativo. “Hemos decidido salir a la calle para denunciar el trato denigrante a los ciudadanos chinos por el coronavirus”, explica. “Una amiga mía fue a consulta y vio cómo la gente se sentó en otro lado o se tapó cuando entró una chica china”, detalla Zhang, “este tipo de actos hace que alcemos la voz para dar a conocer lo que está sucediendo”.
Este joven de 24 años señala además que los medios están metiendo mucho miedo y recalca que la tasa de mortalidad es de en torno al 2,1%. Y si nos fijamos en el número total de muertes, fallecen muchas más personas (unas 650.000 muertes al año) por consecuencias de la gripe común, cuyo contagio es mayor y más aceptado, que por el coronavirus. Hay que tener en cuenta además que la tasa de mortalidad de esta infección respiratoria por ahora va en descenso y que ya hay una posible vacuna en Hong Kong, aunque está aún pendiente probar su efectividad.
Mientras las informaciones se suceden minuto a minuto, instituciones como la Organización Mundial de Salud y el Gobierno de España instan a que no se estigmatice a los asiáticos. Pese a ello plataformas como el colectivo antirracista de este asiáticos Catàrsia, el espacio intercultural Liwai y los artistas activistas Quan Zhou y Chenta Tsai denuncian un mismo hecho: #NoSoyUnVirus. Una campaña lanzada el pasado lunes por el abogado Antonio Liu Yang.
Zhang ha trasladado esta misma campaña, de un modo físico, al corazón de Madrid: yendo a Callao y a la plaza de Sol. “Me uno al acto de hoy porque todos tenemos los mismos derechos”, comenta Adriana Sánchez, dominicana de 32 años. Ella admite que ha sido víctima de racismo: “Me han llamado ‘negra’ y me han dicho ‘vete a tu país’ cuando todos somos emigrados”. Sánchez lleva una pancarta: “Niños chinos acosados en el colegio”. Ha elegido esta denuncia porque es madre de un hijo y una hija menores de edad: “A mí no me gustaría que les dijeran ‘coronavirus’ porque pienso que cualquiera se puede enfermar”.
A medida que anochece, algunos viandantes graban con sus móviles. Una señora pide una fotografía con todos ellos. Dos chavales abrazan a Zhang. Y un hombre mayor cuestiona que se discrimine a los asiáticos. En esa conversación participan además tres chicas marroquíes, dos con velo y una sin él, que estaban en ese momento en la plaza de Sol con un grupo de amigos. El encuentro, más que aproximar posturas, quedó en tablas.
Además del acto de hoy, que Zhang sopesa repetir en otra ocasión si la situación continúa o se agrava, existen otras propuestas para frenar el racismo causado por la actualidad del coronavirus. La abogada barcelonesa Kangyun Xiao se ha ofrecido como voluntaria para denunciar cada caso de delitos de odio durante estos días. En la Ciudad Condal tuvo además lugar una performance de Catàrsia, .
Sus componentes leyeron un poema muy crítico con la xenofobia: “No soy una foto divertida / para que hagas viral, / sacada de contexto / y lista para emparanoiar [...] no soy una notícia / ni un titular chillón, / que te permita encontrar personas / a quien señalar”. “El arte para nosotras es esencial para canalizar y transformar las emociones en un mensajes de vuelta, en un espejo para la sociedad”, valora el colectivo a cuartopoder.
Pese a la mediática campaña #NoSoyUnVirus y el respaldo institucional, hay denuncias por parte de la comunidad china. Una asiático descendiente de 16 años denunció a Liwai que una madre apartó a su pequeña de ella gritando “aléjate de mi hija, no quiero que la contagies”. Y también exclamó: “No te acerques a los chinos, son tóxicos”. Otra chica escuchó “¡come murciélagos!”. Para Zhang, al igual que para otros activistas consultados, opinan que el coronavirus es la excusa para el ataque hacia la comunidad asiática: “Están aprovechando este momento para menospreciarnos”.
Sobre si existe un racismo ya preexistente hacia las personas con ojos rasgados hablamos con Paloma Chen, gestoral cultural de ‘Tusanaje’, en esta entrevista que puedes leer en cuartopoder: “Me han hecho sentir diferente por ser china, así que siempre he tenido claro que la gente es racista y que se me juzgaba por un aspecto que no veía en concordancia con mi mente.” Y puedes ver este reportaje de Ita Tsai que desgrana cómo se caricaturiza a los chinos.
Buenas tardes,
Brutal tu artículo, Susana. Tenemos que aprender a convivir con todas las culturas, tradiciones y nacionalidades existentes. Ya no sólamente por respeto, sino por sentido común. La discriminación y denigración a una nación entera y el estigma social que se etiqueta es algo absurdo y ridículo debida a la ignorancia y desinformación que se está teniendo por el tema del #coronavirus . El hashtag está teniendo ya su repercusión #NoSoyUnVirus .
Un cordial saludo,
Simbo.