Las confluencias estudian recurrir al TC si la Mesa del Congreso no les da grupo propio

La composición de la Mesa del Congreso, aprobada definitivamente ayer en la sesión constitutiva de las Cortes, no augura buenos pronósticos para los objetivos de las confluencias territoriales. En Marea, En Comú Podem y A la Valenciana mantenían la determinación de volver a intentar obtener un grupo parlamentario propio pese a la negativa que mostraron PP, PSOE y C's tras el 20-D. La situación ahora es si cabe aún peor puesto que la derecha tiene la mayoría en el órgano que decide estos asuntos. Las fuentes consultadas por cuartopoder.es en estas candidaturas no mantienen prácticamente esperanzas de que esos partidos cambien su posición. En todo caso, y al considerar que cumplen todos los requisitos legales para formar grupo separado del de Unidos Podemos, estudian agotar las vías legales. Esto incluye un recurso al Tribunal Constitucional (TC). Pero para utilizar este camino, destacan las mismas fuentes, necesitan garantías de la Mesa de que el recurso no los llevará directamente al Grupo Mixto como así indican los informes de los letrados de la Cámara Baja.

Las confluencias se encuentran a la espera de que la Mesa les comunique oficialmente la negativa a la creación de estos grupos. Y también que ésta decida exactamente si el plazo para la conformación de grupos acaba este viernes, el martes o el miércoles, puesto que entre medias hay un día festivo en Madrid, el lunes. El reglamento establece que no podrán pasar más de 5 días entre la constitución de la Mesa y la formación de grupos. La Mesa se reúne esta mañana para dirimir esta cuestión y comenzar a trabajar formalmente. “Dependiendo de si es antes o después el plazo tendremos más o menos tiempo para contactar y negociar con el resto de fuerzas políticas sabiendo que la situación para convencerlos es complicada”, destaca un parlamentario de En Comú Podem.

A partir de aquí entran en juego varios factores. Según el artículo 25 del Reglamento para la conformación de grupos en el Congreso, ”los Diputados que, conforme a lo establecido en los artículos precedentes, no quedaran, integrados en un Grupo Parlamentario, en los plazos señalados, quedarán incorporados al Grupo Mixto”. Este punto determina los movimientos de las confluencias, como ya sucedió el pasado 20-D. Ni la confluencia gallega ni la catalana presentaron por escrito oficialmente la petición de grupo propio por temor a acabar en el Mixto según la interpretación del citado artículo. Compromís sí lo hizo pero con la decisión ya tomada de que sus 4 diputados se separaran de Podemos.

“El elemento que determinará si presentamos el recurso es si nos dan garantías para luego poder adscribirnos al grupo de Unidos Podemos”, señalan a este medio fuentes de la confluencia catalana. “Estamos negociando si la Mesa nos va a habilitar un plazo formal con garantías para que no acabemos en el Mixto. Tenemos dudas sobre ello y nos preocupa que no se nos de una garantía legal”, destacan fuentes de En Marea. En la confluencia valenciana recuerdan que en el pacto entre Podemos, Compromís y Esquerra Unida ya incluían la posibilidad de recurrir al TC.

Todas las fuentes consultadas recuerdan que la Mesa del Congreso toma “decisiones políticas” más que jurídicas y que una cosa es lo que diga el papel y otra lo que decida el órgano. Y ejemplifican con la negativa tras el 20-D de otorgar grupo a IU, ERC y Bildu pese a que los informes de los letrados eran positivos para ello. Otro ejemplo que comenta estos días es la posibilidad de que PP y C's apoyen un grupo propio para la antigua Convergencia Democrática pese a que el partido catalán no cumple todos los requisitos. “Tenemos los dos papeles preparados y firmados por todos los diputados, tanto el de inscribirnos como grupo propio como para hacerlo en el de UP”, indican desde En Comú Podem.

Por su parte, la Ejecutiva de Compromís se reúne el jueves para ratificar salvo sorpresa que sus cuatro diputados, Joan Baldoví, Enric Bataller, Marta Sorli e Ignasi Candela, volverán a inscribirse en el Mixto si no obtienen grupo propio. Se dispersaría así la confluencia puesto que Ricardo Sixto, representante de IU, se quedaría junto a sus compañeros en el grupo de UP, al igual que los parlamentarios de Podemos.

Garzón, portavoz adjunto del grupo de UP

Los próximos días serán por tanto decisivos para definir la organización interna del grupo de UP. En él se incluirá ahora IU. El partido liderado por Alberto Garzón cuenta con 8 diputados incluyendo a dos de la confluencia catalana, uno de Galicia y el citado Sixto. Desde el primer momento el partido pretendía contar con visibilidad y autonomía. Ello conllevaba, entre otros asuntos, una portavocía adjunta para el coordinador de IU. Garzón reiteró públicamente que su partido tendría voz en los principales debates del Congreso. Desde la coalición de izquierdas han confirmado que será así, en la línea de lo que señaló este medio la semana pasada, y además que Garzón mantendrá su audiencia con Felipe VI como una fuerza autónoma más pese a estar dentro del grupo que lidera Pablo Iglesias.

Ayer Garzón ocupó la segunda bancada en el hemiciclo del grupo de UP, justo detrás de Iglesias y de los que a priori serán portavoz y portavoz adjunta, Íñigo Errejón e Irene Montero. Si finalmente las confluencias territoriales se integran en el grupo principal, Xavier Doménech y Aexandra Fernández volverán a ejercer de portavoces adjuntos para dar visibilidad a En Comú Podem y En Marea. Podemos debe definir también la visibilidad de sus espacios en País Vasco y Navarra o Andalucía, que también reclaman un estatus especial todavía no concretado.