CUMBRE DEL CLIMA
Los pastores en la COP25 contra el discurso vegano: “No siempre es mejor no comer carne”
- El pastoreo y la ganadería extensiva (no intensiva) son opciones sostenibles y beneficiosas para las personas, los animales y la tierra, sostienen
- “Tenemos evidencias científicas de que los pastorales capturan tanto CO2 como lo puede capturar un bosque", defiende García
Uno de los debates más acuciantes ante la emergencia climática es nuestra alimentación. En la Cumbre del Clima, que se celebra en Madrid, el vegetarianismo ha sido una de las apuestas: los famosos chefs de El Celler de Can Roca prepararon un menú verde en la inauguración y durante todo el evento se ha buscado el protagonismo de la comida vegetariana. Pero esta opción alimenticia no es la solución definitiva, según los pastores de distintas partes del mundo que han visitado la COP25. “No siempre es mejor no comer carne”, resume a cuartopoder Fernando García Dory, fundador de la Escuela de Pastores de Picos de Europa e integrante de la Red Europea de Pastores.
Ser vegetariano o vegano puede ser una opción en determinadas partes del mundo, pero en otras partes del planeta, donde no se dan las condiciones para la agricultura, es prácticamente imposible. Además, el pastoreo y la ganadería extensiva son opciones sostenibles y beneficiosas para las personas, los animales y la tierra. Así lo han defendido también a cuartopoder la activista Saoudata Aboubacrine, del pueblo nómada Touareq y de la Red de Pastores de Africa Occidental; y Chachu Canya, miembro del Parlamento de Kenia y de la Alianza Mundial de los Pueblos Indígenas Nómadas (WAMIP, por sus siglas en inglés).
Hay dos grandes mitos en torno a la lucha contra el cambio climático y la ganadería, según sostiene García. Uno de ellos es "que toda carne es mala”. En España tenemos el ejemplo de las dehesas, donde “árboles, pastos y animales conviven perfectamente” y son más sostenibles "que un cultivo de soja". De los 2,4 millones de hectáreas de este hábitat que hay en nuestro país, la mitad se encuentran en Andalucía, donde emergen las principales críticas por las dificultades para poder mantener este sistema de pequeños productores frente a los grandes.
Por otro lado, el otro “engaño” sería pensar que los bosques son los únicos ecosistemas que combaten las emisiones de gases contaminantes. “Tenemos evidencias científicas de que los pastorales capturan tanto CO2 como lo puede capturar un bosque. Cuando un urbanita habla de dejar de comer carne y plantar árboles tiene una agenda equivocada antipastora”, añade García.
Estos defensores del pastoreo abogan por mantener un sistema de pequeños productores, “muy vinculadas al territorio”. La otra ganadería, la intensiva, la de las grandes explotaciones o macrogranjas, sí que consideran que es muy perjudicial para el planeta. Las explotaciones intensivas generan dos metros cúbicos de purines por cerdo al año, lo que supone en torno a sesenta millones anuales de toneladas altamente contaminantes, que afectan también a las aguas subterráneas, según denuncia la Fundación Nueva Cultura del Agua. En 2018 la producción de porcino se redujo en Europa un 2% de media, mientras en el Estado español creció un 3%. Son especies además que, a diferencia de las autóctonas, se adaptan con peor dificultad a los cambios en el clima, un punto para reflexionar.
El pastoreo y el ganado a pequeña escala como forma de vida
“La carne sin químicos es buena para la salud. Necesitamos organizar cómo comemos, pero el pastoreo es bueno para la regeneración del suelo y las comunidades pastoriles tenemos mucho conocimiento sobre la conservación del medioambiente, la biodiversidad y la salud”, explica Aboubacrine, quien preside la organización Tin Hinane, una asociación para el empoderamiento de las mujeres nómadas en Burkina Faso y Mali. La activista, que explica cómo esta forma de vida está intrínsecamente relacionada con su pueblo, también ha denunciado la inseguridad que viven los pastores en su día a día, amenazados por grupos violentos. “Si no sobrevivimos, nuestro conocimiento no sobrevive. Necesitamos tejer alianzas globales y ser escuchados”, añade.
La ganadería móvil y el pastoreo contribuyen a la fertilidad del suelo y esto es especialmente importante en climas áridos o desérticos. “Los animales en pequeños grupos no son malos para el medioambiente, sino buenos. Se van desplazando y mueven la tierra, aportan materia orgánica”, explica Canya, quien critica que en esta cumbre no haya habido espacio suficiente para hablar de este tipo de ganadería amigable con el planeta.
Pero además el pastoreo y la ganadería a menor escala son una herramienta poderosa contra el hambre y que garantiza la soberanía alimentaria de las poblaciones más vulnerables. “La FAO ha determinado que las pequeñas producciones campesinas, ligadas a la Tierra, indígenas, abastecen los mercados locales a los que tiene acceso la población más vulnerable al hambre. En un mundo de 7.000 millones de personas, los sistemas pastoriles son la mayor garantía para mantener su dieta. Toda la ganadería industrial está produciendo únicamente para los mercados de los ricos”, explica García.
Otro argumento a favor de tratar de defender y potenciar esta forma de vida, que en España y en Europa está en peligro de extinción, es que conllevaría oportunidades laborales para los más jóvenes. “Tenemos a un 50% de la población joven en paro y un 80% del territorio abandonado”, apunta García. Mientras tanto en Europa cada tres minutos desaparece una explotación campesina porque los pequeños agricultores no pueden competir contra los grandes, denuncia la Vía Campesina.
Para tratar de concienciar sobre la importancia del pastoreo y la protección de las especies animales autóctonas que se dedican a esta labor, surgen iniciativas como llevar 300 ovejas en peligro de extinción de raza Rubia del Molar a la Casa de Campo de Madrid. García es uno de los impulsores, junto a Ecologistas en Acción y al Observatorio Sierra de Guadarrama, del 'Rebaño por el Clima', que salió desde Puebla de la Sierra el pasado 1 de diciembre y ha venido trashumando a pie unos 100 kilómetros hasta llegar a la capital este jueves. Allí los animales limpiarán la maleza del parque para evitar incendios y así concienciarán también de que la ganadería extensiva es una de las mejores herramientas de lucha contra el cambio climático.
Cualquier pretexto es bueno para perpetuar la explotación animal! Quien es vegano es por los animales, si el maldito humano se beneficia viene siendo una ganancia!