ULTRADERECHA
Miguel Urbán: “Hay que exhumar al franquismo del ejército y la policía”
- Entrevista al eurodiputado de Podemos, militante de Anticapitalistas y autor de 'La emergencia de Vox'
El eurodiputado y cofundador de Podemos, Miguel Urbán (Madrid, 1980), responsable de la formación morada del área de Memoria Histórica y Democrática, ha publicado en Viento Sur el libro La emergencia de Vox. En él, hace un interesante recorrido por la génesis y evolución de las derechas y ultraderechas españolas desde la muerte del dictador Franco hasta la actualidad. En el hoy se detiene para analizar los componentes sociológicos, los discursos y estrategias de Vox. La formación de Santiago Abascal ha conseguido, en un contexto de reacción conservadora internacional, ser tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados en este 2019.
- Habla en el libro de cómo los medios de comunicación han tenido mucha importancia en que actores de la ultraderecha hayan sido relevantes en el Estado español: Josep Anglada, Jesús Gil, José María Ruiz-Mateos, incluso Hogar Social, hasta la llegada de Vox. ¿Ve alguna diferencia en el comportamiento de la prensa española con la de otros países en este aspecto?
"La izquierda no sabe romper con lo políticamente correcto como hace la extrema derecha"
- No hay nada especialmente diferente con otros países. Hemos visto fenómenos que precedieron a todo esto y que tuvieron un punto de arranque importante en los medios de comunicación hasta que adquirieron relevancia institucional. Hablo, por ejemplo, de cómo Le Pen y el Frente Nacional, ya en los ochenta, encontraron en la espectacularización una forma de decir lo que nadie se atrevía a decir, en palabras del propio Le Pen.
El propio Anglada utilizaría una protesta contra la construcción de las mezquitas para recoger cierta relevancia mediática en Catalunya. Llama más la atención el caso de Hogar Social, cómo distintos medios de comunicación han hecho tantos reportajes a un grupo de nazis porque, según me ha reconocido algún periodista, el morbo vende. Estos ejemplos no son exclusivos del Estado español, se dan en el conjunto del panorama europeo y más allá.
Bolsonaro consiguió una relevancia enorme en medios de comunicación cuando era una persona que llevaba años presentándose y solo tenía una representación testimonial en la institución. No era ni siquiera un fenómeno nuevo. Por ejemplo, es significativamente diferente la relevancia mediática que se le dio a Vox con respecto a Podemos antes de que estos tuvieran representación institucional. Claramente se decanta por Vox. Hay que entender la comunicación como un campo donde la provocación se ha convertido en un elemento central.
Hemos de entender las innovaciones del mercado editorial en el que la inmediatez, el clic fácil y la provocación mandan y la extrema derecha sabe usar esto mucho mejor que la izquierda. Desde la izquierda no sabemos romper con lo políticamente correcto como hacen ellos. No sabemos romper con lo políticamente correcto en clave progresista, no en clave de exclusión de sectores sociales. Cuando la izquierda supo hacerlo, en el 15M, con las mareas o el nacimiento de Podemos, se marcaba la agenda política en este país. Cuando hablábamos de no pagar la deuda, se rompía lo políticamente correcto pero desde un punto de vista de inclusión de mayorías sociales. La extrema derecha lo hace ahora desde una lógica de exclusión, eliminación de derechos y expansión del odio, ahí está lo peligroso.
- ¿Qué batallas culturales debería retomar la izquierda con urgencia ahora? ¿El tema del impago deuda puede volver a ilusionar?
"La batalla más importante que hay que disputar es la de las cuestiones materiales"
- Ahora mismo Vox podría llevar al Constitucional, y seguramente ganarlo, al Gobierno español por incumplimiento del objetivo de déficit. Lo puede hacer gracias al artículo 135 que pone pagar la deuda por encima de sanidad, educación... Vox podría llevar a un gobierno del PSOE y Unidas Podemos al Constitucional por esto, algo que han incumplido todos los gobiernos, por cierto. ¿No es momento de cuestionar el 135? ¿No es momento de cuestionar de dónde proviene la deuda? Cuando se hablaba de un impuesto a la banca para que devolvieran las decenas de millones, ¿no era eso cuestionar la deuda? Creo que es un elemento que está sobre la mesa.
Creo que hay que disputar batallas culturales, pero la batalla más importante que hay que disputar es la de las cuestiones materiales. Hay una cosa curiosa, ¿cuántos medios de comunicación hablan del programa económico de Vox? ¿Cuántos dirigentes de Vox hablan de su programa económico? Nadie habla de eso, no es un campo ganador, tienen un programa económico al servicio de las élites, es un partido de señoritos que hace política para señoritos. Nuestra disputa política con Vox la deberíamos plantear en este terreno. Esto no significa que cuando digan barbaridades de otras materias no haya que confrontar. Hablemos de pensiones, de impuestos, de cómo eliminan el impuesto de sucesiones...
La mejor forma de combatir a la extrema derecha es hablando de las cuestiones materiales. Cuando hablamos de menores no acompañados, creo que hay que entroncarlo en un conjunto de elementos de derechos. Vox, con las guerras culturales, lo que está planteando es quién tiene derecho a tener derechos en España. Nosotros tenemos que garantizar que todo el mundo tenga sus derechos garantizados y asegurando las condiciones materiales para que eso sea posible. Eso es hablar de pensiones dignas, de trabajo digno y derogar la reforma laboral, hablar de ETT, de precariedad, de renta básica... ¿Cómo se paga todo esto? No pagando una deuda ilegítima, aumentando la progresividad fiscal... Ahí tenemos que dar la batalla contra la extrema derecha y contra el extremo centro. Muchas políticas que plantea Vox son políticas exacerbadas del PP, Ciudadanos e, incluso, del PSOE.
- Hemos visto recientemente los casos de la violación de los jugadores de la Arandina y la respuesta social y mediática a la misma. También el caso de la suspensión del Rayo-Albacete por gritos de "puto nazi" Zozulya. ¿Vuelve a ser el fútbol y algunos programas deportivos un caladero de la extrema derecha?
"Hay toda una cultura del odio que se va implantando en nuestra sociedad"
- A día de hoy, el principal peligro de la ultraderecha no viene tanto por gupos neonazis o hooligans, que son peligrosos y hay que combatirlos, pero que tienen cierta estigmatización y poca capacidad de imbricarse en nuestros barrios. Lo verdaderamente preocupante es cómo el discurso del odio de Vox entra directamente en nuestros barrios por los televisores y los teléfonos móviles. ¿Cómo combatimos eso? ¿Cómo combatimos a una extrema derecha que construye odios contra los menores no acompañados a través de los medios de comunicación o de los bulos en redes sociales?
Hay que actualizar una cierta práctica antifascista. Combatir al Ultra Sur o lo que supuso Bases Autónomas, los primeros que se imbricaron en las hinchadas de fútbol, es distinto a cómo se combate el discurso del odio. Volviendo al ejemplo. Me preocupa que llevemos tantos años con grupos neonazis en campos de fútbol con insultos de todo tipo y luciendo esvásticas y nunca se ha parado un partido de fútbol y se para cuando se le llama puto nazi a un nazi. Ahí está el verdadero problema. ¿Por qué se ha tolerado el discurso de odio, xenófobo y fascista en nuestros campos de fútbol y cuando se le llama a alguien nazi es cuando se para el partido? Esa tolerancia a los discursos del odio está entrando en nuestros televisores y así entra en nuestros barrios.
Que todavía no sepamos quién ha lanzado una granada al centro de menores no acompañados de Hortaleza es muy importante y llamativo. Si hubiera pasado esto en Catalunya... Banalizamos los discursos del odio y su relación con el terrorismo ultraderechista. En nuestro país parece incipiente, pero en Estados Unidos el terrorismo de extrema derecha es el más peligroso y el que más atentados comete dicho por el FBI. Lo estamos viendo también en Europa. Desde Anders Breivik en Oslo hasta ahora, hemos visto una serie de ataques ultraderechistas en aumento. Hay toda una cultura del odio que se va implantando en nuestra sociedad y luego son otros los que la cosechan con esos ataques de odio.
- Ha hecho referencia a que no conocemos quién arrojó la granada al centro de menores de Hortaleza. Habla en el libro de que la proporción de votantes a Vox en las fuerzas de seguridad y armadas aumenta muchísimo.
"Si fuera por los cuarteles, Abascal sería presidente del Gobierno"
- De hecho, parece que la granada es de entrenamiento militar. No debería ser muy difícil saber de dónde salió. Cada vez encontramos a más ultraderechistas con arsenales de armas en sus casas. Y cuando lo encontramos, dicen que son armas de coleccionistas, estupendo.
Si lo vinculamos al ejército y a los cuerpos de seguridad, el problema se llama Transición. Una dictadura se acostó dictadura y se levantó democracia sin ningún tipo de depuración en las fuerzas de seguridad, en la judicatura... No hubo una ley de amnistía, sino de punto y final. La Transición, si se tuviera que definir con una palabra, sería la de impunidad. Esa impunidad se llama tolerancia hacia los discursos fascistas, xenófobos y racistas. No solo en la sociedad, especialmente en las fuerzas de seguridad o armadas.
Ya no están esos franquistas en el ejército o en la policía, claro que no están. Es peor, han construido escuela en las fuerzas de seguridad. Cuando se habla de democratizar España habría que empezar por todos estos apartados del Estado, hay que exhumar al franquismo del ejército y la policía. Que Tejero se pueda tomar unas cañas en un cuartel el día de la Guardia Civil es una vergüenza. Que Billy el Niño mantenga esas medallas, también lo es.
Esa cultura está imbricada no solo en los cuerpos policiales y armados, sino en tuétano del aparato del Estado. El voto es un buen ejemplo, si fuera por los cuarteles, Abascal sería presidente del Gobierno.Esto nos debería hacer reflexionar. Quien vota es la tropa, quien va en las listas de Vox son los generales. Llama mucho la atención. También la revolución sindical que ha vivido la policía con el ejemplo de Jusapol. Lo que vivimos con la Policía Municipal de Madrid, amenazando a su alcaldesa, y esos agentes no han sido depurados. Eso se llama impunidad. Impunidad para amenazar a una alcaldesa. Eso es imposible en otros países europeos.
- En relación con la fuerza que está adquiriendo el discurso de la derecha, llama la atención la reacción al golpe de estado en Bolivia. El pasotismo internacional al mismo.
"Los demócratas liberales están dispuestos a acabar con la democracia liberal para asegurar el máximo beneficio"
- Se dice que se ha restablecido la normalidad democrática. Es indignante. Priman los intereses económicos dentro de Bolivia. He tenido que escuchar a representantes del PP europeo diciendo que se había derrocado la dictadura boliviana. Hay cosas fundamentales sobre el tema de Bolivia. En primer lugar, cómo los intereses de las multinacionales españolas han marcado el tratamiento por parte del Gobierno español y la UE ante un claro ejemplo de golpe de estado.
En segundo, cómo en Bolivia se demuestra el regreso del fanatismo religioso y de los autoritarismos en América Latina, así como el papel fundamental de los evangelistas. Sin eso, no se puede entender la victoria de Bolsonaro o que un pastor evangelista esté al frente del gobierno en Guatemala. El 'no' a la paz en Colombia y la implicación de los evangelistas. Las marchas en América Latina contra la llamada ideología de género... Los evangelistas intentando eliminar los vestigios de una teología de la liberación y sustituirla por una teología del emprendimiento, las doctrinas neoliberales. El evangelismo se ha enfocado a los sectores más desfavorecidos en América Latina y las incorpora a la causa conservadora y autoritaria.
El doble rasero, aquí. En Bolivia tenemos un regreso a la democracia; en Chile, normalidad; en Venezuela, una dictadura sanguinaria. Este es el momento político de la posverdad en el que nos encontramos. Parece que todo vale. Los supuestamente demócratas liberales están dispuestos a acabar con una democracia liberal para asegurar su máximo beneficio económico.
- Victoria de Boris Johnson, se acelera el Brexit. ¿Qué postura deben tomar las izquierdas con respecto a instituciones supranacionales como la UE en este momento de repliegue identitario? ¿Está la derecha canalizando el sentimiento contrario a la globalización?
"No encontramos un estado-nación dispuesto a desobedecer a la UE"
- No creo que sea la derecha quien está canalizando este discurso. De hecho, creo que hay una derecha que apuesta firmemente por la globalización y otra derecha que apuesta por otro tipo de globalización. Si cogemos el ejemplo del Brexit, Johnson ha dicho que llegará a un acuerdo comercial con Estados Unidos mucho más amplio del que tenía con la UE. Lo que hay es un reordenamiento a escala global donde la hegemonía sin paliativos de Estados Unidos se ha roto, donde estamos en una guerra geoestratégica y comercial, donde se juegan diferentes piezas y donde las multinacionales y la burguesía comprenden que el estado sirve para algo y lo usan en esta guerra.
Yo no hablaría de una cierta lógica soberanista de las derechas. De hecho, vemos cómo los elementos más importantes de la ultraderecha europea no plantean una lógica proteccionista ni de soberanía nacional, ahora quieren reformar la UE. Se han vuelto eurorreformistas, ya ni siquiera son euroescépticos. ¿Para qué se van a ir de la UE si pueden gobernarla? Es una estrategia muy sensata. Plantean que pese más el Consejo, que pesen más los estados miembros y menos la Comisión, el ejecutivo.
Creo que no podemos comprarle esa retórica soberanista a la extrema derecha. Estamos viendo un extremo centro que plantea mantener ciertos elementos de la mundialización o de la globalización feliz, de ese neoliberalismo progresista tal y como decía Nancy Fraser, y hay una reacción de la extrema derecha en donde se reubican en esta guerra comercial para usar los estados nación en favor de los intereses de sus multinacionales.
Ahí, las izquierdas no pueden caer en apoyar el neoliberalismo progresista ni esa cierta retórica nacionalista y proteccionista en clave xenófoba y tintes excluyentes. La izquierda y los movimientos progresistas deberían plantear una salida alternativa. ¿Es posible acometer tareas fundamentales para la sociedad en estructuras como la UE? No. Creo que es imposible combatir la emergencia climática, desarrollar una política económica expansiva o desarrollar verdaderas políticas sociales dentro de la camisa de fuerza de los tratados y la UE. ¿Cuál es la salida? ¿Romper y volver al estado-nación? Tampoco, creo que no se puede abordar el reto de la emergencia climática o el reto de ampliación de derechos sociales dentro del marco exclusivo del estado-nación.
Necesitamos un proyecto político, económico, social y ecológico alternativo al existente en el que usemos los resortes del estado-nación para construirlo. Eso solo se puede hacer sobre experiencias concretas, sobre la lucha, en procesos de desobediencia social y política a la UE realmente existente. El problema no es si estado-nación sí o no, es que no encontramos un estado-nación dispuesto a desobedecer a la UE para desarrollar una alternativa.
- ¿La derrota de Corbyn significa que los programas rupturistas en la izquierda no funcionan, no son apoyados por las mayorías?
"El programa de Corbyn le ha hecho remontar las encuestas"
- Que le digan a cualquier partido socialista europeo que más de un 30% de los votos es un fracaso. El SPD tiene un 18-16% en las encuestas, el socialismo francés sacó un 6% en las últimas europeas, el PSOE tiene un 28% en las generales y es una victoria... Hay que poner las cosas en su contexto.
El principal error de Corbyn es no haber dado una respuesta a la pregunta sobre la que iban estas elecciones, el Brexit. Johnson daba una respuesta clara, de hecho las convocó él con esa pregunta. Creo que el programa de Corbyn, que ha cautivado a las mayorías juveniles, es lo que le ha hecho remontar algo las encuestas.
Desde todos los medios de comunicación se ha pedido la cabeza de Corbyn con un 32% y a nadie en España se le ha pedido por no llegar al 30%. Lo que sería una derrota política es volver a la senda de Tony Blair, la principal victoria del thatcherismo. Creo que la experiencia política de Momentum debería estar en el debate que se va a dar en el laborismo.
… ¿ Solo del ejército y policía ?. Existe un ensamblaje mediático, institucional, económico-fáctico; dentro de una constitución guardadoras de las esencias franquistas, tan esenciales para desarrollar las atrocidades concertadas desde la trastienda del «bipartidismo nazional». Es verdad que no se rompió con nada de lo impuesto, a sangre y fuego; y cuando surge una corriente como Podemos, se torpedea por: Tierra, Mar, y Aire… y en esas estamos, pasando por el aro de la arbitrariedad de décadas de involución soterrada, golpes de Estado (23F), sucesiones de sangre plebeya impuesta, desde el baño de sangre republicana, con sordina celestial bendecida como «Santa Cruzada»… Urbán, se vuelve al derecho de pernada medieval, por qué la pederastía se les queda pequeña, así como las inmatriculaciones, IBIS, las segregaciones por sexos, las XX en las declaraciones, con la religión metida en los centros educativos. Han existido los pactos y Tamayazos… donde se conciertan los privilegios, puertas giratorias, pagos de deuda, redes de cloacas y Villarejos a sueldo del erario público. ¡ Por España !. Y por el palco negro del equipo «B» (de blanco).
De la cueva FAES, salieron bien amamantados, alineados con la «camisa nueva, que en rojo bordaste ayer»… Personajes, llenos de vandalismo, odio, racismo, xenofobia, estulticia política, mantenedora de una impunidad agresiva, que no les importa la cultura, libertades, igualdad, las lenguas, ni reconocer la plurinacionalidad después de un millón de muertos.
Hay mucho que hacer visible, para buscar las soluciones emancipadoras sociales, aglutinando la diversidad que existe para crear una didáctica regeneradora, en beneficio de la mayoría que ha soportado pagos ajenos de su soberanía reconocida… ¡ Para un capitalismo depredador, mafioso, especulativo y si me apuras… golpista !. (No será la primera vez, ni la última Miguel).