Poco a poco, se van vengando de Don Juan Carlos I todos los elefantes que abatió. "Hace cinco meses y medio viendo la televisión y la prensa, Ingrid, mi hija, se acercó a mí con un periódico que explicaba que Juan Carlos había matado un elefante. Le expliqué a mi hija que no debíamos creer a la prensa porque es un hombre demasiado bueno; lo conozco muy bien, porque es tu padre".
La revista Tiempo ha publicado esta semana, en exclusiva, la declaración ante el notario belga Jean de Groo, realizada el 9 de noviembre de 2012, en Gante, por Liliane Sartiau. Esta octogenaria dama quería elevar a categoría de acta notarial una confesión o cotilleo: que su hija Ingrid es fruto de la relación que mantuvo en 1965 en la Costa del Sol con el entonces príncipe de España. "Un hombre de 31 años de edad, muy gentil, guapo, dulce y apuesto, con los ojos azules", relató madame Sartiau cumpliendo el deseo nerudiano de "asustar a un notario con un lirio".
Según nos cuenta Antonio Rodríguez en su exclusiva de Tiempo, "esta acta notarial [que la revista reproduce] ha sido la principal prueba de cargo para que la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo admitiese a trámite el pasado 14 de enero la demanda de paternidad de Ingrid Sartiau contra el anterior rey".
Después cuenta lo del vengativo elefante de Botsuana. Si el elefante de Botsuana no hubiera muerto en aquella fatídica cacería, Ingrid nunca le hubiera enseñado a su madre el periódico del elefante, Liliane nunca le hubiera desvelado a Ingrid quién es su padre, Liliane nunca hubiera acudido al notario de Gante en compañía de su abogado, y quién sabe si el TS no hubiera desestimado la demanda de paternidad. Qué ganas da toda esta historia de hacerse guionista de un culebrón venezolano.
El elefante. El elefante de Botsuana ha pesado tanto en el destino del monarca como aquel inolvidable Elefante Blanco, nombre clave del presunto cerebro del intento de golpe de Estado del 23-F de 1981. Si abatir al Elefante Blanco de aquel 23-F le regaló a don Juan Carlos el peso de la legitimidad de una corona, el paquidermo de Botsuana se la arrebató para siempre. Le obligó a pedir perdón a los españoles en marzo de 2012, tras romperse la cadera y enterarse la plebe de que su rey andaba cazando a espaldas de seis millones de parados e infinidad de desahuciados. "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir". Un rey que pide perdón a sus súbditos es un republicano camuflado de la peor ralea, y tiene que abdicar enseguida, como ocurrió poco después.
Así que, por mucho que se empeñe Pedro J. Ramírez en atribuir la abdicación a sus revelaciones sobre Corinna Zu Sayn-Wittgenstein en El Mundo antes de ser decapitado, quien realmente abdicó al viejo monarca fue un elefante sin nombre. Un Achab de la selva que murió matando. Vengativo. Y la revista Tiempo ha estado a una altura melvilliana desvelándonos todas las intrigas anti monárquicas urdidas por el fallecido pero inteligente elefante.
Alejandra y Bárcenas, dos cuerpazos de portada
Esta semana la chica de portada de Interviú ha salido coja. El director mandó amputarle las piernazas al desnudo de Alejandra Bozzo para eclipsarla con otro cuerpazo: el de Luis Bárcenas. La revista que dirige Alberto Pozas publica en exclusiva fotografías de Bárcenas en la cárcel de Soto del Real en tempestiva fecha, que es ese momento oportuno que tan bien le sienta al periodismo.
Titula la portada, con Bárcenas sudando sobre una bicicleta estática, Y Luis se hizo fuerte. Venenosa alusión a aquel sms de Mariano Rajoy al ex tesorero: "Luis, sé fuerte". Y fue salir la revista y soltar Bárcenas por esa boquita media docena de ostras con perla que han colapsado las portadas de los periódicos, las televisiones, las radios, las barras de los bares y los inodoros de Génova 13. Sí que ha demostrado estar fuerte, el tal Luis.
Caza a Podemos
Como la convención del PP del fin de semana apenas sirvió para aznarizar un poco el clima, ya de por sí frío, los periódicos han esforzado sus desvelos investigadores en salir a la caza de Podemos. Los dirigentes de Podemos son los gamusinos de nuestra cinegética periodística y política contemporánea. Hay días en que los periódicos se parecen mucho a un número de la revista Jara y sedal.
La ya citada Interviú nos retrotrae a las sicofonías de Jiménez del Oso para informarnos de que "Podemos debate si tiene máquina del tiempo". No es una metáfora. Juan José Fernández firma en el lubricante hebdomadario un reportaje en el que nos cuenta que un miembro de Podemos-Fuengirola posee los planos de la máquina del tiempo.
Al parecer, el encargado de comunicaciones de Podemos-Fuengirola, José Manuel Bueno del Pino, tiene la afición de relatar a la gente que "alguien le dio en Brasil un maletín con los planos de la máquina del tiempo". Antes de las elecciones para designar el consejo ciudadano de la formación local, un militante advertía: "Me preocupa que en Fuengirola tenemos una máquina del tiempo y no lo sabemos. Y su propietario se presenta al consejo ciudadano. Que Tutatis nos coja agarrados a la silla si algún día un periodista nos pregunta por este tema".
Pues la prensa se ha enterado. Y el asunto ha llegado a la dirección nacional de Podemos: la Comisión de Garantías Democráticas de la formación de Pablo Iglesias debate si sancionar a Bueno por haber cerrado un foro de internet del círculo local, donde el asunto de la máquina del tiempo se había convertido en trending topic del cachondeíto fuengiroleño. Con el gracejo que gozan los malacitanos, normal que Bueno cerrara la web. O que se hubiera desplazado en su máquina del tiempo hacia coordenadas crono-espaciales menos hilarantes.
El gamunsino Monedero
El gamusino más apetecible esta semana para nuestras mejores escopetas mediáticas ha sido Juan Carlos Monedero. Además de un reportaje sobre las presuntas falsificaciones de su currículum, y las también presuntas irregularidades de sus trabajos de asesoramiento a Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, El País de Antonio Caño le dedica su editorial pole position, La 'casta' alternativa. En este texo, el diario de Prisa ni concede el beneficio de la presunción de inocencia. La victoria de Syriza este domingo ha atraído mucha urticaria hacia Podemos.
El País hasta compara a Monedero con el mayor adalid patrio de la corrupción que esconden algunos ideales: "Equiparar la construcción de un partido a la causa de la libertad recuerda el estilo de Jordi Pujol, que en algunos momentos ha pretendido justificar importantes irregularidades, o se ha declarado víctima de persecuciones sin cuento, alegando la causa de la libertad de Cataluña. Envolverse en estas nobles banderas para justificar trapisondas, corruptelas y corrupciones es propio de gente rancia y atrasada, no de los demócratas europeos en pleno siglo XXI". El gamusino se da por cazado, al parecer.
Ese mismo día, y en el mismo periódico, John Carlin iniciaba un reportaje en dos entregas sobre Podemos. El periodista español que enamoró a Nelson Mandela acude a actos del partido, se entrevista con podemistas de base y de cúpula, repasa hemeroteca y urde un relato atlético y cerebral al mismo tiempo, como debe ser un relato. Pero algunos adjetivos y circunloquios dejan cierto aroma a línea editorial, y eso es muy triste para el lector: "populista mensaje", "caballeros de la Mesa Redonda", "esa palabra, oligarquía, chirría"... Aunque con menos descaro que sus jefes, Carlin también estaba cazando gamusinos.
El gamusino que se caza a sí mismo
Hubo un tiempo en que la televisión era conocida como la caja mágica. Y, muchas décadas después de superada la edad de la inocencia, lo sigue siendo. La magia catódica crea mundos de fantasía donde incluso se pueden encontrar gamusinos que se cazan a sí mismos. Fue el caso de Pablo Iglesias en su intervención del sábado en el programa La Sexta Noche. El gamusino mayor de Podemos se tendió su propia trampa denigrando una decena de veces al periodista Eduardo Inda, al que se dirigía como Pantuflo (por su parecido con el padre de Zipi y Zape). La pueril reiteración del apelativo insultante despresidencializó al politólogo, que se trasmudó de mesías indignado a friki de Sálvame de Lux en lo que parpadea un frame. La grosor de la distancia entre telegenia y telefobia es ala de mariposa. Al día siguiente, cuando Pablo Iglesias abrazaba en Atenas a Alexis Tsipras tras la victoria de Syriza, perdí el foco en la tele y soñé que a quien estaba abrazando el griego era a Belén Esteban. La que dijo en Tele5 que tiene "un coño de aquí a Logroño". Cuidado con la tele, gamusino Iglesias, que caza con trampas.
MR JUAN CARLITOS DE BOBON Y BOBON SERA INGRESADO EN EL PSIQUIATRICO PEPERO DEL OPUS DEI POR SU TRASTORNO BIPOALR DE MAS 33 AÑOS