El 26 de febrero de este año, el secretario de Estado español de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Manuel Gracia Aldaz, quiso reunirse con el opositor cubano Guillermo Fariñas en el hotel Gran Versalles de Madrid. Acudieron a aquel desayuno informal varios representantes de la disidencia cubana. Pero Fariñas no apareció en aquel desayuno del Gran Versalles. El alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores español fue informado de las razones del plantón. Pocos días antes de su viaje a España, el 16 de febrero, Guillermo Fariñas sufrió una paliza de la policía cubana. Las secuelas de esta supuesta agresión le impidieron tomar el avión a Madrid.
Guillermo Fariñas es el portavoz de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), partido democrático anticastrista que ha aglutinado, en los últimos años, a la mayoría de los movimientos disidentes de la isla. Fariñas acudía a Madrid, de hecho, para reunirse con la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler; representantes de Arco Progresista, Unión Liberal Cubana y Movimiento Cristiano de Liberación, entre otras corrientes que buscan una transición pacífica y democrática en la isla caribeña (algunos más, otros menos, y varios nada, apegados a los intereses económicos que esperan desde Miami la caída del castrismo).
Los disidentes habían viajado desde Cuba para participar en una reunión en la Casa de América organizada por la Asociación de Iberoamericanos por la Libertad (AIL). Pero el portavoz del movimiento que articula la gran base social de la oposición interna cubana, Unpacu, se tuvo que quedar en Cuba porque una presunta paliza policial lo incapacitó para subirse al avión.
Corrobora la versión de la paliza Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (creada en 1987, premio Human Rights Watch en 1991 y Premio Derechos Humanos de la República Francesa en 1996, colaboradora de Amnistía Internacional y de ONU).
-- Yo le llamé a Coco Fariñas por teléfono desde La Habana unos días antes de venirme a España y me lo contó --relata a cuartopoder.es Elizardo Sánchez en una cafetería madrileña--. Que le había dado una paliza la policía y que no podía coger el vuelo. Yo le insití. Le dije que tenía que venir a Madrid. Que hiciera el esfuerzo. Que era importante. Y me dijo que no podía. Que no tenía fuerzas ni para ir en carro a La Habana. Que no aguantaba los dolores.
-- ¿Y el Ministerio de Asuntos Exteriores español no hizo nada?
-- En un periódico español se publicó que Fariñas no había podido acudir porque había sufrido una caída.
-- ¿Esa fue la versión que dio el Ministerio de Exteriores? ¿Que Fariñas se había caído y no que había sido apaleado?
-- No, no hay versión oficial, que yo sepa.
-- Parece extraño que el Gobierno del PP, conociendo estos hechos, no se haya pronunciado. No los haya denunciado ante la comunidad internacional. Fariñas es uno de los representantes más destacados del anticastrismo democrático. Y el PP va de partido muy beligerantemente anticastrista. Y muy democrático.
-- Nosotros comprendemos que el Gobierno de España defienda los intereses económicos españoles en la isla de Cuba, que son muchos. Pero lo que está haciendo el Gobierno de España es anteponer esos intereses económicos a la defensa de los derechos humanos en Cuba. Y eso me parece un poco hipócrita, perdona la expresión, hermano.
Cuartopoder.es intentó desde el lunes 3 de marzo confirmar si el Ministerio de Exteriores español conocía las razones que habían impedido a Guillermo Fariñas reunirse en Madrid con el secretario de Estado para Iberoamérica. Este periódico preguntó explicitamente al ministerio si Jesús Gracia había sido informado de la paliza que impidió a Fariñas viajar a Madrid.
-- Claro que se le informó a Jesús Gracia -protesta el presidente de la Asociación Cubana de Derechos Humanos.
Y lo confirma también Javier Larrondo, representante en Europa de la Unpacu y presente aquel 26 de febrero en la reunión de los portavoces disidentes.
-- En la reunión que tuvimos después, en la Casa de América, había dos representantes del Ministerio de Exteriores. Fueron como oyentes, invitados por la AIL, creo. Allí se habló de lo que le había pasado a Fariñas. De la paliza. El Ministerio de Exteriores sabe perfectamente que Fariñas no pudo venir a España porque le dieron una paliza -insiste.
Finalmente, cuatro días después de la primera llamada, una voz autorizada de Exteriores se pone en contacto con cuartopoder.es: "No, no hay nota de prensa sobre esa reunión. Y no creo que te podamos informar sobre el contenido. A veces los contenidos de estas reuniones preferimos que no trasciendan, por precaución. Precisamente por precaución con lo que le pueda pasar a la gente cuando vuelva [a Cuba]".
No es la primera vez que la oposición cubana cuestiona en los últimos tiempos la flameante bandera anticastrista del PP. En diciembre del pasado año, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, declinó dos invitaciones para mantener un diálogo informal con la oposición democrática a Castro. Feijoo, en su viaje a Cuba de diciembre, sí mantuvo incluso una publicitada entrevista con Raúl Castro, denuncia Elizardo Sánchez. Y se queja de que esa misma actitud mantiene el Gobierno del PP en España.
-- O sea, que el PP no es tan anticastrista como anda diciendo por ahí --le pregunta el periodista a Elizardo Sánchez y a Javier Larrondo.
Larrondo y Sánchez se ríen. No muy alegremente.