Las primeras imágenes de 'Alfon' tras abandonar la cárcel. / Vídeo: TheCuxipu (YouTube)
Y Alfon salió de Soto del Real. A las seis de la tarde. Después de 56 días en prisión. Sin saber prácticamente de qué se le acusa. Sin que su defensa tenga conocimiento del informe policial. El informe policial más difícil de redactar de la historia de la literatura. Aun no ha sido entregado. Alfonso Fernández, 21 años, era hasta ahora el único detenido durante la huelga general del 14-N que permanecía preso. La policía lo arrestó a las puertas de su casa. En el barrio de Vallecas. Cuando se iba a incorporar a un piquete informativo.
La única versión gubernamental o judicial de las razones de su detención la proporcionó la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, a través del muy riguroso canal oficial de su cuenta de Twitter: allí colgó la foto de la bolsa que presuntamente portaba Alfon en el momento de su detención, y que contenía dos botellitas de gasolina, esprays de pintura y unos cuantos petardos. La gasolina es un disolvente habitualmente usado por los pintores para limpiarse las manchas. Funciona mejor que el aguarrás, me confirma un amigo del gremio pinturero. Los grafiteros suelen llevar botellitas de gasolina para limpiarse las manos después de desarrollar sus artes.
Por otra parte, a falta del informe policial, fuentes de la plataforma que lleva 56 días demandando libertad para Alfon apuntan que dicha bolsa ni siquiera se encontraba en poder de Alfon. Que la policía la halló en las cercanías y que se la atribuyó al chaval, miembro de los Bukaneros, hinchas del Rayo Vallecano en cuyo local se habían decomisado materiales semejantes unas fechas antes.
La jueza del juzgado de instrucción 21 de Madrid obliga a Alfon a comparecer los días 8 y 22 de cada mes. Fuentes cercanas a la defensa del chaval, calificado por muchos como un preso político solo detenido para asustar a la gente que se moviliza, sospechan que la jueza no ha tenido más remedio que decretar su libertad provisional tras recibir informes científicos incapaces de hallar ninguna huella u otro tipo de prueba que confirme que la dicha bolsa de los petardos estuvo en algún momento en poder de Alfon. Pero todo son especulaciones a la espera del esperadísimo relato policial de los hechos.
Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, se moja sin pudores: "Lo de Alfon ha sido un escarmiento para avisar a la gente de que el Gobierno puede llegar muy lejos" en la represión indiscriminada de los que se movilizan contra las medidas de austeridad.
También los medios toman partido. ABC asegura que Alfon tiene antecedentes por atraco, agresión sexual y tenencia de drogas. Público.es, desde el blog de Shangay Lily, firma cercana a la familia del recién excarcelado, responde que el diario conservador “se atreve a inventarse todo un historial delictivo que para sí quisiera Jack el Destripador a pesar de saberse que Alfon no tiene antecedentes criminales”
Ahora la jueza, Mercedes Gutiérrez, deberá aclarar algunas cuestiones. Primero, que el primer delito que se cargó a las espaldas de Alfon fue por crear “alarma social”, no tipificado en nuestro Código Penal desde que Alfon tenía con 13 años. Después, por qué se le acusó de pertenecer a banda organizada, sin especificar qué banda, argumento acusatorio que desapareció del auto de la jueza de 27 de diciembre de 2012, día en que se ratificaba su prisión provisional por riesgo de fuga. Hoy ya, al parecer, ni siquiera existe riesgo de fuga. Y Alfon ya está en la calle, sin miedo judicial a que se largue, bajo situación procesal de libertad provisional.
Extraño caso. Alfon es uno de los pocos presos españoles que ha pasado, en un solo día, de ser FIES (fichero de internos de especial seguimiento: etarras, narcos y otras joyas) a estar en libertad provisional. A las puertas de la prisión le esperaban su madre, su hermana, los Bukaneros y numerosas personas vinculadas a los movimientos sociales. Gente que no va a parar de hacer preguntas.
El problema es que esas botellas son de gas no de pintuta.