CINE

Luis López Carrasco: “La democracia sufre un ataque más contundente y despiadado de lo que creemos”

  • Entrevista con el director del documental ‘El año del descubrimiento’, centrado en lo ocurrido en Cartagena durante 1992
  • El trabajo cuenta unos sucesos borrados en los medios y libros de historia: el día en el que una clase obrera traicionada y desesperada llegó a quemar un parlamento

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El año del descubrimiento va a ser uno de los documentales del año. El Mundo lo ha definido como “el documental más sorprendente y hasta imprescindible que ha dado la cinematografía española en mucho tiempo”. Al Hollywood Reporter le ha impactado “la brutalidad policial junto con la desilusión por las políticas neoliberales del gobierno supuestamente socialista” y Cineuropa que su director y guionista, Luis López Carrasco, “arrea con esta película un tortazo a la historia oficial”. La voz de Galicia la ha definido como “una de las más grandes películas frontalmente políticas que haya conocido el cine español”. 

Todos tienen razón. Con una excelente acogida en el Festival de Rotterdam, López Carrasco ha centrado su nuevo trabajo en Cartagena y en unos sucesos hoy borrados en los medios y los libros de historia: el día en el que una clase obrera traicionada y desesperada llegó a quemar un parlamento. Eso ha pasado en España y de eso nadie sabe nada. Estamos hablando de cuando la clase obrera tenía conciencia y el partido “socialista y obrero” (en el poder en aquel 92 de las olimpiadas y el aniversario del descubrimiento de América) los engañó y abandonó.

López Carrasco ha reunido a cuarenta y cinco personajes procedentes de los barrios periféricos de Cartagena y La Unión y ha rodado su película en Hi8, imitando el registro doméstico de principios de los noventa. Además la ha editado a doble pantalla, focalizando diferentes puntos del bar en el que se desarrolla toda la película. El resultado es tan ambicioso como magistral. De ello hablamos con su autor, uno de los cineastas mas interesantes y audaces que tiene este país.

-¿Qué tal fue la experiencia en el Festival de Rotterdam?

-Inmejorablemente bien, se fue haciendo el murmullo de que la peli era una de las más destacadas, tanto en los pases de prensa como del público. Pero en los festivales los favoritos nunca ganan.

-¿Por el tema que trata?

-Sí, y mira Francia y los chalecos amarillos. Mira Chile, Bolivia, Ecuador... Mi sorpresa fue el Sudeste asiático, mis encuentros con la prensa china, japonesa... “¡En Japón no sabes lo mal que estamos!”, me decían. La película capta un malestar global.

-Algo tan local como las protestas ante la reconversión industrial en la Murcia de los noventa se convierte en algo universal y actual. ¿Cómo surge la idea de rodar El año del descubrimiento?

-Tiene que ver con mi peli anterior, El futuro. En ella quería habla del estado de confianza, de aquella prosperidad...

-Ese PSOE, esa ilusión...

"Documentándome llegué a la reconversión industrial, algo conflictivo y disidente para replantear el relato sobre los ochenta"

-Sí, esa celebración. Antes de rodar pensé que no dejaba de relacionarme en el mito de los ochenta como celebración juvenil. Quería irme a otro punto distinto. Documentándome llegué a la reconversión industrial, algo conflictivo y disidente para replantear el relato sobre los ochenta. En un artículo que escribí, con Luis E. Parés, llamado Confort y conflicto recordaba cómo la Ley Miró se cargó un tipo de cine que daba cuenta de una sociedad heterogénea. Pilar Miró se cepilla el cine documental. Mira el caso de Después de..., que fue secuestrada.

-Volvamos a la génesis de El año del descubrimiento.

-Recuerdo las imágenes del Parlamento de Murcia ardiendo. Yo soy de Murcia y empiezo a peguntar a mi alrededor. Y cuando pregunto a mis adultos qué paso en Murcia, me dicen: “¿Qué paso?”. Y yo contesto: “¡Oye, que quemaron el parlamento!”. Y me dicen: “No, eso no pasó, te lo has inventado”. Por eso mezclar la quema de un parlamento con un año tan connotado como el 92 me parecía un punto de partida increíble. Y ahí empiezo un proceso de documentación muy largo en el que me ayudó el guionista de la película, Raúl Liarte.

-Durante buena parte de la proyección esperas ver quemar un parlamento, que es una imagen brutal. Pero al final solo muestras una foto. ¿Por qué esa decisión?

-No había muchas imágenes. Nuestro archivo era de Telecartagena y no tenían imágenes del incendio. Se emitieron unas muy breves en Antena 3, pero no conseguimos dar con los que las cedieron. Pero aun teniendo esas imágenes, las hubiese puesto en ese lugar.

-Te confieso que no me informé de nada antes de ver tu película. Sé que siempre experimentas y no quería ir condicionado por lo que podía leer. Empiezas entrando en una peli, una ficción. Confuso, fascinado. ¿Cómo se articula todo eso con un guionista? 

-Es una trabajo de pensar el casting, las personas que vamos a fichar, qué preguntarles, cómo vincularas para que interactúen... Pensar la película en voz alta. Al principio pensamos más en la ficción, en hablar con los protagonistas del conflicto para que luego actores jóvenes hiciesen de ellos. Y todo centrado en el 2 de febrero del 92, día previo a los disturbios. Pero a la vez queríamos conversaciones totalmente espontáneas, lo que hice en El futuro. Pero al conocer a los trabajadores todo cambió. Su historia no se había contado, nadie la conoce. No podían ser solo una fuente documental, tenían que aparecer.

-Contar lo que era la conciencia obrera perece el gran propósito de la película, contar en qué han convertido a los trabajadores. 

 "El tema principal de la película es el trabajo y la situación del sindicalismo actualmente"

-Sí, era una peli sobre el trabajo y vimos que reconstruir ya no tenía tanto sentido. Hicimos un casting abierto, un casting con cinco preguntas. La peli es un grupo de discusión sociológico y mi hermano, que es sociólogo, me ayudó en las peguntas. El tema principal de la película es el trabajo y la situación del sindicalismo actualmente.

-¿Cómo fue la puesta en escena, decorar ese viejo bar?

-Y todos ellos van vestidos como en los noventa...

-Claro, ¿cómo lo aceptaron?

-Decían: “Pero, a ver, ¿esto qué es, esto va sobre mí?”. Ellos hacen una versión de sí mismos. Y estoy muy agradecido que personas desconocidas hayan confiado y se hayan expresado con ese desparpajo.

-Algunos hasta se llegan a cabrear.

-Paramos el rodaje porque se iban a pegar. Habían bebido mucho...

-Una gran idea es dejar las cámaras muy alejadas, para que los allí reunidos no pierdan privacidad y espontaneidad.

-Claro, eran cámaras Hi8 y estaban en la otra punta del bar. Había un microfonista y solo dos cámaras. El resto del equipo estábamos en el almacén con monitores. El director de arte y el guionista hacen de los camareros del bar y yo con el walkie les hacia actuar, teníamos todo un sistema.

-¿Qué ambición tienes, hasta dónde te gustaría llegar con esta película?

-El año del descubrimiento está muy influenciada por los documentales de los años setenta. Informe general, Numax Presenta, Vestida de azul... Fue revelador ver Después de..., de Cecilia y José Juan Bartolomé, rodado antes del Golpe de Estado. La expresividad y la idea de la gente de cómo debería ser la España democrática tenía un valor extracinematográfico. También me influyó la escritora Svetlana Aleksiévich. Mi deseo es que la película se vea de todas las maneras posibles y que genere debate. Porque suscita debate para hablar de ella en la barra de un bar.

-O un buen cinefórum, lo podríamos organizar en cuartopoder.

-Claro, me encantaría, es un medio que a mí me gusta mucho.

-Hablemos del presente. ¿Cómo ves el futuro del país, el futuro del trabajador, de la clase obrera?

"La peli trata de recoger un malestar profundo. Hay gente que está triste y enfadada y se siente abandonada y desasistida"

-La peli trata de recoger un malestar profundo. Hay gente que está triste y enfadada y se siente abandonada y desasistida. Y eso está relacionado con la Unión Europea y su relación con las entidades locales, estatales. Hay una sensación de pérdida de control.  Pero desde el 92 hay una deriva neoliberal fortalecida por el Tratado de Lisboa. Hay una desafección que se mezcla con el terrorífico fantasma de la ultraderecha.

-Con 52 diputados en el Congreso.

-La ultraderecha era objeto de mofa y sin darte cuenta la tienes gobernando. Si ves lo que sucede en Brasil, Filipinas... las corporaciones multinacionales se han dado cuenta de que la democracia ya no es necesariamente útil para poder funcionar. Desaparece la alianza entre el capitalismo y la democracia parlamentaria porque el experimento chino les ha funcionado muy bien. La democracia sufre un ataque más contundente y despiadado de lo que creemos. Sutil, pero contundente. No tengo una predicción para España, pero hay un futuro potencialmente oscuro contra el que hay que luchar no haciendo películas, sino asociándose. El año del descubrimiento muestra que hay que establecer alianzas más allá de tu perímetro cercano. Tras ver la peli te dan ganas de apuntarte a un sindicato, ves perfectamente los efectos y el desvalimiento que es estar solo y aislado.

-Cierto. Suerte con la película, la merece.

-Muchas gracias.

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