‘El escándalo (Bombshell)’: caída del depredador sexual que creó Fox News
- La película es atrayente sencillamente por lo que narra: los bastidores del imperio mediático de Fox News y la miserable vida íntima de su creador Roger Ailes
- El acosador llegó a su cargo en 1996 y campó a sus anchas hasta que en julio de 2016 una periodista interpuso una denuncia por abuso sexual. Le siguieron dos docenas
- La película es necesaria y merece la pena solo porque otros cerdos como él recuerden lo que les puede suceder y como estímulo para víctimas que se animen a denunciar
Para ver en la gran pantalla el escándalo del monstruoso Harvey Weinstein nos hemos tenido que conformar con el documental Intocable, que comentamos en cuartopoder. Nada de ficción de momento. Ahora empiezan a llegar los testimonios de las víctimas de un vomitivo violador que quizás algún día tenga su propia película de ficción y puede que hasta compita en el festival en el que Weinstein se forró junto a su hermano Bob: Sundance.
Uno de los testimonios más desgarradores en el mediático juicio contra Weinstein ha sido el de la magnífica actriz Anabella Sciorra. La intérprete de La mano que mece la cuna, Cop Land y Los soprano ha declarado que el poderoso productor y distribuidor la violó y después le envió unos bombones con forma de pene y una medicación para los nervios. Su vida y su salud mental quedaron devastadas desde ese encuentro con el productor depredador. También su prometedora carrera en Hollywood.
Una de las actrices que pueden ser llamadas a declarar en el juicio contra Weinstein es Charlize Theron, protagonista, junto a Nicole Kidman y Margot Robbie, de El escándalo (Bombshell), sobre otro famoso depredador: Roger Ailes, capo de la derechista Fox News. La película está dirigida por Jay Roach, más cercano a la realización televisiva que a la cinematográfica y que debutó con Austin Powers (de la que también rodó su secuela) y siguió con pelotazos de taquilla como Los padres de ella y Los padres de él.
Pero además de la comedia boba y palomitera, a Roach le interesa el cine político. Prueba de ello son Recuento (sobre el polémico recuento de votos en Florida tras las elecciones presidenciales americanas del año 2000), Game Change (sobre las campañas de Sarah Palin y John McCain) y All the way (sobre el presidente Lyndon B. Johnson). Su mejor película hasta la fecha quizás sea Trumbo, sobre el famoso guionista perseguido por la Caza de brujas y resucitado en Hollywood gracias al coraje del recientemente fallecido Kirk Douglas.
Estamos, por lo tanto, ante un realizador competente más que ante un cineasta, pero la historia que narra la película y su guión son interesantes. El escándalo (Bombshell) es atrayente sencillamente por lo que narra: los bastidores del imperio mediático de Fox News y la miserable vida íntima de su creador Roger Ailes, otro mediático depredador sexual.
No es la primera vez que Ailes es un personaje de ficción. Y volvemos a la televisión: el año pasado se estrenó La voz mas alta, serie de siete episodios basada en un libro de Gabriel Sherman y que muestra la vida social del despreciable magnate y las acusaciones de acoso sexual que acabaron con él y con la reputación de una cadena de televisión que construyó presidentes como George Bush o Donald Tump. Hasta ahí llegó el poder de Alies, un poder del que abusó hasta acabar con su reinado. Por desgracia, la serie (por la que Russell Crowe acaba de ganar el Globo de Oro al Mejor actor en miniserie) es bastante fallida.
Rupert Murdoch (en la película un Malcolm McDowell clavado al magnate, entonces dueño de 20th Century Fox, estudio hoy absorbido por Disney) fue quien creó al monstruo que creó a su vez a otros monstruos como Bush o Trump. Es posible que Murdoch se oliese lo que podría suceder con las conocidas inclinaciones de Ailes, pero el acosador llegó a su cargo en 1996 y campó a sus anchas hasta que en julio de 2016 (antes del movimiento MeToo) una periodista interpuso una denuncia por abuso sexual. Y le siguieron nada menos que dos docenas de mujeres.
El caso Ailes fue la crónica de un cese anunciado. El depredador venía del análisis político manipulado (Fox News basó su liderazgo en una mentira repetida hasta que se admitía como verdad) y participó en las campañas presidenciales de líderes de la derecha como Richard Nixon y Ronald Reagan. Además, Ailes fue expulsado de la CNBC por la misma y oscura razón que le llevó a ser expulsado de Fox. Pero en este último y definitivo caso fue de la forma más indigna: Murdoch se negó a aparecer con él en la despedida de la cadena que había creado.
Ailes estaba marcado de por vida. Una vida que, por otra parte, duró poco más. Un año después de la acusación, y días antes de tener que responder ante un juez, murió. Y siempre lo negó todo, no pensaba que había hecho nada digno de un juicio. Y mucho menos de una multa. ¿Cárcel? Ni se le pasaba por la cabeza, como a Weisntein. Eran décadas de impunidad y abuso de poder. Ailes estaba demasiado acostumbrado, su conducta era lo normal.
Ailes es un buen villano para el cine, el típico ser infecto que no puedes creer que llegue a esos estados de mezquindad. En muchas empresas hay puercos así. Ailes controlaba desde su despacho cada detalle, cada entrevista, cada exclusiva, cada titular. Y en cada redacción o control de realización de Fox News había un teléfono que solo sonaba cuando llamaba él, generalmente para montar una buena, para pedir que una presentadora enseñase más muslo o para despedir a alguien. Y fue uno de esos despidos arbitrarios lo que le costó el cargo y la vida a este pájaro.
Pero ese pájaro creó un imperio mediático y hubiese seguido manipulándolo a placer si no fuese porque un grupo de mujeres decidieron dejar de callar y hablar, pase lo que pase. Y El escándalo (Bombshell) es interesante y muy necesaria porque contesta a peguntas como “¿por qué ahora?”, “¿por qué estuvieron calladas?” “¿por defender su privilegiado trabajo y su estilo de vida?”.
La película de Jay Roach, nominada en los Oscar (que se entregan el domingo) a Mejor actriz (Theron), Mejor actriz secundaria (Robbie) y Mejor maquillaje, muestra una realidad asumida y ocultada durante décadas y también un nuevo mundo en el que un gigante como Alies puede caer. La película es necesaria y merece la pena solo porque otros cerdos como él recuerden lo que les puede suceder. También como estímulo para víctimas que se animen a denunciar a otros cerdos.
Lo peor:
En ningún momento consigue ser una gran película, El escándalo (Bombshell) es poco imaginativa en lo visual y sus actrices están correctas, pero no brillan por mucho que las nominen a los Oscar, los Globos de Oro o el Sindicato de actores. Son nominaciones cantadas, demasiado obvias para una película también bastante obvia.
El perverso magnate Rupert Murdoch llega a caer hasta bien, algo completamente delirante.
La película tiene un mal enfoque en su guión. Su tema es el poder, pero no solo el de Ailes, también el poder que quiere lograr toda aquella presentadora que pasaba por su despacho. No está suficientemente bien reflejada la renuncia moral por la que pasa la aspirante a estrella televisiva y los daños psicológicos que eso conllevaba. Y todo mientras Ailes no se sentía culpable de nada y veía normal, y parte de su cargo, el impuesto en carne que pedía a cada candidata.
Lo mejor:
La escena de cama (muy blanquita, eso sí) entre Margot Robbie y Kate McKinnon, que acaba escondiendo una foto con una de sus novias por temor a ser despedida. Algo así como ser hoy lesbiana en 13 TV, la cadena de la Iglesia.
John Lithgow está enorme como Ailes. Y con un maquillaje perfecto y nominado a Oscar de forma muy justa. También está magnífico Malcolm McDowell como el magnate Rupert Mudoch.
Los momentos más tristes de El escándalo están protagonizados por Margot Robbie. En uno vemos cómo tiene que subirse la falda ante el asqueroso Ailes y en otro la confesión telefónica de que fue más allá, algo que sabemos la marcará de por vida.
En resumen: una película urgente pero que olvidas nada más verla. El escándalo (Bombshell) es necesaria pero olvidable.
No he visto la peli, aunqué probablemente lo haré, pero si he visto la serie ‘The loudest voice’ y coincido bastante en la crítica… En mi modesta opinión el gran error es que el verdadero malo-malote esta blanquedao, es decir Rupert Murdoch sale de perfil, como si pasara por ahí, cuando la realidad es que el ínclito Rupert Murdch y su imperio propagandístico neoliberal de la cultura del fango es la auténtica alimaña que ha berlusconizado, y sigue haciéndolo, el debate público mundial con todo tipo de artimañas inescrupuloamente.