35 años de Scarface en 35 anécdotas

Con la película montada, De Palma tuvo que lidiar con los censores, que querían calificarla con una X
La crítica la destrozó. Así lo recordó Pacino en la celebración de la salida de la película Blu-ray: “La crítica nos machacó"

Iván Reguera El viernes, 1 de junio de 2018

Este año cumple 35 años de una de las películas más emblemáticas del Hollywood de los ochenta con Brian de Palma y Al Pacino en estado de gracia, Scarface. Para celebrarlo aquí van 35 curiosidades que quizás desconocían de este clásico:

Todo comenzó cuando Al Pacino paseaba por Sunset Boulevard y vio que en un cine proyectaban Scarface, el terror del hampa. Pacino nunca la había visto pero recordaba a un actor que jugaba con una moneda (George Raft).
A Pacino le asombró la interpretación de Paul Muni (que De Palma dijo detestar, y con razón porque Muni era un actor espantoso). Cuando salió del cine llamó arrebatado a su representante.
La película original está dirigida por Howard Hawks y Richard Rosson en 1932 y su guión, basado en la novela de Armitage Trail, es de Ben Hecht.
Martin Scorsese quería hacer el remake con De Niro de protagonista, pero Pacino y Martin Bregman, su agente, se anticiparon.
Pensaron ambientarla como en la original, en el Chicago de la Ley Seca, pero De Palma lo rechazó y se bajó del proyecto.
Cuatro años después rodaría Los intocables de Eliot Ness, ambientada en esa época.
Sidney Lumet (12 hombres sin piedad) entró en el proyecto y propuso ambientar la película en el Miami de los 80.
Un joven Oliver Stone entró como guionista. Venía de firmar el libreto de Conan, el bárbaro y de estrenar su primera película como director, La mano.
Stone tenía problemas con la cocaína, por lo que El precio del poder no parecía la película más adecuada para Oliver.
Pero Stone se lo tomó muy en serio y hasta visitó Ecuador y Bolivia, donde conoció a verdaderos capos de la droga.
Acabó su guión en París, aislado de las tentaciones de las fiestas de Hollywood y su cocaína.
En el guión de Stone el demencial “sueño americano” está simbolizado en ese dirigible con un anuncio que reza “El mundo es tuyo”, mismas palabras que vemos al final sobre la piscina en la que Montana cae abatido.
El letrero ya aparecía en la película de 1932.
El guión gustó a Pacino y a Bregman, pero no a Lumet. Le parecía demasiado barroco y sin reflexión política. Lumet abandona el barco.
Vuelve a entrar De Palma, al que le encanta el guión de Stone.
De Palma echa a Stone del set por meterse en su trabajo y el de los actores. Como dijo recientemente Al Pacino, “la puesta en escena operística de De Palma no casaba bien con las preocupaciones sociopolíticas de Stone”.
De Palma hizo algunos cortes en el guión, algo que no le gustó nada a Stone.
Compensó aquella decepción cuando comprobó que la película le estaba entusiasmando a la gente. Algunos hasta recitaban sus frases en el metro: “Sólo tengo mis cojones y mi palabra, y no la rompo por nada”.
El rodaje fue complicado y tuvo que retrasarse. Una de las escenas del ataque final fue rodada por un viejo amigo de De Palma: Steven Spielberg.
Con la película montada, De Palma tuvo que lidiar con los censores, que querían calificarla con una X.
Al final logró la R de Restricted, calificación que reserva el visionado a los mayores de 17 años o a menores de esa edad acompañados de un adulto.
La crítica la destrozó. Así lo recordó Pacino en la celebración de la salida de la película Blu-ray: “La crítica nos machacó. No hay nada peor que el hecho de que te den palos por algo que merece la pena”.
Sólo Vincent Canby, del New York Times, la elogió.
En Francia fue alabada por toda la crítica desde su estreno.
Pocos años más tarde, los mismos críticos que la zurraron, la reivindicaron como una de las grandes películas de gangters de todos los tiempos.
¿Cuál fue la clave de su éxito? ¿De Palma, Pacino, el guión de Stone? Para F. Murray Abraham “hay algo inexplicable en ella. La respuesta tiene que ver con Al Pacino. Es un actor muy poderoso”.
A esto Pacino contestó que la clave estaba en su personaje: “Montana es como Ícaro. Lucha y se esfuerza por alcanzar el sol, se atreve a ello, y eso es algo que vive en el interior de todos nosotros”.
La película fue totalmente ninguneada en los Oscar el año de La fuerza del cariño, Reencuentro o Elegidos para la gloria.
Consiguió tres candidaturas a los Globos de Oro.
También le cayó una nominación a los Razzie (los anti-Oscar): para De Palma como peor director del año.
Hace diez años el Instituto del Cine Americano aclamó El precio del poder como una de las diez películas más influyentes de la historia en su género.
En su reestreno en salas, en 2003, Universal tuvo la ridícula idea de quitar la banda sonora electrónica de Giorgio Moroder y sustituirla por música rap. De Palma dijo que por encima de su cadáver.
El Festival de Tribeca, que dirige De Niro, el que iba a ser el primer Tony Montana, homenajeó recientemente a El precio del poder. En el acto estuvieron Pacino, Steven Bauer, Brian De Palma y Michelle Pfeiffer.
La actriz habló en el acto de su extrema delgadez en el rodaje: “Interpretaba a una adicta a la cocaína. El problema fue que el rodaje duró seis meses en vez de tres. Estaba muriéndome de hambre, vivía a base de sopa de tomate y Marlboros”.
Pronto tendremos nuevo Montana. Universal lleva más de cinco años preparando una nueva versión de Scarface, al que encarnará Diego Luna.