Esta película es una sencilla obra de cámara sin uno de los atractivos que más nos seducen de la ciencia ficción: los grandes presupuestos y la creación de un mundo que no conocemos. Pero eso no la hace peor película. Recordemos la cantidad de dinero que se gastó Fox en Yo robot y lo estúpida que les salió. La ciencia ficción puede ser austera y psicológica y este film se acerca más a propuestas como Almas de metal o Las mujeres de Stepford. La de los setenta, no la tontería de Frank Oz con Nicole Kidman. Hay mucho del novelista Ira Levin en esta película.
La historia de Ex_Machina, escrita y dirigida por Alex Garland, novelista del best seller La playa, es sencilla en su primer acto (que expone las dudas típicas del mito prometeico de Esquilo o Shelley), pero luego la cosa se va complicando y haciendo la película más interesante y que no desfallezca, cosa que no hace en ningún momento aunque su parte final sea algo previsible.
Ex_Machina podría suceder dentro de unas semanas, meses o años, pero puede que no demasiados. Como ha recordado Garland, cualquier día los creadores de Google o Facebook nos presentan una Ava (así se llama la prota) y nos quedamos tan panchos. Ya veremos.
La película entretiene, tiene una lograda atmósfera, su rollo mininal es seductor y los tres protagonistas están magníficos, especialmente los tíos. Está muy bien Domhnall Gleeson (al que vimos en Valor de ley y le veremos en la nueva de Star Wars y en la del iluminado Iñárritu con DiCaprio) y se apodera completamente de la película Oscar Isaac (Ágora y A propósito de Llewyn Davis).
El productor de aquella película de los Coen es el mismo que el de Ex _Machina, un tipo muy listo y con gusto (de los pocos que quedan en Hollywood) llamado Scott Rudin. Esta es una típica película Rudin: indie pero con Universal detrás, elegante, cuidada, muy digna. Supera la cursilería de El hombre bicentenario o la sosería de Trascendence, aunque no llega ni a rozar la poesía de Intligencia Artificial, de Spielberg. Pero tampoco lo pretende. Ex_Machina es una película más prosaica, carnal, sucia. Y eso le beneficia.
Ni que decir tiene que el autor de los guiones de 28 días después o Sunshine (para el sobrevalorado director de La Playa) o el firmante de la adaptación del juego Halo no es C. Clarke o K. Dick, ni lo será nunca. Vamos, que no van a ver ustedes ni 2001 ni Blade Runner, pero van a pasar un buen rato. En definitiva: que no se van a dormir como con majaderías tipo Her o Eva, aquella previsible peli española.
La próxima película de robots que llega a nuestras salas se llama Chappie, con Hugh Jackman. Veremos. Y seguiremos informando.
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He stared at me. “And?”
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