‘Dardara’, el documental que muestra las emociones por la música de Berri Txarrak

  • El próximo viernes se estrena en cines el documental dirigido por Marina Lameiro que se centra en las historias de los fans de la banda navarra
  • La gira de despedida en 2019, con 70 exitosos conciertos, destacando el doblete final en Pamplona o su actuación en el Wizink Center, es el hilo conductor de ‘Dardara'
  • "El ninguneo hacia las lenguas minoritarias ha sido brutal, premeditado y con alevosía durante años y años", afirma Gorka Urbizu, vocalista y guitarrista

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“No te puedo decir por qué me gustan tanto”. Ohiane, una chica joven, le comenta a sus padres que quiere gastarse parte de sus ahorros para ver los últimos conciertos de su banda favorita. Ella está montando también un grupo de música. Su padre se muestra sorprendido por su pasión. Es una de las escenas del documental Dardara (temblor, en euskera), que se estrena en salas de cine el próximo viernes. El grupo en cuestión es Berri Txarrak, que se despidió de los escenarios, tras 25 años de carrera, en 2019.

Marina Lameiro es la directora de este documental que nos muestras las emociones, las pasiones, que generan las canciones de esta banda de Lekunberri (Navarra) formada en 1994. Gorka Urbizu (voz y guitarra) es uno de los fundadores, y se ha acompañado durante los últimos años por David González al bajo y Galder Izagirre a la batería. Berri Txarrak es un trío de rock con letras íntegramente en euskera. Han tocado en los cinco continentes, trabajado con reconocidos productores como Steve Albini (Nirvana, Pixies), Ross Robinson (The Cure, Korn) o Bill Stevenson (Black Flag, Descendents) y han grabado 9 discos de estudio.

La gira de 2019, de 70 exitosos conciertos, destacando el doblete final en Pamplona o su actuación en el Wizink Center madrileño, es el hilo conductor de Dardara. No es un documental al uso. Es decir, no cuenta la historia y trayectoria de la banda ni repasa su carrera. “La idea le surgió al grupo. Me llamaron y me explicaron que les surgió cuando vieron la reacción que habían tenido los fans a este anuncio para la venta de las entradas del último concierto”, explica Lameiro a cuartopoder tras el pase de prensa realizado en Madrid el pasado viernes. “Les surgió la idea de la película como un agradecimiento por el acompañamiento de 25 años de carrera. Partiendo de ahí, tuve libertad para hacer lo que quisiera”; añade.

De este modo, el documental se centra en las historias personales de varias personas seguidoras del grupo. Conocemos así a una chica alemana, Pauline, que cada vez que el grupo viaja a Alemania los sigue, sola, por todo el país. También viaja a España para sus últimos conciertos. Aparecen una madre y su hija pequeña que comparten pasión por los Berri. En una de las escenas la niña le pregunta a su madre qué significan ciertas frases metafóricas de las letras. Vemos cómo a una persona transgénero que se tatúa frases de la banda y nos cuenta el refugio y salvación que ha supuesto el trío rockero en su vida. Descubrimos fans en Japón, en México, en EEUU...

La forma de conocer a los protagonistas ha sido variada, cuenta la directora. A Pauline, por ejemplo, la conocían ya en el grupo. A varias protagonistas, como la mencionada Ohiane, las contactó tras ir a la primera fila de los conciertos para ver las emociones y las energías que ahí se expresaban. Otros contactos los ha hecho gracias a redes sociales como Instagram. Lameiro acompañó a la banda en 23 conciertos de la gira de despedida por todo el mundo.

“Se preveía que fuera a ser una gira especial. Siempre nos hemos centrado mucho en ensayar, montar en furgoneta y tocar. El plano audiovisual no lo teníamos tan trabajado y pensamos que ya que íbamos a parar no estaría de más documentar algo, tener un recuerdo de la gira”, señala Urbizu en conversación con este medio.

Pensaron entonces, en hacer algo original. “No queríamos hacer un dvd al uso, nunca hemos sacado un directo. Para mí un concierto es algo que se vive, se pasa y si no se pierde la esencia. Creo que en los dvd de directo no se recoge el espíritu de la banda, es muy complicado. Por eso decidimos darle otro enfoque, fijarnos en historias más pequeñas dentro de esta macro gira, darle la vuelta a la cámara y fijarnos en los fans con el hilo conductor de nuestra música”, añade el vocalista.

“Es por sentir esto por lo que sigo aquí”, dice la voz en off de Urbizu en los inicios del documental. En la cinta, el músico habla de una “montaña rusa de emociones extremas” en aquella gira. Esos sentimientos, reflejados en las caras y palabras de los fans, guiados además por las reflexiones de Urbizu, componen Dardara.

La directora Marina Lameiro

Para Urbizu, ver lo que provoca su música “es lo máximo”. “Veo la chica japonesa que se emociona escuchándonos y hago un rewind en mi mente de cómo surgió la canción, la noche que decido que tenga una letra, cómo lo grabamos en un caserío y cómo después de un tiempo vamos al Fuji Rock (en Tokio), te descubre y está esperando 10 años a que vuelvas a Japón para poder verte”, comenta. “Toda esa vuelta que ha dado esa canción y ver el rostro de esa fan es lo más grande que te puede pasar como creador. Para mí crear canciones es una carretera de doble sentido y tiene que venir algo de vuelta. Se descubre el poder de la música, ella se emocionó sin entender la letras y es una recompensa increíble”, añade.

La carrera de Berri Txarrak ha sido larga. Y con mucho trabajo detrás. Así lo deja caer una de las conversaciones con el productor Marino Goñi que aparece en el documental. Recuerda, junto a Urbizu, cómo empezaron y cómo el grupo les dejó una maqueta en la sede de la discográfica GOR. Nuestra situación es curiosa, de tocar 20.000 personas en Kobetamendi (Bilbao), algo excepcional, a tocar en garitos de 200 personas”, señala el vocalista. En la película se ven esos contrastes. Y los Berri siempre manteniendo el espíritu. No en vano, una historia suya se hizo “famosa” hace unos años por eso mismo. Tocaron, en Nantes (Francia), para una sola persona en 2017.

“Polizones” de la música en euskera

El hecho de que Berri Txarrak cante en euskera es sin duda una característica particular de la banda. Y que hayan tocado por todo el mundo de manera habitual hace más interesante aún su trabajo. Muchos de sus seguidores no entienden, al menos sin consultar traducción, qué significan sus letras. Quizás desde otros rara avis como Kortatu o Negu Gorriak no ha habido una banda tan “internacional” en esta lengua. Los Berri han sido habituales además en festivales y eventos multitudinarios de todo el Estado.

¿Ha habido algo de avance en la normalización de esta lengua en la cultura? Responde Urbizu: “La normalización esta muy lejos todavía. El ninguneo hacia las lenguas minoritarias ha sido brutal, premeditado y con alevosía durante años y años. Estoy de acuerdo en que estábamos acostumbrados a la mierda pura y ahora hay un pequeño aperturismo, hay más presencia pero sigue siendo muy minoritaria. Hay que hacer el triple de trabajo para ser escuchado fuera del territorio de la lengua. Somos una cultura minoritaria y minorizada. Por eso es importante que existan cada vez más bandas. Yo siempre digo que nos sentíamos polizones en el Primavera Sound y otros festivales”. Añade Urbizu que siempre le ronda en la cabeza la idea de los cupos. “¿Cuántos grupos en euskera somos capaces de aceptar? Parece que hay una o dos casillas. Yo, por un lado estaba más que orgulloso pero igual por otra parte estaba pensando que éramos como el hueco a rellenar”.

La banda, por cierto, no estado exenta de presiones, sin causa judicial, mediante, para que se cancelaran sus conciertos. En 2004, tras una campaña de varios medios de comunicación debido a las denuncias de AVT, no pudieron tocar en Madrid. En 2015 el PP pidió, sin éxito, que el Ayuntamiento de Zaragoza no les dejara actuar.

Dice el vocalista de Berri Txarrak que no echa de menos volver a tocar. Tuvieron mucha suerte de acabar la gira en 2019, meses antes de que estallara la pandemia. “Yo sentía una necesidad brutal de parar. Eran 25 años seguidos, había desgaste psicológico”. En sus pensamientos sí que está la intención de seguir creando música. Y escuchándola, cuando se pueda. “Cuando estás de gira te pierdes los conciertos, no los disfrutas”, apunta.

Para la directora Marina Lameiro la experiencia del documental ha sido muy positiva. Entre risas, comenta al lado de Urbizu que le ha sorprendido que los integrantes del grupo bebieran tan poco. Y que se ha sentido muy cómoda trabajando con tantos hombres siendo ella mujer. “A muchas mejores nos pasa, a veces hay reparos. Eso desapareció desde el minuto 0”.

“La cultura siempre ha sido el último mono. Lo que ha traído la pandemia es que sectores que ya estaban precarizados con anterioridad pues los ha puesto todavía más en primer plano evidenciando la precariedad”, dice Urbizu sobre la situación actual. A ellos como banda no les ha afectado porque ya tenían previsto parar. “Pero la vida sigue y veo técnicos y backliners y están muy jodidos. Sobre todo es la sensación de incertidumbre, la gente está haciendo malabares diversificando su actividad”.

Por su parte, Lameiro reconoce sentimientos encontrados. Por un lado, por su forma de entender la vida, no le gusta la dependencia económica de las administraciones aunque ella las haya tenido para este y otros proyectos. Por otro lado, reconoce la excepcionalidad complicada del momento que vive la cultura.

Dardara, producida por Arena Comunicación y Txalap.art, en colaboración con Only in Dreams, se estrena este viernes. Más adelante el objetivo es que sea en alguna plataforma de streaming. “Por ahora todo está siendo muy positivo, estamos teniendo muy buenas críticas y acogida. Pero tengo muchas ganas de ver cómo los fans de Berri Txarrak reaccionan”. Porque para ellos, principalmente, está hecho el proyecto.

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