‘La mort de Guillem’, porque la lucha continúa

"Guillem Agulló, ni oblit, ni perdó". Esa consigna, coreada y escrita en multitud de paredes durante los años 90, sigue vigente. El 11 de abril de 1993, un joven antifascista y antirracista, de 18 años, fue asesinado en la localidad castellonense de Montanejos. Los autores de la agresión que acabó con su vida eran integrantes de un grupo neonazi. Esta semana se ha estrenado en las televisiones públicas A punt, TV3 e IB3, una película dirigida por Carlos Marques-Marcet y protagonizada, entre otros, por Pablo Molinero y Gloria March. Ambos son, en la ficción, el padre y la madre de Guillem. Este trabajo audiovisual ha sido posible, además, gracia a la iniciativa "La lluita continua", que pretende mantener viva la llama de la memoria democrática a partir de la figura de Guillem y contra los crímenes de odio. La película es un merecido recuerdo a la lucha familiar contra la impunidad de la extrema derecha. Es un golpe, basado en la historia real, a cómo ha actuado la justicia en muchos de este tipo de casos (vergonzoso el capítulo donde se le obliga a una amiga de Guillem a tararear el "Cara al Sol" en el juicio). Y no solo la justicia, también los medios de comunicación y los ámbitos políticos bajo esa falacia de reconstruir el país. "No necesitamos derribos, necesitamos masilla", le dice un político al padre de Guillem mientras trata de desmontar las conexiones de la ultraderecha valenciana en aquellos momentos. Y un aviso, usando el nombre de la plataforma ciudadana organizada, de que la lucha debe continuar. Se puede ver en Filmin y en las web de las televisiones públicas mencionadas.