CINE

‘El Drogas’, un documental que desnuda a la persona que hay detrás del combativo artista

  • Se estrena en cines un documental sobre la vida de Enrique Villareal, “El Drogas”, exintegrante del grupo Barricada. Está dirigido por Natxo Leuza
  • El trabajo es una biografía transparente desde muchos puntos de vista: el familiar, el musical, el político, el barrio, su relación con las drogas, su reinvención musical…
  • “La clase política parece que es una especie de enfermedad”, señala El Drogas en conversación con este medio

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Enrique Villarreal. Salvo que seas una persona muy seguidora del rock en castellano o con un conocimiento musical amplio, este nombre no te dirá nada. El Drogas, Barricada. Esos seguros que están en la mente de más gente, incluso aunque solo hayan escuchado dos o tres canciones en fiestas de pueblo. Porque Enrique Villarreal (Pamplona, 1959) forma parte de la cultura popular musical de este país. Lo llevamos viendo encima de los escenarios desde los años 80. Y no ha parado. Lo que conocemos de él lo sabemos por sus canciones, por sus entrevistas. Hasta ahora. Hoy se estrena en cines, tras pasar por el Festival de San Sebastián, un documental sobre su vida, dirigido por Natxo Leuza. Un trabajo que desnuda a la persona que hay detrás del combativo y veterano artista.

Y es que prácticamente desnudo aparece Enrique en los primeros fotogramas del documental. Lo hace en la cama, junto a Mamen, su “socia”, como él la llama, desde hace más de 40 años. Un buen indicativo de lo que nos vamos a encontrar durante casi hora y media de relato. A partir de ahí, una biografía transparente de Enrique desde todos los puntos de vista emocionales que se pueden: el familiar, el musical, el político, el barrio, su relación con las drogas, su reinvención musical...Aparecen, aparte de Mamen, sus dos hijos, Gari y Araia, su madre, compañeros de profesión como Rosendo Mercado, Fito Cabrales, Christina Rosenvinge, Carlos Tarque, Kutxi Romero, Gorka Urbizu; el periodista Javier Gallego o amigos como Marino Goñi y José Landa.

El contexto social y político sale reflejado en los inicios del documental. Enrique comenzó a interesarse por la música a finales de los años 70 y principios de los 80. En su barrio, la Txantrea, ya se palpaba desde bien pequeño la lucha social. ¿Cómo ha llevado El Drogas esta apertura en canal que supone el documental? “Es raro, pero durante el rodaje se nos ha hecho sentir muy cómodos. El equipo de gente así lo transmitía. Si hubiésemos estado más incómodos hubiera sido otra cosa. Ahora quizás sí, de cara a que lo empiece a ver el público puede empezar ese momento más difícil por todo tipo de sensaciones. Ya veremos”, responde Villarreal a cuartopoder, vía telefónica. La situación de la pandemia canceló su viaje a Madrid previsto para la semana de promoción.

El Drogas, a diferencia de otros artistas del mundo del rock, siempre ha sido muy accesible para hacer entrevistas e intervenciones. Le ha gustado siempre, además, hablar de todo. ¿Se siente cómodo en este tipo de situaciones? “Yo lo veo más en el aspecto de reflejar que por ser alguien que se dedica al mundo de la farándula tiene a lo largo de su vida diferentes experiencias que tienen mucha relación con la vida de cualquier persona. Cada uno somos diferentes pero a la vez te surgen situaciones que en la gran mayoría de casos es muy interesante hablarlos y ponerlos encima de la mesa. Te ayuda a afrontar la vida con ciertas problemáticas de una manera más normalizada”, responde.

Algunos de esos problemas se ven reflejados en el documental: la adicción a las drogas, tanto de él como de su “socia” y cómo la superaron; la relación con su madre, enferma de Alzheimer; la relación con sus hijos y ahora con sus nietos; la relación con sus compañeros de grupo.

Polémicas y referentes

Enrique ha concedido decenas de entrevistas para promocionar el documental. Muchas de ellas en el Festival de San Sebastián. Y muchas de ellas aparecieron el mismo día. Los titulares sobre política, derecha y ultraderecha, banderas o calles ardiendo hicieron que fuera Trending Topic durante gran parte del día. Lo que se diga de él no parece, a estas alturas de su carrera, importarle demasiado. Y en la respuesta, se vuelve a mojar. “No me importa mucho. Las redes sociales lo que tienen es esa inmediatez, que todo el mundo tiende a decir lo que quiera. Son una especie de letrina donde todos echamos nuestras cagadas. Lo que sí me preocupa es que eso sea TT y no otras historias mucho más serias, como que que ocurra un desahucio y se eche a la puñetera calle a una familia con problemas económicos. O cómo funcionan las compañías de seguridad, esta campaña tan mediática que parecen que están preparando para los desahucios. Confundir okupación con allanamiento, etc. En este país se crean problemáticas que no son. Y aquí se encuentra también la guerra de las banderas, muy recurrente”.

Cartel del documental

Barricada ha sido un grupo intergeneracional. Los que crecieron con ellos como banda sonora y los que se apuntaron a escucharlos ya en la década de los 2000. Las referencias políticas y sociales de muchas personas han venido de la mano de grupos como ellos. ¿Faltan en la actualidad ese tipo de ejemplos para los más jóvenes? Están en otro sitio, igual no los vemos. Igual dónde faltan referentes es en este espectro dedicado al rock, señala. En este sentido pone como ejemplo al rapero Kase O. “Tiene cantidad de seguidores, más que yo. Y ahí está la historia del rap, gente juzgada, condenada, etc. Creo que ahí hay unos referentes sociopolíticos muy interesantes. Y veo también en esas batallas poéticas, que están en auge”, añade. Otro ejemplo en este ámbito es para Enrique la rapera, ya fallecida, Gata Cattana. “Aunque desgraciadamente haya desaparecido, su obra no. Igual el problema está más en nuestro terreno donde parece que miramos más al tema del artisteo que al fondo. A mí me gustan las lentejuelas, pero que ese brillo no tape lo otro”, afirma.

La reinvención como artista

Es probable que mucha gente se haya quedado anclada en la época y las canciones de Barricada. No hay tregua, En blanco y Negro, Víctima, Oveja Negra o Pasión por el ruido son hits que han pasado a la historia y eso no se puede cambiar. Pero quienes hayan seguido la última década habrán descubierto las inquietudes musicales de Enrique. En solitario ha publicado desde 2013 tres discos, Uno de ellos triple. Otro, en directo con multitud de colaboraciones. Y el último, nada más y nada menos que quíntuple. En las letras no ha perdido su toque, mezclas de rabia, actualidad y algo de poesía. Y en la música, ha tocado todos los palos, desde el rhytm & blues hasta el metal pesado, pasando incluso por aires de charanga.

Enrique está feliz en lo musical. Así lo refleja también en el documental. La estabilidad se la han dado sus compañeros de banda; Brigi, Txus y Flaco. “Me encuentro muy cómodo, y esa comodidad la da la gente que tengo alrededor. Cualquier idea que les transmito sale adelante, a veces hasta tengo que ser un poco el freno a todo ese empuje. Para mí es algo importante, no tener ningún tipo de cortapisas. No digo que antes las tuviera, pero era una visión diferente dentro de cómo esa banda está funcionando en un momento dado. En La Tierra está sorda (último disco de Barricada con él) me costaba dar cada paso demasiado, por ejemplo. Con esta gente, desde el momento que me junto comienzo a rodar”, afirma a este medio.

El Drogas recuerda, en todo caso, de dónde venía musicalmente en los últimos años de Barricada. El ejemplo más evidente es el disco acústico, Mordiscos, grabado en 2006. “Coger las canciones, irlas transformando, con teclados, coros, saxo...Todo eso es la dirección lógica de esa inquietud que tengo en relación a las ambientaciones musicales”, destaca.

Barricada

La salida de El Drogas de Barricada supuso un nuevo principio. Enrique lo pasó mal. Aunque se escribieron diferentes versiones, la suya, la de que lo echaron “es la única verdad”. “No fui tan valiente, me dieron la patada”, explica en el documental. Los años intensos con el grupo lo dejaron vacío. En ese punto, cuenta el documental, lo ayudó mucho Kutxi Romero, cantante de Marea. Y la literatura. Hizo “click” y le vino un torrente de inspiración que llega hasta nuestros días.

Los morbosos no encontrarán en el documental demasiados detalles sobre la separación del grupo que ya no se sepan. Sí que parece claro que la relación con Boni fue muy fuerte, especialmente en la primera época del grupo. “Éramos invencibles”. El otro guitarrista, Alfredo, prácticamente se obvia en toda película.

Enrique no ha dejado de interpretar canciones del grupo. Son canciones mías. En general, las letras son mías. Muchas músicas son de Boni pero otras están compuestas a partir de líneas de bajo mías como En Blanco y Negro, Barrio conflictivo, Mañana será igual, No sé qué hacer contigo o Voy Muriendo”, señala. “Yo elijo los repertorios en consonancia a cómo quiero mover el local donde estoy. Cuando he teloneado a La Polla el año pasado sí me parecía importante que había que salir como un bombazo y recordar esas fiestas ochenteras. Esa es la razón por la que recurrí a un repertorio con canciones compuestas en esa época”, añade.

¿Le cansa a Enrique que se le pregunte por el desaparecido grupo? “Lo entiendo, no me cansa tanto la pregunta sino luego ver en los medios la historia tal o cual. No me extraña que haya mucha gente que diga, joer, qué cansino es este hombre. Yo realmente lo tengo ahora mismo superado, porque después del reencuentro con el Boni ya está esto en otro nivel”. El artista habla de un acontecimiento que se cuenta en el documental. Boni fue diagnosticado hace un par de años de cáncer de laringe. Posteriormente perdió la voz. Ambos se reencontraron tras muchos años sin hablarse. Fue en un concierto de Rosendo en Pamplona. Las palabras que le dedica y los ánimos que le da para que rompa la barrera y componga música y letra, aunque las cante otro, son emotivas.

El reencuentro era necesario para mí, por reencontrarme con él. Las posteriores reuniones que hemos tenido entre él y yo, y las dos socias, hablando de nuestras cosas. Me gustaría compartir acordes con él, pero no tiene por qué ser en público. Yo hay cosas que no me planteo, no le debemos nada a nadie”, afirma El Drogas en la conversación con este medio.

Familia

El eje fundamental del documental es su familia. Tanto Mamen, como sus hijos tienen un papel “protagonista” en la narración y por supuesto en la vida de Enrique. Podemos ver a El Drogas cantando con su hija, jugando con sus nietos tirado en el suelo, recordando los momentos de ausencia en la infancia de sus hijos o cuidando a su madre enferma.

“Es algo fundamental, entra en lo que lo rodea a una figura pública. La gente que me rodea es mi apoyo absoluto para salir adelante con cada historia que va pasando. Y disfrutando como mucha gente. Hay que poner eso en valor porque nos están tomando por imbéciles, la clase política parece que es una especie de enfermedad. Muchos de los enfrentamientos que hay tienen un grado de imbecilidad bastante grande”, comenta.

Imagen del documental. / 9 Cartas

Barros conflictivos, memoria histórica y situación de la cultura

La Txantrea, en Pamplona. Lugar donde Enrique creció. Barrio obrero. Y “conflictivo” según para quién. En 1984, Barricada publicó la emblemática canción Barrio conflictivo, que el artista sigue interpretando en los últimos tiempos. Le preguntamos a El Drogas si el tema, visto las últimas decisiones tomadas por ejemplo en los barrios del sur de Madrid, está de actualidad: “Absolutamente. Para mí la concentración del otro día en Vallecas, lo de barrio conflictivo le va como anillo al dedo. Las imágenes de la policía en contraposición con aquellas manifestaciones en el barrio de Salamanca. Que el virus no entiende de clases es mentira, ya se venía diciendo. Yo realmente en vez de tanta bandera y tanta policía estoy con la gente que opina que más centros de atención primaria, más sanitarios y sanitarias, más personas haciendo la limpieza de estos centros, más personas en la educación pública, la ratio de personas en clase...Y menos policía, menos coronas, menos Conferencia Episcopal, menos bancos...absolutamente así de claro”.

La Tierra está Sorda, un memorable disco de Barricada, sacado adelante por el empeño personal de Enrique, es un monográfico sobre memoria histórica. La actualidad obliga a preguntarle a El Drogas por cómo ve el anteproyecto de ley de Memoria Democrática que el Gobierno pretende aprobar próximamente. “Soy bastante pesimista. Cada paso que se da es positivo, pero va muy lento. Y de una manera también muy confusa, porque alguien no puede depender para levantar una fosa de un Ayuntamiento. Debería ser el propio Estado quien defienda este tipo de exhumaciones. Las familias lo van a seguir haciendo y gracias a ellas esta historia continúa. Y no hay excusas en la clase política para esta lentitud. Igual hay que buscar alguna fórmula para pasar por encima de la clase política en todo esto. En general soy pesimista porque pienso que los partidos dejan mucho que desear en este tema”, afirma.

Y pone un ejemplo de su ciudad. En Pamplona existe el Monumento a los Caídos. “No tiene ningún interés histórico. Aquí un Ayuntamiento como el de Bildu aún pensaban qué hacer con ello y convertirlo en un museo. Eso es una puta mierda ponchada en un palo y lo que hay que hacer es destruirlo. Yo dejaba además escombro para que fuera el primer monumento en Europa al fascismo derruido. Con todo lo que eso significa, que se estudie y enseñe lo que ha significado el paso del nazismo y el fascismo por Europa”, opina.

Con su actividad parada por las consecuencias de la pandemia, El Drogas ha seguido con atención movimientos del sector como la convocatoria realizada la semana pasada bajo la plataforma Alerta Roja. “Está muy jodido. Todos los trabajadores del gremio de los espectáculos, especialmente los que están detrás, los que hacen que sonemos, conductores, los que ponen las barras, la gente que limpia los lugares antes y después de cada espectáculo. La temporada que viene no veo que vaya a mejorar. Con la fórmula que se está aplicando ahora, y dando las gracias al público por cumplir las medidas, a ver si se pueden hacer más. Pero está jodido el tema, sobre todo para trabajadores del gremio. No tengo la solución pero creo que empieza por la unión. Esta concentración ha sido un primer paso muy importante. No somos un gremio muy unido y es la primera vez que sucede algo así”, concluye El Drogas.

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