La Filmoteca reestrena un siglo después el primer largometraje rodado en el País Vasco

  • ‘Por Don Carlos’ fue dirigida y protagonizada en 1920 por Musidora, una de las primeras mujeres que se puso detrás de la cámara como directora de cine
  • Está ambientada en Navarra durante la Tercer Guerra Carlista y tiene como protagonista a la “capitana Alegría”, partidaria del movimiento legitimista
  • En España fue estrenada un año después, en 1921, bajo el título “La capitana Alegría” para amortiguar las claras connotaciones políticas del largometraje

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El 13 de septiembre, a las 9 de la noche, la Filmoteca Española reestrena, exactamente un siglo después, el primer largometraje rodado íntegramente el año 1920 en el País Vasco, concretamente en las localidades guipuzcoanas de Fuenterrabía, Irún y Oyarzun, bajo la dirección de Jeanne Roques, más conocida como Musidora, una de las primeras mujeres que se colocaron tras una cámara para dirigir una película de cine.

Musidora ya era famosa en los ambientes artísticos parisinos por sus interpretaciones en teatros, salas de fiesta y, sobre todo, por protagonizar entre 1915 y 1916 la serie Los Vampiros, donde representaba, ataviada con ajustadas y entonces escandalosas mallas negras, a una banda de criminales con ese nombre.

Jeanne Roques, conocida como Musidora, ataviada con sus características mallas negras, en la serie "Los Vampiros" (1915).

Mujer desinhibida, emprendedora, moderna y audaz, fue la musa femenina del incipiente movimiento surrealista, creando el año 1918 su propia productora cinematrográfica –la Société des Films Musidora-, que, tras varios proyectos menores, emprendió en 1920 su gran largometraje adaptando la exitosa novela de Pierre Benoit Pour Don Carlos.

La novela de Benoit está ambientada en los estertores de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) y tiene como principal personaje a Alegría Detchart, joven francesa partidaria de los carlistas que se aventura en Navarra para salvar a unos batallones legitimistas que se encuentran en apuros ante la ofensiva final de las tropas liberales.

Cartel originario de la película cuando se distribuyó en Francia.

La intrépida Alegría, tras encerrar al subprefecto de una comarca pirenaica, le reemplaza, disfrazándose de hombre, para facilitar el paso de los batallones navarros por la frontera con el objetivo de que se unan a las fuerzas de Don Carlos que todavía resisten en Guipúzcoa.

Musidora contó con el beneplácito de Benoit para modificar el desenlace de la novela, sustituyendo la huida de Alegría en barco hacia América por la trágica muerte de la amazona tras ser alcanzada por un disparo, siendo enterrada por un pastor en pleno monte.

El rodaje se desarrolló entre el 21 de mayo y el 15 de septiembre de 1920, contando con la inestimable colaboración de Jaime Lasuen -en los créditos Jacques Lasseyne-, igualmente coproductor de la película, que ayudó a Musidora en la financiación de los trabajos así como en la búsqueda de los escenarios naturales y de los extras que participarían en las distintas secuencias.

Jaime Lasuen, aunque de nacionalidad francesa, pertenecía a una familia de exiliados carlistas originarios de Vizcaya y tenía buenas relaciones con los núcleos carlistas que a comienzos del siglo XX todavía existían entre las localidades de Fuenterrabía, Irún y Oyarzun.

Cuando se estrenó en Madrid -diciembre de 1921-, fue presentada bajo el título de La capitana Alegría, entre otras razones para amortiguar las claras connotaciones políticas del largometraje, ya que el carlismo todavía era entonces una amenaza para el régimen de la Restauración Monárquica.

Precisamente uno de los grandes valores que se atribuyen a Pour Don Carlos se refiere a que se utilizaron los mismos uniformes, armas, indumentaria local y las mismas personas que habían protagonizado aquellos acontecimientos cuatro décadas antes.

Varios fotogramas en los que se ve, al fondo del segundo, las peñas de Aia, la batalla de Montejurra y la muerte de Alegría.

Por ejemplo, los “extras” de Oyarzun, cuando interpretan el “éxodo” ante el avance de las fuerzas liberales, no hacen más que reproducir lo que ya habían vivido y, de hecho, utilizan las mismas maletas, baúles, carros, acémilas y ropas que llevaban cuando tuvieron que abandonar realmente sus casas. Uno de estos “extras”, ya de avanzada edad, explicó que la boina blanca que llevaba la rodar la película era la misma que cubría su cabeza cuando combatía bajo las banderas de Don Carlos.

Hasta hace solo unos años se consideraba que esta importante cinta, una de las más representativas del cine mudo francés, había desaparecido o había quedado destruida, ya que solo se conservaban algunas escenas del metraje total -más de dos horas- en el Museo Vasco de Bayona. Sin embargo, en el año 2013 se localizaron sendas copias, en mal estado e incompletas, en las filmotecas de Toulouse y París. Por iniciativa de la asociación Amis de Musidora y con la ayuda del Gobierno francés, estas dos copias han servido para la restauración total del largometraje.

Programa dedicado por la Filmoteca a Musidora.

La copia restaurada ha sido ya “reestrenada” en el festival de cine antiguo de Bolonia (Italia), en Toulouse y el pasado mes de enero en la Filmoteca Francesa de París, estando previsto igualmente su presentación en el San Francisco Silent Film Festival, organismo que ha colaborado en las tareas de  restauración igual que lo ha hecho la Filmoteca Vasca y el Museo del Carlismo de Estella, uno de los que forman la red de museos del Gobierno de Navarra.

La Filmoteca Española tenía previsto proyectarla, con acompañamiento musical, el pasado mes de marzo dentro de un ciclo dedicado a Musidora, pero el confinamiento total debido a la pandemia del Coronavirus suspendió todas las actividades de la Filmoteca.

El programa incluía otras dos películas de Musidora rodadas en España e igualmente restauradas: Sol y sombra (1922), también en colaboración con Jaime Lasuen, y La tierra de los toros (1924), realizada con la ayuda de Antonio Cañero, conocido rejoneador con quien mantuvo una apasionada relación amorosa. Ambas han sido igualmente reprogramadas este mes de septiembre en el Cine Doré.

Fue en esta época de los años 20 cuando conoció al pintor Julio Romero de Torres, quien la retrató en un cuadro lleno de sensualidad que daría pie al famoso pasodoble dedicado a este artista como “pintor de la mujer morena, con ojos de misterio y el alma llena de pena”.

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El cuadro en el que Julio Romero de Torres retrató a Musidora durante su estancia en España. / Museo Nacional de Argentina

Musidora rompió su relación con Cañero en 1926, año en que regresó a París, donde fue proclamada Reina del Cinema. Dos años después, los principales impulsores del movimiento surrealista, André Breton y Louis Aragon, escribieron específicamente para ella la obra dramática El tesoro de los jesuitas.

Con la II Guerra Mundial, la obra cinematográfica de Musidora, igual que el resto del cine mudo, quedó en el olvido y al acabar la conflagración mundial, la propia Joanne Roques ayudó a la Filmoteca Francesa a recuperar buena parte de los fondos cinematográficos dispersos, trabajo al que se dedicó hasta su muerte en 1957.

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Jaime Lasuen, coproductor de "Por Don Carlos".

Su colaborador, Jaime Lasuen, que había combatido en la Guerra Civil española como oficial carlista en el llamado “bando nacional”, no sobrevivió a la II Guerra Mundial. Colaboró con la Resistencia Francesa elaborando un amplio y detallado organigrama con la red de espionaje que los nazis tenían en la Costa Vasca, donde se había refugiado tras huir primero a San Sebastián y después a Lisboa.

Aquí, en la capital portuguesa, fue localizado y secuestrado por varios policías en otoño de 1943, siendo  trasladado a la Dirección General de Seguridad en Madrid, donde fue torturado por agentes de la Gestapo, muriendo meses después como consecuencia de las secuelas dejadas por la tortura.

Ahora, la Filmoteca Española les rinde homenaje recuperando, traducida al castellano, el título original de su principal producción cinematográfica: Por Don Carlos.

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