Lo raro es no movilizarnos: Toma Teatro
TOMA Teatro
Exigiendo una democracia real y al grito de “no somos mercancía en manos de políticos y banqueros” la movilización ciudadana eclosionó hace ahora siete años alrededor del 15M. Miles de personas fuimos parte de aquel acontecimiento histórico en el que impugnamos un sistema que entendimos estaba orquestado en beneficio de unas élites a costa de la mayoría de la población y del medio ambiente.
En aquella primavera de 2011 rompimos esa urna en la que decíamos que no cabían nuestros sueños, y miles de personas nos juntamos en las calles y plazas de todo el Estado español. Participamos tomando la palabra, debatimos, hicimos propuestas y nos sentimos parte de un cambio que demandaba, entre tantas cosas, revertir la creciente desigualdad y el respeto a la diversidad.
Nos rebelamos y participamos de la apuesta por cambiar nuestras vidas. Dijimos que iríamos despacio porque íbamos lejos. Nos comprometimos con ello aflorando innumerables iniciativas que apostaron por la transformación social. Una de ellas surgió años después: el festival TOMA Teatro. El 22 de mayo comienza la tercera edición del Festival de Teatro de l@s Oprimid@s, que apuesta por el arte y en concreto el Teatro del Oprimido como herramienta al servicio de impulsar transformaciones sociales desde procesos participativos.
Pasan los años desde aquel 15M y aparentemente la situación no mejora. Es más, tomamos consciencia de un proceso continuado de pérdida de derechos y libertades. La libertad de expresión está cada día más deteriorada por la aprobación de leyes mordaza y la impunidad de los abusos policiales afecta de manera arbitraria a miles de personas, y en especial a colectivos sociales y a periodistas. Pareciera que quienes gobiernan no ven con malos ojos el deterioro constante de la salud, la educación, el derecho a la vivienda o al empleo digno, y que prefieren centrar sus esfuerzos en acallar a quienes lo denuncian, ya sea desde la movilización social, ejerciendo el derecho a la información o desde el arte.
Sin embargo en estos siete años también han pasado cosas buenas. Hay fantásticas experiencias de lucha social que están generando cambios a mejor, empezando desde el impacto sobre el imaginario colectivo que sin dada generará sus frutos.
Cuando en la Puerta del Sol se colgó una pancarta que decía que la revolución será feminista o no lo será hubo bastante gente allí concentrada que lo criticó. Muchas personas identificaban que ser feminista era como ser machista, es decir, apostar por ejercer una desigualdad que primara a las mujeres sobre los hombres. Ese tremendo error cada día menos personas lo comparten, gracias al empuje formidable del movimiento feminista a la cabeza. Aun así el camino es largo, así como larga es la sombra del patriarcado. En Toma Teatro dedicaremos un espacio, uno más de tantos que se vienen generando, para desenmascarar la pervivencia de los estereotipos de género que nos imponen desde nuestra infancia.
La inauguración del festival del 22 de mayo servirá para lanzarnos, cual arma arrojadiza, la pregunta ¿Participaraqué? Vemos necesario compartir las buenas experiencias que está generando el Teatro del Oprimido en los procesos de lucha social de movimientos sociales, en el entorno educativo y comunitario, para así reforzar nuestros procesos de aprendizaje colectivo. Contaremos con compañeras del grupo de teatro legislativo de Bajando al Sur y la plataforma No Somos Delito, con miembros de las iniciativas Convivencias y Mosaicos, así como de las compañías Tr3s social y Theater for Inclusion.
Somos conscientes de que vivimos en un mundo en el que el neoliberalismo impone la ley del más fuerte, que marca un cauce de normalidad que deja fuera del sistema a muchas personas. Esto es, desigualdad y exclusión social. Abordaremos por ello la participación que ocupan las personas con diversidad en la vida y la sociedad a través del Teatro Foro Excéntric@s. Y lo haremos gracias a quienes nos han acompañado en todas las ediciones de Toma Teatro a través de la compañía Arte-San@s del Grupo Amás Escena.
Vamos lejos porque vamos lento, y a veces merece la pena un respiro, un alto en el camino, para rechequearnos, poner en común las dificultades y dudas, cuidarnos y descubrir juntas alternativas que nos permitan sortear las grandes barreras que con frecuencia nos impiden avanzar. El 25 de mayo volveremos a disfrutar de un encuentro para compañías de Teatro del Oprimido y personas interesadas en aplicar esta disciplina tan potente.
Queremos tomar el teatro para tomar la participación en nuestras vidas. Haremos de Toma Teatro un nuevo espacio que proyecte deseos compartidos de transformación, puesto que aunque algunos no quieran, sabemos que sí se puede.