Josefina Molina ha leído ya su discurso de entrada en la Real de San Fernando, sobre García Berlanga, cuyo sillón ocupa. Ha hablado sobre la misoginia y el feminismo berlanguianos de quien fue su profesor de cine, en un tiempo en que ella salió como primera española con el título de realizadora de la Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid. Su cine y su televisión siempre han estado vinculados con la literatura: El camino, basada en la obra de Miguel Delibes; Entre naranjos, de Blasco Ibáñez, y Teresa de Jesús, así como los retratos de artistas y escritores como José Saramago, Luis Landero o Ana María Matute, dentro de la serie Esta es mi tierra.
Su película Función de noche fue seleccionada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York y por festivales internacionales, y con Esquilache obtuvo el premio a la mejor película en el Festival de Biarritz y a la mejor dirección en el Festival Latino de Nueva York. Pero, a menudo se olvida mencionar sus títulos literarios: Cuestión de azar, En el umbral de la hoguera o el libro autobiográfico Sentada en un rincón.
A los ilustres académicos de las Bellas Artes les ha costado un poco ir admitiendo el talento cuando éste se presenta sin corbata ni afeites masculinos que, por lo visto, siguen dando más prestancia al mérito público: cinco mujeres entre 56 excelentísimos. cuartopoder.es le ha lanzado un mensaje en botella por la red de redes y esto es lo que ha contado.
– "Nunca perseguí la gloria" dejó escrito Antonio Machado, pero si llega bien está ¿no? ¿Hasta qué punto es necesario este reconocimiento para sentirse segura de lo que ha hecho en su vida profesional?
– Para sentirme segura de lo que he hecho profesionalmente solo necesitaría que mi sentido autocrítico me dijera que he conseguido el 100 por 100 de lo que me proponía. Eso nunca ha sucedido. Los reconocimientos se agradecen, pero no corrigen tu propio juicio. Por otra parte creo que es mi deber no desaprovechar ninguna ocasión que se presente en que pueda trabajar por la visibilidad de las mujeres que se dedican al cine.
– Es un tópico repetido el que los varones lo tienen más fácil que las mujeres cuando hay que buscar fondos para hacer una película ¿puede recordar gestos, pretextos, excusas, rodeos, etc, de sus interlocutores cuando se ha encontrado en esa circunstancia?
"Yo tuve mucha suerte y nunca me vi en la necesidad de tener que buscar financiación para mis películas" |
– Yo tuve suerte y nunca me vi en la necesidad de buscar financiación para mis películas. En las tres que hice con el productor José Sámano para Sabre Film, él se encargaba de la financiación. En las que no hice con él, fueron los productores Gabriel Moralejo, de Etnos Films, y Luis Mendez los que me llamaron para hacerlas. Yo trabajaba continuadamente en TVE y para hacer cine solo la abandonaba si eran interesantes los proyectos. Y estaba también el teatro, donde aprendí mucho. Cuando a finales de los noventa quise hacer una película basada en un texto de Carlos Castilla del Pino, los tiempos habían cambiado. Productores como Sámano ya dudaban en hacer cine por las nuevas formas de financiación. Entonces pensé que era hora de dejar sitio.
– ¿Qué es lo más frustrante de hacer cine?
– La falta de tiempo para lograr lo que quieres. Un rodaje es un tren imparable que se pone en marcha.
– ¿Y lo más gratificante?
– Cuando logras algo de lo que te proponías. Por otra parte el cine me ha permitido profundizar en el conocimiento de personas con gran talento que me han enseñado mucho.
– "Este no es país de matices", ha dicho alguna vez, lo que recuerda otro dicho de un político italiano sobre que en España “manca finezza” ¿dónde le habría gustado haber nacido para desarrollarse plenamente como cineasta?
– Sin duda en Córdoba, Andalucía, donde nací. Pero pudiendo desarrollar en ella totalmente mi deseo de dirigir cine. Eso antes, cuando yo era joven, no era posible.
– ¿Por qué el cine y las series españolas abusan tanto de la grosería, lo soez, las palabrotas...?
– Al parecer muestran la realidad de nuestra sociedad donde la banalidad, la incultura, el chiste fácil y la competición por ver quien llega a las mayores cotas del mal gusto se apoderan de las cadenas de televisión en busca de audiencia, no para mejorar su nivel, sino para faltarle al respeto.
– ¿Es posible que el tiempo dedicado a la televisión le haya restado prestigio? A pesar del éxito de Teresa de Jesús, por ejemplo.
– Nunca me ha parecido que trabajar para televisión fuera un desprestigio. Eso, pensaran lo que pensaran los demás. He adaptado a la imagen obras maestras de la literatura universal, he rodado sobre personajes que han contribuido a enriquecer nuestra cultura, con el único propósito de cumplir con los objetivos que, según mi criterio, debe perseguir una televisión del Estado: enriquecer el nivel cultural de los espectadores.
– Usted apoya a las jóvenes realizadoras, ¿lo tienen más fácil que usted lo tuvo o no se ha avanzado tanto como debiera?
"La financiación y que los puestos de dirección estén ocupados por hombres ralentiza los proyectos de mujeres" |
– Hoy cada película se financia con un promedio de unas seis fuentes. Esta financiación fraccionada hace que las jóvenes cineastas vean demorarse sus proyectos hasta conseguir poner de acuerdo a una cadena de televisión, la parte más importante, varias comunidades autónomas, el ICAA, la ayuda europea, otras entidades sponsor, el crowdfunding, su propia aportación económica, etc., etc. Esto unido a que los puestos de decisión generalmente están ocupados por hombres que suelen comprender mal la visión del mundo femenina y se interesan más por un cine mimético del americano, ralentiza los proyectos de mujeres, cuando lo más importante para una cineasta es la continuidad.
– Sus cortos apenas han podido verse, ¿se está acabando con la exhibición de cortos en España? ¿Es que no hay demanda?
– No, no hay demanda. Hay festivales que es donde únicamente se pueden ver. Pero en los cines han dejado de preceder con un corto las sesiones. Las televisiones no los programan. Y sin embargo hay mucho talento en el cortometraje. En cuanto a mí, los únicos cortometrajes que he hecho en mi vida fueron las prácticas de la Escuela Oficial de Cinematografia.
– Pida por esa boquita un milagro para que cambie el estado de cosas en el cine.
– Un cambio de partido en el gobierno. El que tenemos actualmente no parece interesado por la cultura ni por nuestra industria cinematográfica. Se equivoca gravemente.