Gloria Fuertes, poeta de guardia y de verso en pecho, cumpliría este año los cien. Los cumpliría si pudiera, que no puede, porque se encuentra fallecida. O eso dice una lápida. La compañía aérea Norwegian Airlines lleva en la cola de una de sus naves la efigie de la poeta, así que por los cielos anda sonriente. Se adelantó al centenario y a los posibles actos conmemorativos, de los que algo se va sabiendo: se reeditarán antologías, se organizarán exposiciones, encuentros y hasta un seminario en El Escorial, este verano. La rapera Eskarnia acaba de sacar su primer álbum, Sola en la sala, que es un homenaje a la poeta.
El haber sido catalogada de poeta para niños ha reducido injustamente el listón de Gloria Fuertes. Uno que sí la leyó con atención y gusto, Jaime Gil de Biedma, antologó en su día un bello libro, ...que estás en la tierra , ahora reeditado por Torremozas. También es sabido que Camilo José Cela denunció la injusticia cometida con Fuertes, a la que llamó: “la angélica y alta voz poética a la que los hombres y las circunstancias putearon inmisericordemente”.
Se cruzó pronto la poesía en su camino, así que a los quince ya estaba diciendo sus versos por la radio. Su madre, antes de morir prematuramente, le había dado estudios de puericultura y mecanografía, que le sirvieron para trabajar en oficinas horribles con jefes malos, como ella cuenta en algún poema.
Escribía poemas entre carta y factura; escaramuzas al tedio del trabajo, hasta que logró hacerse con una beca March que le puso unos patines en los pies y unas alas en la espalda para escribir sin oficinas de por medio. Profesores de universidades norteamericanas –especialmente– la colocan entre los postistas, quizás por Carlos Edmundo de Ory y Paco Nieva, que la apoyaron, y los de la generación del 50, y eso le gustaba bastante, aunque ella iba siempre por libre, una poeta “desescolarizada”, según propia definición. En común tenía su adhesión al humor de los postistas, que pocas veces ocultaba una vis melancólica, a veces trágica.
Dicen que murió sin haber sentido que fuera reconocida como poeta. Al morir, dejó sus bienes, que no eran pocos, a una institución infantil: quería devolver a los niños lo mucho que de éstos había recibido, dejó dicho.
Sus poemas, casi haikus a veces, concentran, como en un caldo, el momento inasible:
En las noches claras,
resuelvo el problema de la soledad del ser.
Invito a la luna y con mi sombra somos tres.
O su preocupación social, tan alegre y contundentemente expresada:
La gente dice:
"Pobres tiene que haber siempre"
y se quedan tan anchos,
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.
Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.
La defensa de la Tierra y la protesta de lo profundamente injusto de la guerra:
La Tierra no está para muchos trotes
está cansada.
Cuando entierran en ella
niños con metralla
le dan arcadas.
Pero, vayamos a lo práctico, que son los actos que se espera celebrar para recordar a la poeta. La Biblioteca Nacional de España (BNE) inaugurará en el mes de abril una exposición de los documentos sobre la autora que la institución posee en su fondo bibliográfico. Esta expo coincidirá con la que se va a exhibir en el Centro Fernán Gómez, de Colón, Madrid, del 14 de marzo al 14 de mayo: fotos, objetos –como la corbata que le regaló el rey Juan Carlos al saber que Fuertes se quejaba de que no tenía una–, documentos de todo tipo.
El pistoletazo de salida –según ha contado Marta Porpetta, de la Fundación Gloria Fuertes, a cuartopoder.es– será la lectura de 12 horas continuadas de su poesía que prepara el Ateneo de Madrid, que se intercalará con conciertos, veladas de poesía, etc. A esa lectura están invitados los amigos y lectores de Gloria Fuertes, gente conocida por alguna razón, o por dos.
En cuanto a la Universidad Complutense, hay pensado un seminario veraniego en El Escorial, con profesores invitados, como Margaret Persin, de algunas universidades de los Estados Unidos, donde Gloria Fuertes era poeta muy valorada como testimonio de lo que se escribía en la España que va de la postguerra a los años de la Transición: siempre viva y avizora de las injusticias y de las estupideces cometidas con pólizas oficiales y todo.
Las editoriales ya están lanzando reediciones y obras nuevas. Como las tres antologías completísimas de Blackie Books, de El libro de Gloria Fuertes; Nórdica: Geografía humana y otros poemas (1950-2005), con dibujos de Noemí Villamuza, prólogo de mi admirado Luis Antonio de Villena y epílogo de Pepe Hierro. Y, por fin, Reservoir Books, con Me crece la barba, una antología de toda su producción poética. Sale a la venta el 16 de marzo.
La editorial Torremozas, albacea del legado Fuertes, que reedita Glorierías y Pecábamos como ángeles, dos libros de poemas de los primeros. Aconsejo beber hilo es otro titulo que se verá reeditado pronto por la misma editorial. Y Cátedra tiene publicado lo mejor de ella; suponemos que reeditarán lo agotado: qué menos.
El Barrio de las Letras de Madrid la ha elegido este año como personaje de su peculiar festival Gastroletras y, en cualquier caso, comoquiera que vivimos en el país de la improvisación, viene bien seguir el face de Gloria a ver qué ocurrencias pudieran merecer la pena. Si bien, como es sabido, la mejor ocurrencia es leer sus versos.
Así que la poeta clara y sin aspavientos, sin peluca postiza, como una vez me dijo Joan Brossa, estará vivita y coleando en las cabezas de sus lectores, con ese aire de “inocencia compleja” que la acerca a la Nobel de Literatura polaca, Wislawa Szymborska, en su empeño de despojar de abalorios las palabras y dejar que se defiendan solas. Se defienden muy bien cuando salen de semejantes pechos.
Falleció, por lo visto, a los 80 años, sin haber alcanzado la edad adulta, algo para lo que hace falta mucho talento, como cantó Jacques Brel y como escribió Witold Gombrowicz. Pocos lo consiguen con tanta alteza de miras. Viva Gloria Fuertes en los corazones amorosos.
Sí.
Se mereció mucho, mucho más.
… y ahora se lo merece todo.
…..
hay que leerla, adorarla y asistir a sus homenajes
…..
ES toda sencillez y humanidad.