Manu Piñón *
George Michael, Prince, Leonard Cohen, David Bowie, Sharon Jones, Juan Gabriel, Manolo Tena, Glenn Frey de The Eagles, Leon Russell, el mítico productor de los Beatles George Martin... 2016 ha arrebatado al público figuras difícilmente reemplazables, dejando un vacío que hace pensar en el final de algo. Cohen y Bowie dejaron su testamento en unos discos que aparecieron a tiempo de sonar en sus funerales. Un último destello de talento en un momento en el que Rolling Stones, Bruce Springsteen o Radiohead quedaron con la responsabilidad de sacar nuevos trabajos relevantes. Lo consiguieron a medias: demostraron estar en buena forma pero no aportaron nada nuevo respecto a sus grandes hitos. De eso se tuvieron que encargar otros como PJ Harvey, Paul Simon, Kanye West –ausente en esta lista, su álbum The Life of Pablo podría entrar perfectamente en cualquier selección de lo mejor de 2016– o Nick Cave, al que la muerte también golpeó cerca. En definitiva, año de luto para la música y sin embargo de celebración para los que siguen devorando discos contra la dictadura del single, el modo aleatorio y el micromensaje.
PJ Harvey, The Hope Six Demolition Project
Sus viajes por zonas en conflicto como Kosovo y Afganistán durante la primera mitad de esta década obligaron a la artista británica a cambiar su manera de ver el mundo y la música. Su paseo por la capital de la fontanería política, Washington DC, le empujó a hacer su disco más político. Compuesto sobre la marcha en un estudio abierto a algunos fans privilegiados, Harvey encontró en esa urgencia y rabia argumentos inmejorables para hacer un trabajo que Patti Smith o Neil Young firmarían gustosos.
PJHarveyVEVO (YouTube)
Nick Cave and The Bad Seeds, Skeleton Tree
Las circunstancias personales alrededor de la grabación de este álbum no podrían ser más terribles. Ya en el estudio, un hijo de Nick Cave murió a los 15 años en un accidente absurdo, al caer por un acantilado y tras consumir LSD. La pérdida, el dolor y la culpa se apoderaron entonces del australiano y, como era de esperar, todo caló hondamente en estas nueve canciones. El documental One More Time With Feeling, estrenado en el Festival de Venecia, captura ese dificilísimo momento, complemento perfecto a uno de los discos más crudos de estos doce meses.
Nick Cave & The Bad Seeds (YouTube)
David Bowie, Blackstar
Hay que ser muy grande para marcharte antes de tiempo por culpa de un cáncer de hígado y generar la ilusión de que incluso tu final lo tenías planeado. Mago en todas sus acepciones, Bowie lo consiguió con Blackstar, un disco-epitafio para el que hasta el último momento demandó riesgo e inconformismo a los que quisieran considerarse fans suyos. Sí, hay más intenciones que canciones, más atmósfera que materia, y, como pasó con el You Want It Darker, con el que también se despidió en 2016 Leonard Cohen, difícilmente alguien se engancharía a su carrera a partir de este disco. Es igual, porque lo que cuenta es lo que tiene de magistral truco final, de última muestra del prestigio de un prestidigitador irrepetible.
DavidBowieVEVO (YouTube)
Frank Ocean, Blonde
¿Cómo se llama al género en el que caben citas de Lennon/McCartney, sampleos de Burt Bacharach, loas autotuneadas con las zapatillas Nike y las prendas de Balmain como excusa, gozosos lugares comunes del r&b, monólogos sobre el daño que hace Facebook a las relaciones de pareja y flirteos constantes con las vanguardias? Frank Ocean no se ha tomado la molestia de ponerle nombre, pero él es el padre de un disco que en su aparente frivolidad alberga tanta profundidad como cualquier disco conceptual de Beach Boys o Radiohead.
YUNGONE DAGREAT (YouTube)
Bon Iver, 22, A Million
De la cabaña en la que grabó aquel primer disco tan desnudo y descarnado al viaje espacial y ultra tecnológico que representa 22, A Million, la distancia que ha recorrido Justin Vernon al frente de su banda Bon Iver resulta impresionante. No hay adjetivos ni comparaciones posibles por mucho que se busquen. Quizá el lanzamiento de una sonda con un lenguaje cifrado que sólo la emoción puede descodificar... Y aún así resulta una explicación demasiado lógica para un álbum universal, por dimensión y aspiración.
L' espigo (YouTube)
Neko Case, k.d. lang y Laure Veirs, Case/lang/veirs
Dos de las mejores cantautoras de la música norteamericana de raíces, Neko Case y Laura Veirs, consiguieron que k. d. lang abandonara la idea de una jubilación anticipada. Juntas en el estudio salió lo mejor de cada una de ellas –la energía de Case, la curiosidad exploradora de Veirs y la autenticidad de Lang– y entregaron uno de los discos más hermosos del año. Sólo queda cruzar los dedos para que esta colaboración se alargue lo suficiente como para que se las pueda comparar con Crosby, Stills & Nash.
antirecords (YouTube)
Paul Simon, Stranger to Stranger
En 2016 se cumplía medio siglo de la publicación de Sounds of Silence, la obra maestra que encumbró a Simon & Garfunkel. También se celebraban tres décadas de Graceland, un álbum que daba por sí solo sentido a toda su carrera en solitario. Ante estas efemérides, este pequeño gran hombre respondió a sus 75 años... ¿con nostalgia? Pues no. Se sacó de algún lugar desconocido Stranger to Stranger, sin duda un trabajo que puede colocarse al lado de los dos discos de referencia. Ni reinvención ni vuelta a los orígenes, simplemente se trata de un paso adelante en la evolución de un compositor superlativo.
PaulSimonVEVO (YouTube)
The Lemon Twigs, Do Hollywood
Los hermanos adolescentes Brian y Michael D'Addario tocan y se intercambian todos los instrumentos, tienen tal enciclopedia musical en la cabeza que deberían ser ancianos y, malditos sean, suenan tan frescos como una lechuga recién recogida y lavada. No es de extrañar que sean una de las sensaciones de la temporada, porque lo suyo es que no es ni medio normal. El debut que grabaron aprovechando una semana de vacaciones en el instituto es una delicia que suena a nueva ola, rock progresivo y pop de toda la vida.
TheLemonTwigsVEVO (YouTube)
Beyoncé, Lemonade
Su hermana Solange hizo un disco maravilloso, A Seat at the Table, merecedor de aparecer en cualquier lista. Lo de ella en cambio es de otro planeta. Espejo en el que mirarse para millones de mujeres, icono del empoderamiento femenino, convirtió un disco sobre los supuestos cuernos de su marido Jay Z en algo tan grande que hubo que recurrir a la ópera o la música sinfónica para encontrar un marco en el que encajarlo. Hay que desentrañar sus infinitas capas con paciencia e interpretar cada palabra o gesto con minuciosidad, porque Beyoncé ha renunciado al hit inmediato en favor de la trascendencia.
beyonceVEVO (YouTube)
Charles Bradley, Changes
Perra vida la de Charles Bradley, un soulman bestial hecho a imagen y semejanza de James Brown. Su madre le abandonó siendo un niño, durmió en la calle en sus peores días, cogió curros durísimos para sobrevivir y no fue hasta casi los 60 que pudo dedicarse a aquello para lo que había nacido: dejarse el corazón encima de un escenario. Los que le han visto en 2016 pasar por España pueden dar testimonio. Con Changes entre los discos más emocionantes del año, es difícil sustraerse a la terrible noticia que nos dio el pasado octubre: padece cáncer de estómago y va a apartarse temporalmente de los escenarios.