Pascual García
Estábamos de vacaciones y habíamos quedado como cada viernes en la plaza del barrio antes de subir a lo viejo para tomar unas cervezas y correr delante de los grises.
- Joder, otro viernes aquí, en el barrio, a punto de subir a lo viejo a tomar unas cervezas y correr delante de los putos grises... Pero no follamos nada, tío.
- No... No follamos nada...
- Joder. ¿Y qué haremos cuando tengamos cincuenta tacos? ¿Qué será de nosotros, eh? ¿Te has parado a pensarlo alguna vez?
- No sé. Pero creo que vienen tiempos buenos ahora. Tengo la impresión de que algo vamos a follar. Me parece que tendremos curro. En la Wolskwagen... No sé... Conoceremos a una chica, nos casaremos, viviremos con ella, seremos felices durante un tiempo, tendremos hijos... y una casa... Tendremos una casa...
- Joder...
- No nos irá mal al principio.... Luego, cuando hayamos cumplido los cincuenta, nos echarán a la puta calle y lo pasaremos fatal. No tendremos curro... No sabremos qué hacer con nuestra vida... Todo se nos vendrá abajo. Todo... Los niños, las casas y todo, todo lo demás.
-Joder... ¡Qué asco!... Nos van a dar por culo, pero no será esta noche. Así que vamos a quemarlo todo mientras podamos, ¿no?
-Sí... Por cierto... Unos aviones se estrellarán contra unos rascacielos en Nueva York y morirá un montón de peña...
- Joder, ¡vaya mierda!... ¿Llevas papel o qué hostias?
- Sí, llevo...
- Más vale... joder...
Putos futurologos de mierda, hostias. Cuando se tomen las copas y se fumen los porros, todo lo verán distinto
Esas cosas ocurren cuando los cerdos se suben a los árboles, Sciascia dixit
Pues a mí me ha ido bien, cumplo cincuenta ahora, tengo sueldo putamadre y el parrús atendido. ¡Pringaos!