Paco de Lucía: "La expresión más pura del flamenco está en cómo cantas, cómo lloras la voz, cómo afinas"
Alfredo Grimaldos *
[Esta entrevista a Paco de Lucía, fallecido hoy, día 26, en Cancún (México), fue realizada en el año 2004 en la Cervecería Alemana, en la plaza madrileña de Santa Ana, con motivo de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes al guitarrista gaditano aquel año. Nunca fue publicada.]
Si en algo ha habido unanimidad dentro del complejo universo del arte jondo es en la consideración de Paco de Lucía como número uno de la guitarra flamenca y en el reconocimiento de la revolucionaria labor artística que ha desarrollado durante medio siglo. Ha sido uno de los pioneros del encuentro entre el flamenco, el jazz y la bossa nova, abrió el Teatro Real a los duendes flamencos, interpretó el Concierto de Aranjuez al frente de una orquesta sinfónica e inventó una formación musical –el sexteto- que se ha convertido en referencia para casi todos los tocaores que quieren explorar nuevos caminos creativos.
El algecireño ha sido un personaje fundamental en el desarrollo y la evolución del toque flamenco. Su carrera disfrutó de una progresión sólida y constante. Cada una de sus nuevas aportaciones ha sido fruto de una real y honesta necesidad expresiva propia. Paco nunca pretendió crear deliberadamente productos de éxito fácil, buscando el gusto del público más masivo y menos exigente.
– Está claro que usted es el artista flamenco más universal.
– No tengo conciencia de lo que vosotros, los periodistas y los aficionados, pensáis que soy, pero yo me miro en el espejo y me veo con claridad. Y lo que percibo con mayor nitidez es mi música, el flamenco. Eso es lo importante. Ahora está relativamente de moda, pero esto es muy antiguo. Pienso que es una de las manifestaciones musicales más importantes del mundo, y no me parece que sea una visión subjetiva. Puede que suene a chauvinismo, porque yo soy flamenco, y quizá parezca que barro para casa. Pero es una música de enorme calidad. Y ha estado ahí aparcada durante mucho tiempo.
– Usted sorprendió a los flamencos desde niño, pero el éxito popular no le llegó hasta que apareció la rumba Entre dos aguas, uno de los temas más ligeros que ha compuesto y que le convirtió en superventas.
– Lo de ser superventas es una sensación muy extraña para un flamenco. Pero, de todos modos, no estoy de acuerdo con los que utilizan el término “comercial” como algo exclusivamente negativo. Considero que los artistas más comerciales de la Historia han sido Bach y Beethoven.
– ¿Está ahora la guitarra flamenca mejor que nunca, como dicen algunos?
– Ahora hay una revolución dentro de la guitarra flamenca, muchos artistas con una técnica prodigiosa y ganas de encontrar su propio camino. No hay que presionarlos. Eso sí, aunque no me atrevo a dar consejos a nadie, pienso que para un guitarrista flamenco hay una base fundamental en el toque de acompañamiento. El cante es una fuente de inspiración imprescindible. La expresión más pura del flamenco está en cómo cantas, cómo lloras la voz, cómo afinas.
– ¿Es consciente de que sigue siendo el principal punto de referencia para muchos guitarristas? Cada cosa que hace usted se mira con lupa.
– Nunca he pensado ni planificado lo que iba a hacer. Me he puesto a trabajar y ha ido saliendo una cosa y otra. Pero siempre he sido muy exigente conmigo mismo, porque soy consciente de que hay jóvenes guitarristas que se fijan en lo que yo hago. Tengo una gran responsabilidad, así que no puedo hacer una guasa y orientarlos negativamente.
– Con el paso de los años, cada vez ha ido espaciando más sus conciertos en Madrid. ¿Se siente más cómodo trabajando fuera de España?
– Siempre tuve miedo a hacerme pesado. Además, tengo conciencia de que tampoco hay mucha gente que entienda lo que yo hago. Cuando tengo algo nuevo que decir, algo fresco, original, vengo y toco, lo presento y salgo corriendo. Por otro lado, también es muy atractivo y me gusta mucho oír un olé de verdad, no un olé a destiempo. Aquí también hay gente que entiende mucho y es muy crítica.
Bonita entrevista. Contenida y elegante.