Hay dos maneras de mirar esta extravagante película inglesa. Desde un punto de vista cinéfilo y “gafapastoso”, tratando de encontrar trasuntos y metáforas que a lo mejor ni siquiera estaban en la mente de los guionistas; los cuales, por cierto, son la pareja de actores protagonista. O desde el punto de vista del público general, poco exigente y acostumbrado a productos menos sorprendentes, tratando de entender sin que se nos quede cara de póker un argumento que se va alejando de lo convencional a medida que pasan los minutos. Seguramente ninguna de las dos será la correcta, quizá lo sea la suma de ambas.
Tres premisas. El director, Ben Wheatley, se cuajó rodando vídeos y colgándolos en YouTube y este es su tercer largometraje. En el pasado Festival de Cine Fantástico de Cataluña, es decir, el Festival de Sitges, se llevó los premios a mejor actriz y mejor guión. En el Festival de Mar de Plata y el British Indepenent Award obtuvo los galardones de mejor guión. O sea, que estamos ante una película inglesa cuyo guión ha llamado la atención de ciertos entendidos y que ha sido premiada en un festival de cine fantástico, donde acuden cintas de terror, góticas o del más allá. Vaya lío.
Y eso es exactamente lo que produce Turistas. Un poco de confusión. Porque, si bien durante el primer cuarto de metraje parece que estamos ante una película realista de drama social con toques de humor inglés, como algunas de Ken Loach o Mike Leigh sobre las clases obreras, marginadas y suburbiales, luego vamos entrando en una historia de resentimiento social, comedia negra y cinismo, que podría tener su justificación argumental, hasta que se desata la locura y nos adentramos en terrenos del gore, el esperpento y lo descabellado.
Una reciente pareja de cuarentones, marginales afectivos y sociales -ella vive con su madre posesiva, enfermiza y chantajista; él es una especie de Ignatius J. Reilly (La conjura de los necios) de oscuro fondo-, decide irse una semana de vacaciones en una caravana por la campiña inglesa. Durante el viaje cada uno sacará su verdadera personalidad y las cosas se complican bastante más de lo deseado.
La película consta de una factura visual muy potente, un trabajo de dirección notable y un esfuerzo brillante de los actores. El guión es de una solidez destacable, tiene un sentido del humor visceral y otro metafórico bastante interesante y no alcanza los 90 minutos de duración; lo cual es de agradecer en experimentos argumentales como éste. Pero qué quieren que les diga. Estas películas son para verlas en festivales de cine y asimilados, donde sabes que te puedes encontrar miradas originales y propuestas arriesgadas. Que Turistas haya llegado a las pantallas españolas es un mérito de la producción que algunos agradecerán y otros no perdonarán. A nosotros nos ha gustado relativamente porque llevábamos las gafas de pasta, pero toda la historia habría cabido en un cortometraje de 30 minutos.
Se agradece infinito la información, Pascual. Me alegra que des señales de vida por cuartopoder.es
Tenía buena pinta, pero por lo que comentas mejor pasar. Gracias por tu crítica y me alegra verte por aquí otra vez Pascual.