Convendría felicitarse por la publicación por parte de Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores de este quinto tomo que culmina la Obra Completa de Elías Canetti, dando fin así a un magno proyecto editorial que comenzó hace diez años de la mano de Juan José del Solar y que ha finalizado Ignacio Echevarría. Convendría felicitarse no sólo porque de esta manera se da término a la edición completa de lo que Canetti quiso ver publicado en vida, hay montones de manuscritos que pugnan por salir a la luz y que lo harán algún día pero que por ahora están considerados como “privados”, sino por la pertinencia de haber llevado a cabo un trabajo que tiene poco parangón con las demás ediciones de Canetti en Europa, habida cuenta de que, aparte la edición en lengua alemana, es quizá la más completa, desde luego la más cuidada, algo a resaltar en estos tiempos donde este tipo de trabajos permanecen preteridos, cuando no claramente despreciados.
Aquí habría que rendir homenaje, ahora que puede darse por concluida la peripecia de los escritos canettianos en España, al editor que comenzó a publicar y dar a conocer a este perfecto desconocido en español, Mario Muchnick, cuando publicó Masa y Poder y luego El otro proceso de Kafka y así, poco a poco, ofreciendo la mayor parte de su obra, sus aforismos, su esplendida serie biográfica, su novela, sus ensayos… Yo siempre supuse que una de las mayores satisfacciones, siempre en la sombra, que corresponde a un editor es hacer lo que realizó en su momento Mario Muchnick: pelearse por un escritor de origen sefardí nacido en Bulgaria, de apellido ancestral Cañete, que escribió una de las obras más curiosas y trascendentales del siglo XX en alemán y que sólo era conocido en los años sesenta por unos cuantos happy few, y que, luego, ve recompensada esa labor, las más de las veces ingrata, cuando se le otorga el Premio Nobel. Me imagino a Mario Muchnick imaginando por un momento que una parte, aun fuera pequeña de ese galardón, se debía a él. Pequeña vanidad que no compensa el esfuerzo que este hombre demostró para darnos a conocer la inteligencia de otro.
La mayor parte de los trabajos reunidos en este tomo pertenece a sus ensayos, que han sido reunidos bajo el epígrafe de La conciencia de las palabras, que también da título al volumen completo. Así, se encuentran aquí ensayos ya famosos, como El otro proceso de Kafka, donde disecciona con mano maestra las cartas entre Felice Bauer y Franz Kafka, su autor preferido, el discurso que en fecha tan temprana como 1932 dio sobre Hermann Broch, hay que pensar que faltaban muchos años para que éste escribiera La muerte de Virgilio, Realidad y nueva realidad, El nuevo Karl Kraus o Hitler según Speer, un ensayo que Canetti hizo sobre el libro de Memorias de Albert Speer y que aprovechó para incidir en su teoría sobre la masa. Resulta curioso leer tales líneas y comprobar con cierta estupefacción de qué modo el seguir con coherencia hiriente e implacable una teoría puede llevar a la credulidad respecto a asuntos obvios: Canetti se siente fascinado por la clarividencia de Speer respecto a los planes de aniquilación hitlerianos y llega a decir que éste puso en solfa al régimen en los juicios de Nuremberg cuando en realidad estaba claro que había llegado a un pacto con las autoridades norteamericanas. Cierta inquietud recorre este ensayo cuando asistimos a una inteligencia sólo fascinada por el hecho de que enfrente tiene a otra inteligencia poderosa.
En carta a Claudio Magris, Canetti le escribió que consideraba su teatro la parte más esencial de su obra. Lo cierto es que el drama siempre fue una obsesión para Canetti, incluso me atrevo a decir que en cierta manera parte de su concepción de la masa, en origen, parte de lo que acontece en el drama, llegó a pergeñar una teoría sobre el teatro, por lo que debemos sentirnos satisfechos con que esta edición recoja su obra dramatúrgica, así La boda, Comedia de la Vanidad y Los emplazados. El volumen se cierra con una Miscelánea, que contiene varios inéditos hasta ahora en español, donde se recogen algunas conferencias, hay una no muy feliz titulada Proust, Joyce, Kafka, que hizo mucha ilusión a Canetti porque en su momento creyó que le abriría las puertas como conferenciante, donde intenta crear un hilo común basado en el tiempo sobre la obra de estos tres narradores, y otra, magnífica, sobre Fritz Wotruba u otra, muy bella, sobre la ciudad de sus amores, su ciudad secreta, Viena, la ciudad que fue el paisaje central de su ciclo biográfico, esa excelencia memorialística formada por La lengua absuelta, La antorcha al oído y El juego de ojos, además de Fiesta bajo las bombas, que rememora sus años londinenses cuando el blitz, y donde realiza descarnados retratos, algunos un poco miserables, como el de la novelista Iris Murdoch, que fue su amante, y otros, de una capacidad satírica notable, como la descripción del recital poético de T.S. Eliot. El volumen finaliza con una serie de entrevistas hechas a Canetti que tienen una importancia periodística notable, ya que el autor fue poco proclive a ser entrevistado. Si atendemos, además, a los que realizan algunas de ellas descubriremos escritores notables, tal Horst Bienek, tal Hans Heinz Holz
Cada vez son menos frecuentes este tipo de trabajos, ya que se supone que son caros y poco rentables, olvidando por un momento su lado imprescindible en su aspecto bibliográfico. Pocas ediciones últimas pueden compararse a ésta, si acaso el volumen que ha editado recientemente La Pléiade con la obra completa de San Juan de la Cruz y Santa Teresa a cargo de Jean Caravaggio. Ya digo: habas contadas.