Periodismo en Latinoamérica: profesión de alto riesgo

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De izquierda a derecha, Herbin Hoyos, Rosa Isela Pérez, Malén Aznárez, Rafa Panadero, Luis Vivancos y Claudia Mendoza, durante la mesa redonda organizada por Reporteros sin Fronteras. / Reporteros Sin Fronteras (RSF)

El otro día, hablando con un amigo, me comentaba que el hijo de otro, becario en un periódico, le había pedido a un profesor que le suspendiera una asignatura, que le quedaba para  terminar la carrera, para seguir siendo becario en el medio. Pensando en la crisis de la profesión llegué a  la Facultad de Ciencias de la Información para asistir a un mesa redonda que organizaba Reporteros sin Fronteras, denominada "Latinoamérica: la información asesinada" y desde el minuto uno supe que lo nuestro era "pecata minuta" en relación con lo que pasa al otro lado del océano.

La presidenta de RSF en España, Malén Aznarez, abrió así la jornada: "En lo que va de año, treinta periodistas han sido asesinados en América Latina, la situación se deteriora  día a día. No corren buenos tiempos para la libertad de prensa, pero vais a tener que ser valientes y críticos”.

Después le cedió la palabra a Claudia Mendoza, de Honduras. Claudia relató como, en el año 2006, ella y otros compañeros empezaron a investigar la violación de derechos laborales en las grandes empresas de seguridad del país, dirigidas por políticos y militares, en activo o retirados, y esa investigación culminó con el asesinato del abogado que les asesoraba en diciembre de 2006, realizado por un policía y un ex guardia de seguridad.

Desde el golpe de Estado que derrocó al presidente legítimo Manuel Zelaya, en junio de 2009, el hostigamiento a los periodistas se ha agravado: cierres de medios, retirada de publicidad, cortes de energía eléctrica y procesos judiciales contra periodistas. Al final, con la voz quebrada, Claudia leyó una lista con los nombres y circunstancias de 15 periodistas asesinados desde febrero de 2010 a septiembre de 2011.

El siguiente interviniente fue Herbin Hoyos, locutor de Radio Caracol en Colombia, secuestrado por la guerrilla de las FARC en 1994, que, al ser liberado por el ejército, puso en marcha el programa de radio Las Voces del Silencio, que permite a los secuestrados escuchar los mensajes que les envían sus familiares.

Herbin desgranó varios casos de corrupción, que investigó y sacó a la luz, que han provocado que haya sufrido seis intentos de atentado y que se mueva con coche blindado y seis guardaespaldas.  Herbin descubrió que en la prisión Modelo de Bogotá un jefe de la guerrilla tenía montada una oficina que se encargaba de gestionar el cobro de los secuestros, con total permisividad de los responsables de la prisión. Tras su denuncia, sufrió un atentado.

Lleva dos años viviendo en España, donde vino tras el último intento de asesinato pero, en unos días, Herbin comienza en Bogotá una caravana de motos que le  llevará a recorrer todo el país, haciendo visible la causa de los secuestrados, pidiendo a toda la sociedad y a los políticos que se impliquen al máximo para terminar con esa lacra.

La siguiente intervención nos llevó a Ecuador de la mano de Luis Vivancos. El jefe de información del diario La Hora ilustró su conferencia con un video del presidente Correa, donde, en distintas intervenciones, insulta con todo tipo de calificativos a la prensa. Esa práctica la realiza los sábados desde su programa en una televisión pública. No se queda en el insulto, sino que cualquier comentario o noticia aparecida en un medio puede ser motivo de demanda judicial por parte del presidente, solicitando indemnizaciones millonarias, como es el caso del diario El Universo, condenado por "injuria calumniosa" al pago de 29 millones de euros, además de condenar a tres años de cárcel al columnista Emilio Palacio y tres directivos del diario. El propio Vivancos fue muy cauteloso al contestar una pregunta del público: "No quiero encontrarme con un requerimiento judicial al llegar a Quito" ,dijo.

Por último intervino Rosa Isela Pérez, periodista méxicana que investigó los casos de mujeres asesinadas y desaparecidas en Ciudad Juarez, lo que le ocasionó, no sólo perder su puesto de trabajo sino que no la quisieran contratar en ningún otro ni siquiera en la universidad, acusándola de manchar el nombre de la ciudad con el "mito" del feminicidio, palabra que se convirtió en prohibida. Tras declarar como testigo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por una de las causas que investigó, en la que se juzgaba a México por el asesinato de tres mujeres, tuvo que pedir asilo político en España.

A pesar de todo lo expuesto, aún se muestran esperanzados. "Los gobiernos están un tiempo pero pasan, el periodismo trasciende todo eso", sentenció Herbin. También se mostraron críticos con los medios de este país, donde consideran que hay "demasiado cotilleo", y a los que piden que vuelvan la vista a Latinoamérica y a los problemas que soportan allí los periodistas.

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