Los trabajadores de El País no reconocen el preacuerdo alcanzado entre empresa y sindicatos
El pasado viernes se firmó un preacuerdo entre el grupo Prisa y los representantes de los trabajadores, los sindicatos UGT y CCOO. Se pretende que sirva de referencia para las negociaciones que se lleven a cabo en las distintas empresas que forman el grupo, de cara a los recortes de plantilla anunciados . En el día de ayer se hizo público este acuerdo y, al conocerlo, el Comité de Empresa del periódico El País, una de las empresas afectadas por los despidos, se ha desvinculado totalmente de él.
Uno de los miembros de ese comité ha manifestado a cuartopoder que el pasado jueves tuvieron una reunión los distintos comités con la dirección y ésta presentó un texto con el que los representantes de El País discrepaban. Se fijó un nuevo encuentro para el día de ayer y, para su sorpresa, recibieron el anuncio de que, el viernes, se había firmado este preacuerdo, sin su asistencia ni su aquiescencia.
Los trabajadores del periódico entienden que no se puede llegar a un acuerdo global para todo el grupo, porque las condiciones de cada empresa son distintas. Además, la empresa todavía no ha entregado a los representantes de los trabajadores la documentación económica de cada una de las empresas, a lo que se comprometió en la reunión celebrada el pasado 12 de abril, como ya informabamos en un anterior post. Sólo se conocen datos globales y no la repercusión que va a tener el llamado "plan de eficiencia" sobre cada uno de los medios. La empresa ha manifestado, de palabra, que en El País únicamente tendrán que salir 15 ó 16 personas, pero el comité no quiere firmar un acuerdo que les vincula y que la empresa podría hacer valer para despedir a un número mayor de personas. Discuten, también, los términos vagos en los que están recogidos los compromisos de la empresa en cuanto a medidas de empleo alternativo, sobre todo en lo relativo a la externalización de puestos de trabajo o la subcontratación.
En días próximos tienen previsto enviar un escrito a la Dirección General de Trabajo, que conocerá del hipotético expediente de regulación de empleo que se presente, para comunicarle que el comité de El País no ha firmado ese documento y que, por lo tanto, no quieren quedar vinculados por los acuerdos que en él se pactan.
Por su parte, los representantes que han firmado el preacuerdo han indicado a cuartopoder que el documento recoge básicamente lo que se ha ido discutiendo en reuniones abiertas, en las que han participado miembros de los distintos comités y que principalmente se ha firmado para que la empresa no dé marcha atrás en las condiciones que ha ofertado y que en él figuran.
Está claro que, cuando las cosas no van viento en popa, siempre, a quienes se les reduce el rancho, o se les elimina totalmente, es a los marineros de a pie… (¿torpe o tonta metáfora?), porque, ¿cómo hacer que el barco no se hunda, sino haciendo que los que son, en número, más, adelgacen así, a fuerza de comer menos, o de no comer…?
A los muy bien alimentados, porque son menos, se les aumentan las nóminas, ¡para eso son menos!
Antes se nos anunció esta misma catástrofe en otra Multinacional española.
¡Pobrecitos altos mandos y demás ganado!
«Hubo en oriente, un poderoso señor que comía carne y los huesos se los echaba a los criados; pero véase que, llegaron malos tiempos y, este poderoso señor decidió seguir comiendo carne, pero a partir de ese momento la compró deshuesada»
¡Así son ellos, los grandes y creyentes directivos!
Está claro que, cuando las cosas no van viento en popa, siempre, a quienes se les reduce el rancho, o se les elimina totalmente, es a los marineros de a pie… (¿torpe o tonta metáfora?), porque, ¿cómo hacer que el barco no se hunda, sino haciendo que los que son, en número, más, adelgacen así, a fuerza de comer menos, o de no comer…?
A los muy bien alimentados, porque son menos, se les aumentan las nóminas, ¡para eso son menos!
Antes se nos anunció esta misma catástrofe en otra Multinacional española.
¡Pobrecitos altos mandos y demás ganado!
«Hubo en oriente, un poderoso señor que comía carne y los huesos se los echaba a los criados; pero véase que, llegaron malos tiempos y, este poderoso señor decidió seguir comiendo carne, pero a partir de ese momento la compró deshuesada»
¡Así son ellos, los grandes y creyentes directivos!
(Se me había olvidado antes)
¡Amen!