El bosque protector

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La ganadora, felicitada por el consejero de Cultura catalán, Ferran Mascarell, tras recibir el premio. / M. Pérez (Efe)

Alicia Giménez Bartlett ha ganado el Premio Nadal, que es uno de los premios que aún resisten a las manchas de los apaños de premios literarios españoles. Su novela, Donde nadie te encuentre, saldrá pronto en Destino, la editorial de Josep Vergés, que concede el premio.

Alicia cuenta la historia de una mujer que quiso unirse a los maquis, después de la guerra civil española, para combatir el régimen político establecido cuando Franco ganó esa guerra. Los maquis eran hombres, pero La Pastora, que era como se hacía llamar esta mujer que existió realmente (murió en 2004), no quería ser la mujer del maqui sino guerrillera ella misma.

Siempre me pareció muy triste la historia de los maquis, triste, en el sentido más hondo de la palabra: un camino equivocado, heroico, doloroso, la elección de un limbo, una huida hacia el bosque donde sentirse seguro. Esto último lo entiendo muy bien. No sé a quién le leí hace poco  que en el medio del bosque se sentía segura (sé que era una mujer); a mí también me pasa. Pero sigamos con lo que íbamos.

Leeré con ganas esta novela de Giménez Bartlett, porque sé que no se queda en la mera anécdota y que indaga profundamente en las cabecitas de sus personajes hasta tratar de que afloren las razones últimas de sus actos, su sentido de la vida. Y con esta bandolera que a veces se hace llamar Fulgencio, el debate interior está servido.

Hay cerca de la casa en la que vivo, en la provincia de Tarragona, una cueva que llaman "de los maquis". Es una cueva profunda,  anegada ahora en buena parte por los derrumbamientos de tierra tras lluvias torrenciales y cosida de raíces de encina y robles locales que dificultan la entrada. No es recomendable hacerlo porque los derrumbamientos se siguen produciendo pero, aún así, me aventuré un día en su interior, sin perder de vista la luz de la entrada por si acaso.  Comoquiera que Alicia ha situado la acción en los parajes que van del sur de Tarragona a Castellón, donde ella tiene una acogedora casita, mis próximas visitas a la cueva la encontrarán más poblada que antes.

Alicia me brindó su amistad hace años en los que se le hacía duro escribir por razones que ahora no vienen a cuento pero de las que también escribió El Pobrecito Hablador. Siempre me sugirió su persona un cruce entre  P. D. J ames y  la heroína de Lewis Caroll. Creó a Petra Delicado para darse un respiro y vive Dios que lo hizo bien. Pero su anhelo no es otro que la literatura, y en él sigue  por más que se empeñe en que se le han acabado las cosas que contar. Luchadora incansable, valiente, inteligente. Brindo por ella y porque la fuerza la siga acompañando.

2 Comments
  1. Luis says

    Enhorabuena a Alicia. Yo también me compraré y leeré la novela. ¡Salud! ¡Y gloria a los que lucharon!

  2. Jonatan says

    Bravo, Petra.

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