El peso inesperado de la corona

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Una advertencia preliminar: esta película le gustará a su vecino del quinto, a la señora con abrigo de visón que se le cuela en la cola del autobús, a su sobrina quinceañera que se acaba de poner un `piercing´ en la oreja, al padre de su sobrina, que ahora está muy enfadado, y hasta a Boyero, que siempre parece estarlo. Lo cual quiere decir que es una película sin demasiada sustancia pero que deja un buen sabor de boca a todo el mundo, como las pastillas juanola.

La clave de todo es que es una producción muy cuidada, detrás de la cual se esconde la alargada sombra de los hermanos Weinstein, fundadores de la mítica productora Miramax y responsables de varios de los Oscar de los últimos años ganados en los despachos, algunos (o muchos) inmerecidos, entre ellos el de nuestra Pe, ahora señora de Bardem, por Vicky Cristina Barcelona.

Volviendo a lo que nos atañe. El discurso del rey tiene muchos ingredientes para ser apreciada por todo el mundo si no se posee un paladar demasiado exigente: una historia entretenida basada en hechos reales, interesantes personajes históricos de una época convulsa y universal, buenos actores, muchos medios y un final relativamente feliz.

A nosotros sin embargo nos ha dejado un poco fríos. Quizá porque esperábamos algo más, algo distinto a una película de época con papeles fuertes y bien interpretada, similar a otros productos como la correctísima –la producción era de Scorsese- La reina Victoria de Jean-Marc Valeé sobre la susodicha, o incluso The Queen, esa especie de `biopic´ sui generis de Stephen Frears sobre Isabel II y las oscuridades en torno a la muerte de Lady Di.

Es decir, que nos encontramos ante una película más sobre lo mismo que, no obstante, tiene el valor de revelarnos a un personaje interesante que ha pasado ensombrecido en la historia de la monarquía británica por las fuertes personalidades de su progenitor y su vástago, Jorge V e Isabel II, respectivamente, y por el peso de la Historia: accedió al trono poco antes de comenzar la II Guerra Mundial por abdicación de su hermano, Eduardo VIII, enamorado de la divorciada estadounidense Wallis Simpson.

Y sin embargo, el que fue último rey de Irlanda y último emperador de la India (poco antes de su muerte la primera se convirtió en república y la segunda se independizó) parece ser que fue un monarca valiente y decidido que hubo de asumir el trono sin desearlo y enfrentarse a una tartamudez adquirida en la infancia que le marcó su vida. Esta parte personal e íntima de superación y lucha contra su defecto fonético con la ayuda de un especialista es en la que se centra El discurso del rey, para mostrarnos de paso el contexto sociopolítico de estos tiempos difíciles, con Waldwin, Chamberlain, Churchill, y otros protagonistas de entonces.

Para nosotros el personaje más interesante de este periodo histórico sigue siendo Eduardo VIII, un hombre admirado por el pueblo soberano, que vio en él la valentía de renunciar a la corona por amor (su sobrino-nieto, Carlos, tiene una papeleta parecida), y denostado por el lobby judío, que le acusó de pro nazi. Su vida ha sido llevada a la literatura, la música, el cine y la televisión en varias ocasiones, y ahora, pásmense, Madonna prepara una película sobre él bajo su dirección y con Ewan McGregor de protagonista.

Como sugeríamos antes una de las claves de esta película es la brillante interpretación de los actores –somos muy partidarios de la escuela británica, a qué negarlo- y hasta el protagonista, Colin Firth, un tipo que va cogiendo oficio a pesar de su rictus inexpresivo -lo recordamos en dos películas muy distintas, El diario de Bridget Jones y Génova, y en ambas hace el mismo papel-, destaca por su contenida interpretación de Jorge VI, de quien logra trasmitir su desesperación por su tara fonética, su angustia por el miedo a la corona y su responsabilidad en asumir su destino histórico.

Del resto de actores merece la pena destacar a Geoffrey Rush como Lionel Logue, el foniatra o logopeda australiano al que acude por recomendación de su esposa, interpretada con corrección por Helena Bonham Carter, el cual compone a base de gestos y giros de voz un personaje afable, respetuoso y cercano al mismo tiempo, y tres breves apariciones: un irreconocible Guy Pearce como Eduardo VIII, Michael Gambon como Jorge V, y el mítico Derek Jakobi (inolvidable Claudio de la serie de la BBC) como Arzobispo de Canterbury.

Algún ilustre compañero en estas lides de la crítica cinematográfica ha estado en desacuerdo con la utilización de los objetivos amplios y el gran angular por parte del director de fotografía con el consentimiento del director, por supuesto, pero a nosotros nos parece una decisión muy acertada porque sirve para destacar la soledad de este personaje real, de este hombre, que hubo de asumir un papel que no le tocaba en un momento difícil luchando contra sí mismo y contra parte de la conservadora sociedad británica de entonces.

Para terminar, dos advertencias. Una para todos: la película hay que verla en versión original, quien lo haga en versión doblada se perderá gran parte de la interpretación, como casi siempre (algún día daremos nuestra opinión sobre el doblaje). Y otra para los fumadores: el personaje principal, que por cierto murió de cáncer de pulmón, se pasa fumando toda la película con fruición y sabemos por experiencia pasada lo que siente un fumador cuando ve inhalar humo con un placer casi sexual. La película dura dos horas. Seguro que el cigarro de después les sabe a gloria, aunque tenga que ser en la puerta del cine y esté nevando.

9 Comments
  1. hook says

    Si quereis un buen discurso real, como la vida misma. simon y la tripulación os proponemos visitar este link:
    http://ibzradikal.wordpress.com/2010/12/24/¡de-tijuana-a-can-bartolo/

  2. KING SPINCH says

    Habrá que ver la peli para saber cómo podemos dar un curso de dicción a nuestro Juanqui.
    Pues ya que habla usted del DISCURSO DEL REY, me viene al pelo para felicitar el Año Nuevo a los lectores de Cuarto Poder y para compartir un documento único, con esta misma temática, pero más ibérica.

    Un abrazo.

    http://dl.dropbox.com/u/7652040/08-LBD_discurso%20Navichat%20del%20REY_21-12-10.mp3

  3. Noa says

    Reconozco que fui a ver esta película porque me venía bien el horario, lo cual resulta complicado en estos dias apresurados que vivimos algunos… y me sorprendió bastante gratamente, aun cuando mis expectativas de éxito eran bastante escasas (por no decir nulas). En primer lugar porque detesto el cine histórico, sobretodo cuando parece destinado a gustar a cualquiera, como bien dices, Pascual, pero yo no creo que sea así. Aunque el papel de Jorge V le viene como anillo al dedo a Colin Firth, destacaría sin duda la magnífica interpretación de su osado logopeda, Geoffrey Rush. Seguramente muchos le recordamos por su papel en «Piratas del Caribe» (a pesar de tener una larga trayectoria a sus espaldas con Óscar incluido). Ambos resultan un dúo magnífico en esta película. Entretenida, fresca, sin excesiva ostentación de la monarquía de la época y, además, aprendemos un poco de historias curiosas. Muy recomendable.

  4. krollian says

    Perdón por el offtopic, pero Juancarlitros y No controles merecen una entrada.

    Borja Cobeaga se ha merecido mis 6 euros de la entrada y mucho más.
    Buena historia, buen reparto, escenas impagables y entrañables.
    Una comedia costumbrista que durante su exhibición en la sala las risas sólo dejaban de existir en los momentos dramáticos. Tan emocionantes éstos como los más alegres.

    Una película con un notable alto como mínimo. A mi me ha parecido redonda, bien concebida y dirigida, llena de ritmo…

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