Es una verdad universalmente aceptada que las lecturas de las estadísticas y los estudios tipo PISA son casi infinitas y que el cristal con que se miren puede dar resultados sorprendentemente distintos, si no opuestos. Por eso no es de extrañar que el ministro de Educación, Angel Gabilondo, afirme que España ha sacado “sólo un bien” y que lo que él sigue buscando es la excelencia, esta palabra que tanto gusta ahora a los hombres de negocios.
Me tranquiliza que el ministro siga empeñado en “procesos de excelencia” porque nos hacen falta. Y creo que los profesores agradecerán su deseo –expresado a El País- de que no deben sentir desaliento por el resultado del PISA 2009, aunque tengo la sospecha de que lo que desalienta a los profesores no es tanto el informe sino el día a día en la briega con los alumnos, cada vez con menos medios –hay que ahorrar- y con más complicaciones como la que supone –hay que mencionarlo- la concentración cada vez más numerosa de hijos de inmigrantes, de muy diversas procedencias y de muy desigual preparación escolar, incluso sin conocer bien el idioma, en ocasiones, sin que se compense el desequilibrio con apoyos prometidos y, parece, olvidados.
Entre los muchos casos, está el de Angela Pérez, profesora en el instituto de Getafe (Madrid): “En cada aula tengo entre el 50% y el 70% de extranjeros, y la Comunidad ha disminuido el número de profesores de apoyo (en este caso, de Educación Compensatoria), con lo cual trabajamos en unas condiciones bastante precarias. Aun así, la mayor parte de los alumnos va saliendo adelante gracias a la buena voluntad de los profesores y, por supuesto, al trabajo y el interés de los propios chicos. Pero cuánto mejor nos iría si contáramos con más y mejores medios (mi departamento trabaja mucho a través de internet, pero no hemos tenido conexión desde septiembre)”. La presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, seguramente no lo ve tan urgente.
El ministro insiste en que la equidad del sistema español es ejemplar, aunque admite que no puede darse más calidad porque esto requiere inversión. Para la profesora de la Universidad Complutense, Olga Salido, que ha estudiado profundamente el PISA de 2003, esa equidad española resulta un “artefacto” que responde más a una ilusión que a una realidad. ¿Equidad en la ignorancia? Equidad en la expectativa de lograr una educación buena, quizás. La profesora Salido encuentra que es muy urgente, desde hace años, devolverle a la escuela pública –colapsada por la concentración de alumnos que rozan la marginalidad- su atractivo de antaño, habla de “revitalizar” la escuela pública para que “devuelva la confianza de la sociedad en el funcionamiento de su sistema educativo”.
El propio ministro admite que la relación entre sociología, sistema productivo y resultados es estrecha. Y destaca que es en los lugares donde hay más turismo, más construcción y más servicios donde se produce más fracaso escolar. Como constata Angela, la profesora de Getafe, a los estudiantes les aleja de la enseñanza la ilusión de ganar dinero cuanto antes: “Aunque los buenos tiempos se hayan terminado, los jóvenes mantienen la obsesión por incorporarse cuanto antes al mundo laboral, porque provienen de familias con recursos escasos, cuando no "sin papeles". Eso hace que no acaben de apreciar la importancia de lo que puede aportarles el sistema educativo”.
Curiosamente, una de las zonas donde se da más este abandono escolar es Andalucía, donde, según Gabilondo, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, “ha convertido la educación en el corazón de su política para transformar el modelo económico andaluz”, una comunidad donde el PSOE lleva algunos años gobernando.
Para Angela lo más peliagudo, “lo más difícil de calibrar y de variar es la actitud de las familias ante la educación. En muchos casos es una batalla perdida. No valoran en absoluto la enseñanza que se puede dar a sus hijos; el profesor es el enemigo que no quiere aprobar a su hijo, y a eso no hay derecho. Esas familias no son mayoría, pero desmotivan y nos amargan la vida”. Cuando esto sucede, lo mínimo que se puede esperar es que haya reconocimiento de la labor docente, respaldo institucional... “Con frecuencia veo cundir el desánimo y la apatía entre mis compañeros, y ahora, encima, parece que no vamos a poder jubilarnos a los 60 años. Lo que nos faltaba para hundirnos”, añade.
Alude también al hecho de que sea la Administración y no el claustro de profesores quien elija a sus representantes, lo que –afirma- les deja con la sensación de “solos ante el peligro”.
Por último, en la cadena de aprender, la enseñanza primaria es fundamental y en este terreno no parece que España –con sus pequeñas diferencias según comunidades- ande sobrada: “porque cada año nos llegan peor preparados los alumnos. No saben leer, ni siquiera entonan; juntan y separan palabras al escribir... Me gustaría que vieran las pruebas iniciales que les pasamos a los que llegan a 1º de ESO”, concluye.
En algo estoy completamente de acuerdo con el ministro, si avanza algo la educación en España tendrá que ser gracias al esfuerzo de todo el país, no sólo del ministerio. Y, creo, que tendrá que ver con una recuperación de dos valores que parecen haberse perdido en la sociedad española: respeto y esfuerzo.
En la práctica se traduce en más papeleo (los políticos quieren que todo conste por escrito),nos han disminuido los recursos,hay mucho malestar en el profesorado,por que se habla mucho de la calidad de la enseñanza,pero no se hace nada por ella,sino al revés,no se pagan sustitutos ,salvo casos extremos,se obliga a dar clases que no son de tu especialidad cuando alguien falta o para completar horarios;todo eso hasta hace poco lo hacían los sustitutos de la especialidad.Se maquillan los resultados de fin de curso,aprobando gente con un nivel bajísimo para que suba la media.Todo esto ocurre en la pública,en la privada es distinto.Los profesores estamos un poco atados de pies y manos;es el sistema es el que falla,no somos nosotros,salvo casos excepcionales.Yo creo que me he jubilado en el momento justo,pues van a seguir recortando presupuesto (no se dan cuenta que el futuro de un país está en la educacción)
También yo quisiera ver esas pruebas de Primaria. Pa llorar, seguro.
Ay! Mira que yo estoy en otro continente y suena todo tan familiar!
Tiene valor, Elvira, para meterse en estos asuntos.