¿Lo oyen?… Debate de lunes de resurrección de Felipe González
- Pedro Sánchez incide en que su apuesta es un gobierno amplio del PSOE con la participación de independientes
¿Lo oyen?... Es el silencio de Sánchez, cada vez que Felipe González se escapaba de su sepulcro (político) para jugar a ser el protagonista del debate. Hasta en tres ocasiones, el aspirante socialista a reeditar en el colchón de la Moncloa negó, sin decir palabra, la omnipresencia del expresidente en el socialismo español. Como una invocación a los dioses paganos o al Espíritu Santo de Ferraz (o de la bodeguilla de Moncloa), una vez cada líder de los tres partidos de la oposición sacó a relucir al sevillano.
Marrullero, Rivera, comparando lo que fue el PSOE de González con el de actual de Sánchez. Cualquiera tiempo pasado fue mejor, pero cualquier momento es bueno, si de lo que se trata es de arañar algún voto al "socialismo de bien", ese que es muy español y no se dignaría a hablar con los independentistas. Casado, el moderado, según repitió él mismo anoche en distintas ocasiones ante las cámaras, recordó el pasaje en el que el expresidente socialista declaró que se sentía "engañado" por Sánchez cuando este se negaba a investir a Rajoy tras la repetición electoral, allá por 2016. Iglesias, el constante lector de la Constitución, se preguntaba que si la política no sirve de nada, ¿por qué las multinacionales compran a expresidentes del Gobierno, como por ejemplo, adivinen, González? ¿Lo oyen? Es Sánchez, en silencio.
Un silencio atronador, si permiten el oxímoron en tiempos hiperbólicos, fue el de Sánchez ante las insistencias de Iglesias. ¿Pactará usted con Ciudadanos? Silencio, silencio, silencio... Hasta que el inquilino de Moncloa se prestó a separar los labios: "Un gobierno socialista con personas independientes". Esa es la apuesta del actual presidente, si los españoles le dieran a elegir, para la próxima legislatura. Una apuesta que, valga la redundancia, huele a González: un PSOE fuerte, autónomo de aventuras compartidas con la izquierda (Unidas Podemos), que pueda contentar a derecha e izquierda a través de gestos, aunque, de este modo, no acabe contentando a ninguno.
Sánchez salió vivo de un debate en el que, en todo momento, estuvo en la mirilla de las derechas y ultraderechas de PP y Ciudadanos. Sánchez resistió, sabedor de que hoy toca la segunda vuelta en AtresMedia, "un debate menos académico y más periodístico" en palabras de los mismos organizadores del emporio privado. Una forma de decir que hoy es el día de bajar al barro, de las interrupciones, del espectáculo. Y de eso, las derechas saben más. Quizás anoche solo fuera un planteamiento, una presentación de personajes, para hoy ascender a las intrigas del nudo, del combate, y dejar para la noche electoral el desenlace.
Por eso, ayer Casado jugó a ser marianista, de los de Rajoy. Marcando siempre distancias con el pasado, en varios momentos hizo hincapié en que el PP es un "partido renovado" desde que él ganara las primarias para ser presidente de Génova. El líder conservador se alejó de la altivez aznariana, del señor al que no le llaman la derechita cobarde porque no le aguantan la mirada, e hizo caso a su predecesor. Rajoy dixit: "La gente quiere cosas moderadas". Y así, Casado optó por abandonar el soniquete ultra de la campaña y por jugar a ser presidenciable, apostando por la bajada de impuestos como mayor bandera y por tirar del tópico de que "cuando los socialistas entran por la puerta, el empleo sale por la ventana".
El moderado, intentando parar la sangría de votos de centro, tras meses de idilios con la extrema derecha, tuvo tentaciones casadianas, claro: "La unidad de España está en riesgo por la culpa de Sánchez". La culpa, la gran culpa. Casado, que focalizó sus intervenciones en el presidente en funciones, como reclamando el cara a cara que nunca será esta campaña, le instó a que dijera si indultaría a los líderes independentistas. Sánchez, le respondió lo evidente: no existe precedente de que un presidente del Gobierno hable sobre una sentencia antes que los propios jueces. Y así, Casado quedó un poco más difuminado durante el resto del debate.
Marrullero Rivera, que llegó a depositar una fotografía en el pupitre de Sánchez, quiso ser el malote de la clase. Para regocijo de memes y gifts, sacó una tarjeta sanitaria única, marcada con tres líneas rojigualdas y fomentó las bromitas del personal. El de Ciudadanos comenzó bruscamente, pidiendo la dimisión de Rosa María Mateo, administradora única del ente público. Más adelante, en un arrebato sedicioso se autoproclamó rey, rey de los autónomos. Y como su compañero Casado solo se fijaba en Sánchez, en un golpe de celos le echó en cara que "el milagro económico del PP está en la cárcel", en referencia a Rodrigo Rato. Fue perspicaz al hacer el principal gesto hacia la comunidad LGTBI de la noche, reivindicando todos los tipos de familias, frente a las huestes de Vox, ausentes en el debate, que van repartiendo hostias de cristiandad.
Si Abascal se ha definido como unamuniano, del primer Unamuno, quizás, aquel tan tenue con el golpe de estado franquista, Rivera recogió el guante y aseguró, "Me duele España", en el inicio del bloque sobre política territorial. El líder de Ciudadanos estuvo buena parte del pasado fin de semana ensayando el debate, con cámaras y focos alquilados, y parece ser que su preparador personal hubiera sido Toni Cantó, por lo sobreactuado del monólogo final. ¿Oyen eso?... Sin embargo, fue ágil al marcar una clara diferenciación con la foto de Colón que tanto arrepentimiento le conlleva, otra vez la culpa, a pesar de que Sánchez se la echara en cara en distintas ocasiones. Situó a Ciudadanos en un eje político distinto, alejándose del eje izquierda-derecha. Por un lado, en el sí del eje España sí-España no. Por otro, en el futuro, en el eje de lo nuevo-lo viejo.
Iglesias, el profesor, volvió a sacar su Constitución de bolsillo, una performance que se repite desde que reapareciera en la plaza del Museo Reina Sofía de Madrid el pasado 23 de marzo. A ratos, el soniquete del líder de Podemos leyendo artículos de la Constitución se hacía reiterativo, mientras el contador de segundos seguía avanzando, parecía que no le iba a dar tiempo de acabar de leer el articulado. Interpretó un papel evidente, sin dobleces: hay que movilizar al electorado que se ilusionó hace unos años con Podemos y que se ha vuelto al desencanto tras años de excesos internos de la formación morada. Sin dobles sentidos, le pidió matrimonio a Sánchez: quiero formar un gobierno contigo.
Aún así, fue crítico. Como buen profesor, consciente de que no es más respetado en las aulas quien más grita, se mantuvo alejado de las provocaciones de Rivera que, confundiendo el plató del debate electoral con la casa de Bertín Osborne, le espetó por su chalet de Galapagar. Evitó el barro catalán para pedir altura de miras, sentido de estado y un debate sosegado: "España son los españoles que viven dentro". Desvió la atención en la discusión territorial de Catalunya hacia la España vaciada y reclamó, para esta, conexión a internet para todos los pueblos y buenas redes secundarias ferroviarias y de carreteras, frente a la inmediatez del AVE y de las autopistas rescatadas. En materia impositiva, que paguen más los que más tienen, como dice la Constitución, para facilitar el empleo y los servicios sociales de todos, como dice la Constitución.
Sánchez, que no quería estar allí, salvó los muebles. Hizo spóiler y avanzó al comienzo de la contienda: "ustedes verán dos historias". Una que quiere avanzar y otra, retroceder, apostilló. Reivindicó como propia la combinación de crecimiento económico y justicia social, reconociendo que buena parte de las medidas relacionadas con esta última en sus meses de gobierno han sido en colaboración con Unidas Podemos, como con la subida del SMI a 900 euros. También mostró solidaridad con Iglesias por el asunto de las cloacas, aunque guardó silencio, ¿lo oyen?, cuando se le recriminó que el número dos del gabinete de Moncloa tuvo que dimitir por este caso. En, al menos, un par de ocasiones, habló del drama de la pobreza infantil y se propuso como adalid para resolverlo. Y se puso solemne, para decir, con voz clara y comprensible, que "los independentistas saben que no habrá independencia ni referéndum".
Planteamiento y presentación de personajes. Esta noche más, el nudo. El domingo, conoceremos el desenlace. Dos bloques, izquierda y derecha. Maratonianas 48 horas de debates electorales en una campaña que llega a la recta final tras el parón de la Semana Santa. RTVE cumplió con su deber de acoger a los aspirantes a presidir el Estado con solvencia. El moderador, Xabier Fortes, merece aplauso aparte por saber llevar, con elegancia y buen humor, uno de los momentos más difíciles para el ente público tras días de críticas y cruces de acusaciones. Fortes animó, incluso, a que los candidatos se interrumpieran, por si el día de mañana, hoy, algunos analistas dijeran que lo de la televisión pública es un formato encorsetado y del pasado. Felipe González resucitó, justo cuando el PSOE quiere emular alguna de sus grandes victorias electorales.
Cuando los silencios pueden ser el presagio de las mentiras, esas inconfesables sombras tan alargadas como gruesas. Qué tienen que decir PP PsoE ? cuando han estado en comandita manejando las cloacas, fondos reservados y se han opuesto junto con C´S a cualquier investigación; la turnancia en el CNI, junto a las clásicas estrategias por orden, mandato del don dinero, empresarios del régimen, salvadores evasivos de fortunas y estando nominados en la lista de los: Amnistiados fiscales y rebajas bajo tierra.
Cuando los silencios hablan, certifican la posición de las tramas existentes, en el organigrama de un estado político corrupto y corruptor; intentan guardar las composturas lo más lait posible, haciendo ver, lo que nunca van ha dejar ver… ¡ La fosa social creada y aplaudida por los mercenarios fácticos y banqueros subvencionados con dineros públicos !.
El poder oculto, ha hecho sus inversiones desde hace muchísimos años, se ve a la legua; ellos no se presentan a las elecciones, tienen unos representantes bien cebados, impolutos de traje, pero con patrones antiguos y unos lenguajes del populismo retrógrado en auge en estos tiempos de resaca democrática y social. Hay que confundir, y el verdugo rie, por que el reo se pone la soga al cuello el solito… Quienes nos han traído hasta aquí, son los verdugos verdaderos, vestidos de distintas formas… Que si no te molestas demasiado, ellos te roban el voto otros cuatro años y ya puedes despedirte de lo ofrecido, e imaginado. Ellos funcionan con los parámetros del FMI, G 20, G 135 %… Las puertas giratorias, la dedocracia justiciera, y las mentiras concertadas en off.
El debate, lo ganó el que iba más informal vestido… aunque falte otro rum, los silencios junto con lo que no preguntan los del CIS… Pablo Iglesias el coherente, referente social y enemigo a batir, por el resto de partidos y sus aliados testaferros del régimen!. https://uploads.disquscdn.com/images/d79fa59b1904f8fd36c08f4a7031ddd0214bca515e8c42eeb1a3288fd0f57290.jpg https://uploads.disquscdn.com/images/91c83429c8a9935ceb97df5c1479ce8836461a218ed7f9c8c6129ff540c066ac.jpg