Los quince últimos inmigrantes que resistían en lo alto de la valla de Melilla, del grupo de más de 70 que se habían encaramado desde las 5,00 horas del miércoles, finalmente descendieron sobre las 21.00 horas después de permanecer a seis metros de altura más de 16 horas, sentados sobre una delgada barra de hierro y bajo el sol, con temperaturas que han alcanzado máximas de 36 grados. Este grupo ha visto frustrado su intento de pasar a Melilla, ya que fueron entregados a la policía marroquí conforme descendían. La respuesta del Gobierno a la presión migratoria de los últimos días ha sido anunciar que mandará cerca de 500 nuevos efectivos a la zona.